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Red Internacional
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Bolivia

Bolivia. Bolivia: 450 trabajadores mantienen fábrica tomada en Cochabamba

Desde hace ocho días, 450 trabajadores de la empresa de calzados Manaco en Cochabamba - Bolivia, se enfrentan a la patronal en una medida que se inició con una huelga de brazos caídos y que a la fecha se ha transformado en la toma de la fábrica, tendiendo a radicalizarse las medidas y a superar las murallas de la fábrica.

Miércoles 15 de abril de 2015

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El lunes 13 de abril, las esposas de los trabajadores han bloqueado la avenida Blanco Galindo y se han declarado en vigila permanente a favor del petitorio de sus esposos.

Por su parte la patronal ha señalado que no acatará el laudo arbitral que autoriza la reapertura de la sección de curtiembre señalando que van a representar dicha resolución. El cierre de la sección curtiembres, sección fundamental en todo el proceso de elaboración de calzados, fue cerrada por determinación operativa de los empresarios, dando lugar al actual conflicto y pese a que no se anunció despidos, el temor de los trabajadores es que empiece un proceso de parálisis y vaciamiento. Diversas organizaciones ya han empezado a plantear la necesidad de la nacionalización sin indemnización y su puesta en marcha bajo administración obrera colectiva para garantizar que la empresa preserve las fuentes de empleo. El gobierno del MAS (Movimiento al Socialismo) durante todos estos años ha pagado jugosas indemnizaciones en las estatizaciones llevadas a cabo, que como en caso de ENATEX en la ciudad de La Paz, han servido para salvar a los capitalistas pero no a los trabajadores.

Las simpatías del movimiento obrero y fabril se están haciendo sentir a través de visitas de las diferentes centrales obreras departamentales y sindicatos de todo el país, así como de las redes sociales en las que se están difundiendo respaldos solidarios a este sector de trabajadores.

Manaco -un centro fabril histórico e importante para la región- ha sido protagonista en varias movilizaciones históricas. Por mencionar dos conflictos importantes a nivel nacional, recordemos que el sindicato, a la cabeza de Oscar Olivera, fue el que encabezó la Coordinadora del agua que jugó un papel clave durante la guerra del agua en el año 2000 y que fue el primer levantamiento nacional contra los planes de ajuste neoliberal; también tuvo una participación importantísima durante la guerra del gas, en el año 2003.

Cabe mencionar, que los comunicados emitidos por el comité de huelga y el sindicato tienen una visión meramente legalista del conflicto impulsada por algunos dirigentes y asesores, que no perciben los riesgos de no unificar la lucha con otros sectores en conflicto y la necesidad de superar el aislamiento rodeándose de la solidaridad del movimiento obrero y fabril, más aún, sabiendo que la justicia capitalismo buscará imponerse ante cualquier norma legal. La patronal prácticamente se ha reído de la existencia del laudo arbitral que beneficia a los trabajadores y que obliga a la empresa a reabrir la sección curtiembre, la cual no está dispuesta a cumplirlo. Es más, ya han movilizado grupos de choque y rompehuelgas que buscan que los trabajadores en conflicto vuelvan a sus puestos de trabajo. Es necesario organizar a los trabajadores avanzados en piquetes que garanticen la huelga y la toma, para evitar que estos rompehuelgas puedan debilitar la lucha. Corresponderá a los trabajadores enfrentar con dureza a una patronal dispuesta a sacrificar a los trabajadores a fin de resolver su propia incapacidad para poder conducir el proceso productivo. Solamente, bajo la consigna de independencia de clase y con la generalización de la movilización a través de un ampliado de trabajadores que permita la unidad de todos los trabajadores del país, podrá doblegarse a la patronal y se sentará un valioso precedente para el conjunto de la clase obrera de cómo enfrentar los primeros ataques de los patrones ante la crisis capitalista que se empieza a sentir.

Alain Rivera es dirigente de la Federación Universitaria de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) durante las guerras del agua (2000) y del gas (2003).