Entrevista a Jéssica Antunes, dirigente del Centro de Estudiantes de Letras de la Universidad de San Pablo y militante de Juventude Às Ruas. Los desafíos de la juventud frente la crisis.
Sábado 12 de marzo de 2016
En medio de la crisis política y económica que atraviesa Brasil, se desarrollan fenómenos políticos y de la lucha de clases en la juventud que superan los límites impuestos por el PT y señalan una nueva espontaneidad y combatividad que, si logra contagiar al movimiento obrero, puede desatar un movimiento de masas independiente de los sectores capitalistas en disputa.
Hacia final del año pasado, los estudiantes secundarios de San Pablo vencieron el plan de cierre de escuelas de uno de los gobernadores más reaccionarios del PSDB, el candidato a presidente Geraldo Alckmin con más de 200 tomas y enfrentamientos con la policía en las calles. Este 2016, los estudiantes del estado de Goiás, en el centro oeste del país, ocuparon decenas de escuelas y se enfrentaron a la represión policial en lucha contra los recortes y la privatización de la enseñanza pública en ese estado.
En Paraíba, en el noreste, los estudiantes de la universidad federal ocuparon el rectorado y estuvieron más de 153 horas en huelga de hambre contra los recortes educativos de Dilma. En Río de Janeiro, estudiantes universitarios y secundarios salieron a la lucha junto con los profesores contra los ajustes aplicados por el gobernador del PMDB.
En San Pablo, Belo Horizonte y Porto Alegre se desarrollaron manifestaciones de la juventud contra los aumentos de los boletos y en esta última capital, masivas manifestaciones triunfaron obligando al gobierno a retroceder.
Aunque algunos de estos procesos hayan sido más masivos y en algunos casos más restringidos a sectores de vanguardia, de conjunto constituyen hilos de continuidad con aquella juventud que salió a las calles en las jornadas de Junio de 2013, cuando millones se movilizaron en todo el país contra el aumento de los boletos y contra el gobierno.
Esquerda Diário entrevistó a Jéssica Antunes, dirigente del Centro de Estudiantes de Letras de la Universidad de San Pablo (USP) y militante de la agrupación Juventude Às Ruas y del Movimiento Revolucionario de Trabajadores (MRT), acerca de cómo la juventud debe ubicarse frente a la crisis nacional que divide al país.
Esquerda Diário: La Operación Lava-Jato que investiga los casos de corrupción en Petrobras, el pedido de prisión preventiva de Lula por parte de la fiscalía de San Pablo esta semana y la campaña por el impeachment (destitución) de Dilma, instalaron en el país un clima de avance de la derecha. Se espera que en las marchas convocadas para este 13 de marzo confluyan en las calles el PSDB, la federación industrial de San Pablo que es la asociación patronal más importante del país, el parlamentario ultraconservador Jair Bolsonaro y defensores de la dictadura militar. Por su parte los petistas, por más que unan filas para defenderse de la derecha, no pueden esconder cierta desmoralización por los ajustes de Dilma y por todo el lodo de corrupción en que el PT se metió para administrar el capitalismo. ¿Cómo se ubica la juventud frente a este escenario nacional?
Jéssica: El joven Kim Kataguri y el “Movimiento Brasil Libre” del que es referente, así como movimientos como “Vamos a las calles”, quieren arrastrar a la juventud a ser carne de cañón de la derecha. Mienten intentando vender la ilusión de que la manifestación del 13 de marzo puede parecerse en algo a la que tomó las calles del país en junio de 2013. Pero el próximo 13 de marzo es lo opuesto a junio de 2013. Junio fue una explosión espontánea de la juventud luchando por más derechos y contra todos los partidos políticos que dominan el país. El 13 será de la derecha, utilizando las investigaciones por corrupción y la base electoral del PSDB para imponer un proyecto de país aún más a la derecha del que está llevando el gobierno de Dilma con los recortes en educación, la entrega del petroleo y la reforma del Sistema de Seguridad Social.
Foto: Kim Kataguri, principal referente de la juventud de las marchas de la derecha por el impeachment, representante del Movimiento Brasil Libre (MBL)
El viernes pasado durante la rueda de prensa que el expresidente Lula brindó luego de haber sido llevado a declarar, a su lado veíamos por televisión a dos jóvenes con remeras de la Unión Nacional de los Estudiantes universitarios (UNE) y de la Unión Brasilera de los Estudiantes secundarios (UBES). Esta imagen refleja cómo la juventud del PT quiere que ayudemos a blindar a Lula y a Dilma de los ataques de la derecha, como si el PT no fuese responsable por el fortalecimiento de la derecha al impedir que los sindicatos, organizaciones estudiantiles y movimientos sociales luchen contra los ajustes y la impunidad de “su” gobierno.
Foto: Dirigentes de la UNE y de la UBES junto a Lula durante la rueda de prensa luego de su traslado coercitivo.
