La decisión afectará a 2.800 trabajadores y sus familias, que serán despedidos. Según cálculos de la intendencia de São Bernardo, el impacto será más amplio, alcanzando a por lo menos 2.000 trabajadores en forma indirecta.
Jueves 21 de febrero de 2019 00:48
Con la fría justificación de "volver a la lucratividad sustentable de sus operaciones en Sudamérica", la multimillonaria ensambladora abandona a miles de trabajadores tomados por sorpresa por el repentino anuncio.
La decisión de la empresa sigue al anuncio de General Motors de sus planes de implementación de la reforma laboral. La empresa llegó al punto de amenazar con irse de Brasil si los trabajadores no aceptan íntegramente su plan de ataque. Los trabajadores respondieron con la movilización, y en la localidad de Gravataí, en Rio Grande do Sul, obligaron a la empresa a retroceder.
Mientras los empresarios esperan ansiosos y entusiasmados la implementación de los ataques antiobreros de Bolsonaro para apalancar sus ganancias -sobre todo de la reforma previsional- y el gobierno les promete mejoras en la economía, la realidad para los trabajadores es el chantaje de las patronales para que acepten la precarización de sus puestos de trabajo o la pérdida de los empleos.
La organización de la lucha de los trabajadores en todo Brasil es urgente. Ninguna negociación con las patronales que no esté ligada a la efectiva movilización de la base, con un plan de luchas basado en los métodos históricos de los trabajadores será capaz de derrotar estos ataques.
La parálisis de la centrales sindicales, que traicionaron la lucha contra la reforma laboral en 2017, hoy le da tregua al gobierno y a los capitalistas, que se preparan para quitarle a los trabajadores sus mínimos derechos. Los trabajadores de Brasil tienen planteado recuperar sus sindicatos de las manos de la burocracia para enfrentar a los patrones y el gobierno.