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Red Internacional
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CUESTIÓN DE CLASE. Bregman repudió a quienes hoy hablan de “violencia”, pero se enriquecieron con la dictadura

Ante el comienzo del juicio a exgerentes de la Ford (uno de los pocos contra empresarios genocidas) la dirigente del FIT se refirió al debate sobre “la violencia” y la feroz represión del Gobierno de Macri.

Jueves 21 de diciembre de 2017 11:12

Foto prensa PTS

Myriam Bregman, diputada de la Ciudad de Buenos Aires por el PTS-FIT y reconocida abogada defensora de los derechos humanos y las libertades democráticas, cuestionó con dureza a quienes hoy despotrican contra los manifestantes que esta semana salieron a la calle “contra el saqueo a los jubilados y los pibes que cobran la Asignación Universal”. Especialmente se refirió a Mauricio Macri y su gobierno de empresarios y ricos.

Bregman puso en contexto las razones de clase de Macri y los suyos para demonizar y criminalizar la protesta social. Lo hizo recordando que esta semana comenzó uno de los poquísimos juicios orales en curso contra genocidas empresarios. Se trata de los exgerentes de la Ford Pedro Müller y Héctor Francisco Sibilia, sentados desde el martes en el banquillo de los acusados en los tribunales de San Martín.

En un posteo publicado en su Facebook (con gran repercusión) Bregman recordó que el martes “comenzó el juicio contra dos exgerentes de Ford por secuestros y torturas a veinticuatro obreros en el centro clandestino que la multinacional tenía dentro de su propia planta, al que llamaban El Quincho. Ellos, los de la foto, son Pedro Müller y Héctor Francisco Sibilla. Hoy son los sobrevivientes los que, con años de lucha junto a los organismos, lograron avanzar en uno de los pocos juicios contra civiles, contra los empresarios que promovieron el genocidio. Un caso emblemático de violencia empresarial y crímenes de lesa humanidad que no es más que el botón de muestra de toda una clase que organizó y se benefició con el golpe”.

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Precisamente en ese listado está “la familia Macri, que comenzó la dictadura con siete empresas y la terminó con cuarenta y siete. Sí, cuarenta empresas más. A algunos les fue bien durante esa época”.

“No parece esta la clase de gente a la que le asuste mucho la ’violencia’…”, ironizó la diputada del PTS-FIT. Y recordó que “fueron capaces de tener sus propios centros clandestinos de detención dentro de sus empresas o en zonas aledañas. Una monstruosidad que cuesta hasta racionalizarla: un típico señor burgués se arma su propio Auschwitz contra los activistas de su fábrica. Otros multiplicaron empresas cuando los genocidas arrasaban el país e incrementaban exponencialmente la deuda”.

Bregman finaliza diciendo que “es bueno recordarlo en estos días, cuando se ha lanzado una feroz campaña de demonización de los que se manifestaron contra el saqueo a los jubilados y los pibes que cobran la Asignación Universal, ¿no?”.