La juventud no puede ser carne de cañón de la derecha ni soldados en la defensa del gobierno del PT.
Los secundarios de San Pablo y de Goiás y los estudiantes en lucha en Río de Janeiro y en Paraíba muestran otro camino. Necesitamos transformar estas luchas en un gran movimiento nacional que ponga toda la energía de la juventud en las calles como en junio de 2013.
Una verdadera huelga nacional que termine con los recortes en la educación y ponga a la juventud como punta de lanza de una salida por izquierda a la crisis que atraviesa el país. Una juventud que con su rebeldía y audacia convoque a los sindicatos a romper con su política de colaboración con el gobierno y la patronal e impulsen una movilización de masas para imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana capaz de frenar los ataques, castigar a los corruptos y enfrentar todos los problemas estructurales del país.
Una Asamblea con diputados revocables que ganen lo mismo que un maestro y concentren todo el poder político para impedir las traiciones y los esquemas de corrupción del capitalismo. Que recupere las grandes empresas como Petrobras de las manos de los capitalistas y las ponga bajo control de los trabajadores y el pueblo y no al servicio de las ganancias sino de las necesidades del las grandes mayorías. Ninguna gota de Pre-sal puede ir a manos de los monopolios imperialistas que se ocultan detrás de la Operación Lava-Jato y de Dilma. Está en nuestras manos garantizar que los recursos del petróleo se pongan al servicio de la educación.
Esquerda Diário: ¿Cómo poner en pie ese movimiento nacional?
Jéssica: Es necesario realizar asambleas en todas las facultades y colegios del país para lanzar este gran llamado.
Todos los centros académicos, de estudiantes y dirigentes estudiantiles deben poner todos sus recursos humanos y materiales para lograr que esta propuesta gane visibilidad nacional.
Los estudiantes que lograron desarrollar una mayor movilización pueden hacer la propuesta de un gran día de huelga nacional de toda la educación y nos jugaremos con todo para que sea un nuevo Junio de 2013. Tenemos que hacer como los estudiantes franceses que el pasado 9 de marzo protagonizaron una gran manifestación con 80 mil personas en Paris, organizándose desde las facultades y escuelas, con piquetes en cientos de escuelas en Francia y aliándose a los trabajadores franceses para enfrentar el plan de ajustes y la reforma laboral que el gobierno de Hollande quiere imponer en el país.
Esquerda Diário: ¿Cómo está la izquierda para dar esta batalla?
Jéssica: El PSOL y PSTU son incapaces de poner el peso sindical y parlamentario de sus partidos para fortalecer las luchas de resistencia contra los ajustes y transformarlos en un gran movimiento nacional. Las entidades estudiantiles que dirigen tienen una práctica rutinaria, centrada en los problemas corporativos. El PSTU, al defender la caída del gobierno sin que exista ningún movimiento de masas para derrumbarlo de forma independiente de la burguesía, termina dando una cobertura de izquierda al impeachment de la derecha, que es hoy la única fuerza social realmente capaz de derrumbar a Dilma.
El PSOL, que integra el “Frente Pueblo Sin Miedo”, junto a las direcciones sindicales y populares del PT, al no hacer una lucha política para que estas direcciones rompan su colaboración con Lula y Dilma, termina ayudando al PT a bloquear la posibilidad de una movilización independiente de los sindicatos y entidades populares. Ambos partidos ahora embellecen la Operación Lava-Jata como si el Poder Judicial pudiese castigar no solo al PT sino incluso a la derecha. Esta ubicación de las principales organizaciones de la izquierda deja a la juventud sin una alternativa que pueda realmente canalizar su energía revolucionaria.
Por eso hacemos este lanzamiento de una nueva juventud. Porque los jóvenes que se decepcionan con el PT y no aceptan la derecha, necesitan una alternativa para organizarse. Porque ya sabemos que incluso si todos salimos a las calles como en Junio de 2013 y vencemos, si no mantenemos una fuerte organización para seguir el combate después ellos vuelven a retirar nuestras conquistas, como sucedió con la lucha por el pasaje del transporte, que luego volvió a aumentar. Es lo que estamos discutiendo con los secundarios de San Pablo, pues Alckmin ya busca implementar los ataques que fueron derrotados el año pasado por otros medios.
Necesitamos construir una juventud que no deje que aquellos que se decepcionan con el PT se desmoralizaren y que sea una herramienta que combata el fortalecimiento de la derecha que el PT dejó de ser hace mucho tiempo.
El próximo 2 de abril desde la Juventud Às Ruas junto con estudiantes universitarios y secundarios independientes de varias regiones del país realizaremos un plenario para debatir este gran desafío. Llamamos a todos los jóvenes que no quieren resignarse a la miseria de lo posible a sumarse a esta iniciativa.
Traducción: Liliana Ogando Calo