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Red Internacional
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OPINIÓN. Brasil: juegos de poder

Martes 28 de abril de 2015

El debilitamiento y actual crisis de gobierno de Dilma ha dado un poder desproporcionado a los presidentes de la Cámara de diputados y el senado brasilero. En ausencia de poder real de las clases fundamentales: los trabajadores y la gran burguesía. Los primeros tienen sus acciones, hasta el momento, controladas por la burocracia sindical y los exponentes de la burguesía no han siquiera publicado artículos en los grandes diarios, como han hecho muchas veces en la historia de Brasil. Frente a esta “oscuridad”, es que agentes secundarios asumen papeles más protagónicos. Es en esta situación de la política nacional que gana protagonismo Eduardo Cunha, un personaje desconocido hasta ahora.

En un escena digna de algunos episodios de la serie americana “House of Cards”, los dos habilidosos políticos del PMDB, en los bastidores y a veces ocupando el centro de la escena, son el centro de los debates y los medios nacionales a partir de los roces parlamentarios entre ellos, con potenciales consecuencias para millones de brasileros si tomamos en serio sus discursos y no los tratamos solo como amenazas al interior de un juego político.

Por un lado, Renan Calheiros, prometió dejar encajonado en el senado el PL 4330 (proyecto de ley de tercerización) que sufrió enmiendas que atacan aún más a los trabajadores si fuese aprobada en la casa presidida por Cunha. Montado a caballo de la falsa defensa de los trabajadores, Renan Calheiros, que apoyó al gobierno de Collor no quiere la aprobación de la medida de su correligionario, teóricamente miembro de la “bancada de la biblia” que ha adoptado la tercerización como su escritura sagrada.

A cambio Cunha promete obstaculizar la aprobación del proyecto de Renan, que involucra el financiamiento de deuda de los estados y municipios, aliviando la situación de Alagoas gobernada por su hijo.

Posiblemente esto cambie con la intervención de un tercer pemedebista influyente, el vicepresidente Michel Temer. De todos modos este juego político que negocia los derechos de los tercerizados o a las finanzas de los estados y municipios tiene que ver con los intereses políticos de largo plazo de estos políticos profesionales.

Todo este “show” real o fantasioso tiene como causa última la debilidad del PT y de Dilma y, a pesar de las apariencias, también del PSDB. Bajo estas condiciones Cunha y Renan parecen gigantes. El tiempo dirá. Y si hubiera acciones efectivas de la clase trabajadora contra el PL 4330, podremos ganar tiempo para obtener nuevas respuestas.