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Red Internacional
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Boca 2 - Defensa y Justicia 0. Boca: la mejor defensa es una buena presión

Le ganó 2 a 0 a un Defensa y Justicia que se deshizo ante los momentos de intensidad del equipo de Arruabarrena.

Lionel Pasteloff @LionelPasteloff

Lunes 27 de octubre de 2014 08:00

Algún día iba a pasar: este Boca, tan acostumbrado a recibir goles para reaccionar y tan dependiente de segundos tiempos para imponerse, por fin logró terminar las fiestas en paz.

Antes que el partido tuviera forma, Martínez coronó una gran jugada individual, de esas que habitualmente terminan en tropiezo. La alegría del tanto rápidamente se opacó por la lesión de Magallán. El ingreso de Chiqui Pérez contribuyó a cierto desconcierto defensivo, ya que el ex Belgrano tardó en sintonizar.

El gol relajó, pero no consolidó la idea de juego. Había momentos de cierto buen pie pero no exentos de lagunas. Fue un mérito no entrar en la habitual trampa de Defensa, que deja jugar pero ataca con atrevimiento. Le cerró caminos a base de presión y no se complicó. Meli fue el abanderado. Carrizo, Martínez y Cubas acompañaron con mucho sudor.

Pasados los 38 minutos, los de Franco obligaron a una gran tapada de Orión, por intermedio de Brian Fernández, que tuvo un rato donde se mostró peligroso. Inmediatamente, Boca pegó a partir de una torpeza de Pellegrino y Leyes. El arquero comprometió la salida y el 5 no tuvo reacción: anticipó Carrizo y Martínez puso el segundo. Inédito para el local, se fue al entretiempo tranquilo.

La segunda parte lo encontró intensificando la presión y con llegadas de relevancia. Otra gran diferencia respecto a comienzos dubitativos que costaron caro. Meli probó, Pérez cabeceó al travesaño y hasta un movedizo Gigliotti tuvo las suyas. Boca no se floreaba, pero mostraba un desenfado propio de cierta autoestima en crecimiento.

El resto del complemento tuvo a Boca durmiendo el partido, con algunas ráfagas aisladas. Algo parecido a lo de la primera mitad, con la diferencia que en esa instancia sólo ganaba por un gol y había más olor a desconcierto que a trámite controlado. Hubo autoridad para mover la pelota y no dar lugar a intentos heroicos de un equipo visitante algo desinflado, que mantuvo sus banderas pero nunca la determinación de otros encuentros.

Con el triunfo de River y su andar casi inobjetable, a Boca le queda el torneo local para sumar y moldear un equipo confiable que pueda perdurar en la Sudamericana. Se vienen las instancias decisivas, y si la presión no se ejerce, se sufre.