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Red Internacional
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Crisis Política. Brasil: Cunha maniobra para no terminar enterrado en el barro de la corrupción

El presidente de Diputados, Eduardo Cunha, intentó una nueva maniobra parlamentaria con el fin de protegerse ante el Consejo que decidirá sobre el proceso de impugnación de su mandato.

Viernes 29 de abril de 2016

Fotografía: Wikipedia

La propuesta del presidente de la cámara baja, que se siente el dueño del juego, era que fuese modificada la regla de suplencia de los diputados que votan en las comisiones, incluyendo la Comisión de Ética. Esa regla hasta ahora preveía que en ausencia de un miembro de la comisión, el que vota es el primero del mismo “bloque parlamentario” al llegar a la sesión. El “bloque parlamentario” es la alianza entre partidos que actúan en común, y para el caso se considera el bloque formado al comienzo de los cuatro años de mandato del parlamentario en cuestión. La propuesta de modificación impulsada por Cunha buscaba que la suplencia fuese para un parlamentario del mismo partido (no del bloque) del diputado ausente.

Otro cambio propuesto era que se hiciera un recuento de la proporcionalidad de cada partido, es decir, del peso que tienen en la Cámara. Eso cambia, entre otras cosas, la cantidad de indicaciones a la presidencia de las comisiones que tiene cada partido.

En otras palabras, Cunha está intentando huir de los votos que lo dejen en mala situación en la Comisión de Ética, intentando garantizar una mayoría a través de su propio partido, el PMDB. Eso porque sabe que después de todo el juego que se abrió con el reaccionario proceso de impeachment y los nuevos intereses partidarios que van despuntando, es prudente (para él mismo, claro) tener "su" casa lo más controlada posible. Quién sabe, incluso lograr presidir la Comisión de Ética a través de algún amigo del PMDB.

Sin embargo, se propuso una enmienda que impide la aplicación de estas nuevas reglas en las comisiones ya instaladas y con trabajos en proceso, siendo válidas solo para las comisiones que se instalen a partir de la publicación de la nueva resolución. Justamente una de ellas es la Comisión de Ética.

Finalmente la resolución propuesta por Cunha fue aprobada, pero con la modificación de esa enmienda. La otra enmienda que proponía impedir el recuento de la proporcionalidad partidaria fue rechazada. Del intento de maniobra, pasó la mitad.

Todo esto ocurrió después de que fuera entregue a la Comisión de Ética de la Cámara el pedido de impugnación del mandato de Cunha.

Eduardo Cunha intenta aprovechar todas las brechas legislativas para evadir cualquier señal de denuncia o investigación en su contra, por más mínima que sea. Usa para ello incluso su posición política, y el Congreso lo respalda. Posición que fue conquistada al comienzo del gobierno con el respaldo del propio PT, que alimentó a esta derecha y que hoy se arma hasta los dientes en contra de los trabajadores.

Cunha se apoya en la correlación de fuerzas en la superestructura política después de la aprobación del golpe institucional en la Cámara para blindarse y garantizar la impunidad de los políticos capitalistas. Incluso la prensa imperialistas, preocupada con la continuidad de la operación Lava Jato que investiga los esquemas de corrupción en Petrobras y la dificultad que tendrá el Congreso para disciplinar la lucha de clases contra las medidas impopulares de un eventual gobierno de Michel Temer, denuncia que el 60% de los parlamentarios están involucrados y condenados por esquemas de corrupción, lavado de dinero, tortura e incluso homicidio.

En respuesta a eso, lo que seguimos viendo es la táctica del PT de buscar gobernabilidad por la vía institucional, ahora presionando al Senado, aun tras haber fracasado la estrategia de Lula basada en acuerdos espurios con los mismos partidarios de la derecha que promueven el golpe institucional. Hasta el momento de la votación del impeachment por la Cámara de Diputados fue así y terminó como terminó. Ahora sigue apostando en nuevas salidas parlamentarias, como el impeachment de Temer, la impugnación de Cunha o la realización de elecciones presidenciales anticipadas, para intentar volver a la escena del juego, "amenazando con la obstrucción de los trabajos legislativos" (impidiendo que sigan).

Versión editada del artículo original en portugués publicado en Esquerda Diario.