La Bolsa Mexicana de Valores suspendió sus cotizaciones apenas transcurridos 35 minutos de operación por una caída del 7%.
Óscar Fernández @OscarFdz94
Jueves 12 de marzo de 2020
Dicha caída es la más grande que se ha dado en el año y obligó a cerrar operaciones por temor a caídas más fuertes.
Este suceso resalta la complejidad de la etapa económica en la que nos encontramos, donde los estragos de la crisis de 2008 siguen golpeando y provocando estancamiento económico y menor desarrollo. Las recientes medidas adoptadas por la Reserva Federal de Estados Unidos, que primero bajó la tasa de interés y ahora inyectará 1.5 billones de dólares en el mercado, sólo se agravan con la entrada en escena del Coronavirus y las medidas que las grandes empresas han adoptado para hacerle frente, como el caso de las aerolíneas que, al ver bajado el consumo por las cuarentenas en varios países, siguen haciendo volar aviones fantasma para mantener las franjas de vuelo.
Falta ver cómo reaccionarán los gobiernos nacionales, en especial los que, como Inglaterra, Australia, Estados Unidos o Brasil, tienen en el ejecutivo a conocidos negacionistas. En el caso de Brasil, en un irónico giro del destino, el presidente Bolsonaro primero llamó a la crisis de salud una "fantasía" y ahora se encuentra internado por la enfermedad detectada en Wuhan (China).
Si bien las finanzas mexicanas se encuentran relativamente sanas, la dependencia económica del país tarde o temprano sentirá los efectos del decrecimiento. Como hemos afirmado con anterioridad, "la idea de gobernar para ’ricos y pobres’ puede mostrar sus enormes límites mientras la crisis avance y el capital presione para no perder nada y aumentar su nivel de ganancias con medidas como una reforma de pensiones que incremente la carga de aportes de las y los trabajadores y además extienda al máximo la edad jubilatoria". Por el momento, la moneda está en el aire.
Óscar Fernández
Politólogo - Universidad Iberoamericana