El juez federal Sérgio Moro retomó el proceso por corrupción contra Eduardo Cunha pero no juzgará los crímenes electorales del destituido diputado del PMDB de Rio de Janeiro.
Martes 18 de octubre de 2016
Brasil. Sergio Moro anula los crímenes electorales de Eduardo Cunha
Por Matias Aires
El juez federal Sérgio Moro, responsable por los procesos en primera instancia de la operación judicial Lava Jato que investiga los entramados de corrupción en Petrobras, retomó el proceso que estaba en manos de la Corte Suprema (STF) contra el exdiputado Eduardo Cunha (PMDB de Rio de Janeiro).
La acción penal se refiere a la existencia de cuentas en Suiza, a nombre del exparlamentario. Como la Corte ya había aceptado la denuncia, Moro solo continuará el juicio desde donde había sido dejado.
En el despacho en el que recibió la denuncia, Sérgio Moro recordó que la fiscalía retiró la acusación de crimen electoral contra Eduardo Cunha debido a que la “Justicia Federal no podría juzgar crímenes electorales”. Esto le correspondería “solo” a la Justicia Electoral.
Nada más falso. El intervencionismo de la fiscalía y de la Corte en las elecciones fue enorme. En todos los casos fueron privilegiados corruptos confesos y algunos ya condenados.
Caso testigo fue el del diputado federal del PRB, Celso Russomanno, candidato a intendente por San Pablo. Incluso con pruebas evidentes, la Corte lo absolvió para que pudiera participar libremente del proceso electoral. Esta decisión no se modificó ni siquiera cuando la Operación Alba Blanca, que investiga las mafias vinculadas a las viandas escolares en San Pablo, liberó escuchas telefónicas en las que los involucrados mencionan literalmente el nombre de Russomanno como el “socio más joven” de los mafiosos.
Además, el poder judicial autorizó la participación de candidatos a intendente que tenían acciones penales abiertas en otras siete capitales. Una rareza que la poderosa Operación Lava Jato, que definió el contexto y el rumbo de las elecciones en el país, "de repente” se sienta sin condiciones para juzgar los crímenes electorales de Cunha.
Cunha está acusado de recibir sobornos por contratos de exploración de Petróleo en Benin, en África, y usar cuentas en Suiza para lavado de dinero.
Cláudia Cruz, esposa de Cunha, ya respondió por acusaciones de lavado de dinero y evasión de divisa en la Justicia Federal de Paraná. Según las investigaciones, Cláudia Cruz fue favorecida, por medio de las cuentas en Suiza, con parte de la coima,de casi 1,5 millón de dólares recibida por su marido.
Cada paso detallado de los fiscales del Ministerio Público y de la Operación Lava Jato en Curitiba muestra que el objetivo de la operación es sustituir un esquema de corrupción con rostro petista por otro con el rostro de la derecha, fortaleciendo el poder judicial como árbitro autoritario de la política nacional para implementar los ataques que el gobierno golpista de Temer no logra hacer por su cuenta, como la reforma laboral.
Sérgio Moro y sus fiscales son galardonados por el Ejército por saber aprovechar la crisis de Petrobras para crear una industria millonaria de delaciones. Pertenecen al poder judicial más rico del mundo: 1,2% del PBI de Brasil (casi 70 mil millones de reales) es consumido en salarios de los jueces, sin contar los de la Corte Suprema.
El poder judicial y sus héroes, como el juez Sérgio Moro y el procurador general Deltan Dallagnol, prueba una y otra vez que está “al mando” en este segundo semestre político para resolver por derecha los elementos de la crisis orgánica y de representatividad en Brasil. Se dan la mano con figuras como Eduardo Cunha. Todo el espacio para los golpistas de la derecha, un espacio menor para los traficantes de votos al interior del PT y la censura absoluta a los trabajadores, la juventud y a la izquierda.