En el medio del escándalo por la venta de carne podrida que ya ha generado la caída de exportaciones, el gobierno de Brasil redujo sus perspectivas de crecimiento para 2017.
Jueves 23 de marzo de 2017
La economía de Brasil golpeada por más de dos años de profunda recesión económica no logra mostrar números que sostengan el inicio de una recuperación. A este panorama débil se suma un nuevo escándalo, esta vez producto de una investigación que develó como empresas del sector cárnico adulteraban sus productos, es decir vendían carne podrida.
Te puede interesar: China y la UE suspenden importaciones de carne desde Brasil
Ayer desde el Gobierno de Brasil publicaron sus perspectivas económicas para 2017 donde consta una rebaja en el crecimiento esperado en un 0,5 por ciento desde la expectativa de expansión anterior de 1 por ciento. Para el próximo año el pronóstico es de 2,5 por ciento de crecimiento.
Otro dato publicado por el Gobierno fue el relacionado con la inflación que se espera sea de un 4,3 por ciento este año y alance la meta del 4,5 por ciento en 2018.
Una de las principales reacciones ante el reajuste realizado por el Ministerio de Hacienda tiene que ver con el anuncio por parte del gobierno de Temer de un congelamiento del gasto público de entre 30.000 y 35.000 millones de reales -aproximadamente 9.700 y 11.310 millones de dólares- y un alza de los impuestos.
Ante la caída del crecimiento esperado Temer plantea ajustar un poco más al ya golpeado bolsillo de los trabajadores brasileros.
Las medidas tienden a perseguir el objetivo de reducir el déficit presupuestario primario de Brasil, que el gobierno planteo como meta sea de 139.000 millones de reales en 2017.