Los simpatizantes de Bolsonaro que protagonizaron la ocupación golpista en Brasilia este domingo revelaron que intentarían invadir y bloquear refinerías en todo el país. Como ya ocurrió durante los bloqueos de bolsonaristas tras las elecciones del año pasado, solo los trabajadores y el pueblo, sin ninguna confianza en la policía cómplice y la justicia, pueden frenar a los golpistas. En este caso, es la fuerza de los trabajadores petroleros y sus sindicatos los que le pueden parar la mano.
Lunes 9 de enero de 2023 08:32
La información empezó a difundirse en algunas redes sociales. Los simpatizantes de Bolsonaro que protagonizaron este domingo la toma de los edificios de los tres poderes en Brasilia, han estado publicitando en sus redes durante toda la semana que también invadirían refinerías de petróleo en todo el país.
El objetivo de esta invasión sería causar escasez de combustible en todo el país, creando una situación de colapso.
Grupo de golpistas bolsonaristas ya se manifestaron frente a la Refinería Henrique Lage (Revap), en São José dos Campos (San Pablo), pero no hubo intento de ocupación.
Al igual que lo hicieron tras las elecciones del año pasado en las que resultó ganador Lula, es posible que un sector de los camioneros y los terratenientes que son base electoral y social de Bolsonaro, vuelvan a las calles y produzcan bloqueos con el mismo objetivo de intentar algún tipo de escasez. Si bien el intento golpista de este domingo fue frustrado, tanto durante los bloqueos de meses atrás como en las imágenes de este domingo se pudo ver la total connivencia de miembros de las fuerzas represivas y de las policías (locales y de tránsito) que apoyaban a los bolsonaristas.
Es por este motivo que, al igual que durante los bloqueos previos, no hay forma de confiar en esa Policía, ni tampoco en la justicia que durante años garantizó el poder de Bolsonaro y el bolsonarismo, para frenar las intenciones de los golpistas. Es más urgente que nunca que las centrales sindicales, empezando con las que organizan a los trabajadores petroleros, junto a las organizaciones estudiantiles y los movimientos sociales se movilicen contra los golpistas y también por la revocación inmediata de todas las reformas antipopulares que fueron votadas bajo los gobiernos de Michel Temer y Jair Bolsonaro.
Centrales sindicales como la CUT y la CTB, que dirigen a nivel nacional a millones de trabajadores, deben romper la política de paz social de la coalición de frente amplio que llevó al poder a Lula y convocar a una fuerte movilización, única vía capaz de ofrecer una salida independiente a la derecha y que plantea un programa en defensa de los trabajadores y de todos los sectores oprimidos.
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