El último balance del Ministerio de Salud arrojó que Brasil, por Covid-19, ya rebasó la suma de los 100 mil contagios y 7 000 muertos, lo que lo pone en el puesto número 9 de personas enfermas en el mundo, en el segundo de América y en el séptimo lugar en número de muertos a nivel mundial.
Lunes 4 de mayo de 2020
Lamentablemente, en voz de varios expertos, Brasil no está ni cerca de llegar al pico estadístico, lo que significa que los contagios -y las muertes- seguirán en aumento llegando a mas del millón de contagios.
Sin embargo, el ultraderechista Jair Bolsonaro, que ya ha demostrado que sólo le interesan las ganancias de los empresarios, rechazó el llamado de algunos gobernadores a guardar cuarentena diciendo que "la destrucción de los empleos [...] es irresponsable e inadmisible. Lo vamos a pagar en el futuro". Sin olvidar que había dicho que el Covid sólo era una "gripita".
La declaración se sumó a las manifestaciones contra la cuarentena. Después de su discurso en una de éstas, Bolsonaro se acercaría, sin mascarilla, a saludar a sus seguidores aunque no lo suficiente para romper "Susana Distancia", permaneciendo 2 metros alejado de las personas, a diferencie de las manifestaciones anteriores a las que se sumó, donde se tomaba fotos y saludaba de cerca a sus seguidores.
"El pueblo está con nosotros, y el ejército está del lado de la ley, del orden, de la libertad y de la democracia"
Con la dicha en boca de "no destruir empleos" y sus acciones públicas, nos damos cuenta de que al mandatario Brasileño no le interesa la vida del pueblo pobre que tiene que salir a trabajar para conseguir con qué comer, por el contrario sólo le importa seguir con la producción para aumentar sus ganancias y las de sus aliados empresarios. Si le interesara preservar la vida de los empleados tanto como le importan "los empleos", estaría firmando un decreto junto a la Cámara para que se prohiban los despidos.
Como lo hemos repetido en este diario: "nuestras vidas valen más que sus ganancias" y para que esta consigna se haga realidad, es necesario organizarnos para que se prohíban los despidos, pues también es necesario que los trabajos no esenciales se suspendan y que todo trabajador tenga garantía de 100 % de sueldo.
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En Brasil, como en muchas partes del mundo los hospitales están colapsando gracias a las políticas neoliberales y, en particular, las de Bolsonaro. Contra esto, se tienen que nacionalizar y centralizar los centros de salud para brindar atención pública que sea suficiente, así como aumentar el presupuesto a la salud; dejando de pagar la deuda externa, cobrarles impuestos progresivos a los grandes capitalistas, dejar la subordinación a Estados Unidos y así comenzar a enfrentar al gobierno ultraderechista y militar.
Los trabajadores del mundo nos afrontamos a la misma crisis que busca ser descargada sobre nuestros hombros, articulemos nuestras demandas y nuestras luchas.
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