A sala llena se presentó el viernes 6 el libro El encuentro de Breton y Trotsky en México publicado por Ediciones IPS-CEIP.
Lunes 9 de mayo de 2016 10:10
Fotografía:Mario Frías
Como en años anteriores minutos antes de las 20:30, esta vez en el Pabellón Amarillo, junto a la sala Roberto Arlt luego de sortear los laberínticos pasillos de la Feria Internacional del Libro, se empezaba a formar la fila de estudiantes, obreros, artistas e intelectuales que estaban expectantes de sumergirse en una apasionante experiencia.
Quienes llegaron convocados por la figura de Trotsky, el líder revolucionario, y quienes llegaron convocados por la de Breton, el destacado escritor surrealista, se fusionaron en una reflexión común en la que pudieron compartir ese punto de encuentro que es imaginar la sociedad socialista, la necesidad de liberar al arte y a la humanidad de las cadenas del capitalismo.
Abrió la presentación Elizabeth Yang destacando que “esta presentación de un nuevo título publicado por Ediciones IPS- CEIP inaugura una nueva colección dedicada al arte, la cultura y la comunicación, que se suma a la de biografías, la de economía, los clásicos del marxismo y a la edición de las Obras Escogidas de León Trotsky. Publicaciones que hacemos con el objetivo de difundir y recrear el pensamiento marxista para aportar las ideas del socialismo revolucionario.”
Seguidamente Eduardo Grüner, autor del prólogo, introdujo al público una óptica poco habitual que atraviesa este encuentro que protagonizaron Trotsky y Breton en 1938 y la reflexión que subyace sobre la relación entre arte y política.
“…se da cuenta Trotsky que […] hay en la factura misma de la obra artística una suerte de exceso de significación, una suerte de plus, no en el sentido de la plusvalía pero sí en el sentido de un valor en más,[...] y acá sí tanto Trotsky como Breton [...] se dan cuenta que ese plus y ese exceso solo pueden hacer valer realmente y hasta las últimas consecuencias su conflicto con la sociedad injusta, de explotación, o como se quiera llamar, sólo la puede hacer valer poniendo en juego esa plenitud de la libertad artística, libertad condicional, pero que debe ser permitido que se ponga en juego hasta las últimas consecuencias.
Porque esa libertad de creación, esa libertad no pasa por los contenidos temáticos necesariamente, y lo dicen ambos muy explícitamente, el carácter revolucionario del arte está en su libertad creativa, no de si habla o no habla de la revolución o de la lucha de clases o lo que corresponda en cada caso.
Entonces en ese sentido puede ser esa libertad creativa una suerte de matriz metafórica o de modelo simbólico que anticipa dentro de su espacio acotado eso que Marx llamaba el reino de la libertad, un reino de la libertad que no va conquistar el arte por sí mismo, que es la sociedad misma la que tendrá que conquistarlo, pero que el arte, voy a usar una expresión de otro autor que me gusta mucho, es una suerte de memoria anticipada de lo que podría ser el reino de la libertad en la sociedad en su conjunto cuando la sociedad logre efectivamente conquistarlo.”
Facundo Abraham, director de teatro, músico y participante de Artistas con el FIT, a partir de su propia experiencia como artista, destacó el aporte que le significó entrar en contacto con los textos compilados en el libro y la necesidad de retomar la profundidad con la que estos temas eran abordados, que mantienen plena vigencia hoy.
“Uno de los interrogantes que me surgió de la lectura fue el valor de la vigencia que tiene y la necesidad que tenemos los artistas muchas veces de encontrar oxígeno a través de la interpretación del surrealismo. Todo lo que discutimos hoy, reflexionamos y articulamos entre las distintas artes bien podríamos pensarlo al surrealismo como un lugar en el cual podemos ir a buscar un montón de cosas que nos están esperando, no para darnos respuestas, pero sí para encontrar un estado de reflexión sin ningún condicionamiento y sin ninguna convención [...] Leí por ahí que Marx dice ‘transformar el mundo’, suma Rimbaud ‘cambiar la vida’, Trotsky señala ‘anarquía absoluta en el arte’ y de hecho hay una cosa maravillosa que dice ‘los trotskistas podemos caminar con los anarquistas sólo en el arte’, y cierra el manifiesto con algo bello que dice ‘la independencia del arte por la revolución y la revolución por la liberación definitiva del arte’”
Por su parte Ariane Díaz se refirió a las definiciones marxistas sobre el arte que transitan los escritos incluidos en el libro y que estuvieron presentes en el encuentro mexicano.
“Para Trotsky en una sociedad socialista la producción artística no estará ya restringida a un pequeño sector de la sociedad, no sólo para su disfrute sino para su producción. Será, apunta Trotsky, una práctica donde ya no primen los límites de la separación entre creatividad y trabajo, entre trabajo intelectual y manual. [...] Trotsky nos hablará de una sociedad socialista con nuevos “partidos” –estéticos, científicos, filosóficos–. Las afirmaciones de Breton cuando se acercó a las ideas revolucionarias que se ponían como objetivo unir la transformación de la vida siguiendo a Rimbaud, con la necesaria transformación de la sociedad siguiendo a Marx, pueden leerse en un camino similar. [...] El stalinismo a veces parece también haber comprendido estos elementos, pero para hacer todo lo contrario. Es cierto que hoy el realismo socialista no tiene el peso que tuvo y sirve más bien de esperpento con el cual es fácil discutir, pero no para rechazar al stalinismo, sino la idea misma de revolución socialista. Pero después de todas estas discusiones abiertas, muchos siguen confundiendo las definiciones marxistas sobre el arte y la cultura con el realismo socialista. El objetivo que teníamos con el grupo de compañeras y compañeros con los que hicimos el libro era mostrar que la tradición marxista revolucionaria estuvo no sólo lejos de esta “doctrina”, sino que tiene las herramientas para combatirla y una riqueza que hoy necesitamos seguir desarrollando si de lo que se trata es de cuestionar los límites que el capitalismo impone a la actividad artística y a una vida que merezca la pena ser vivida”.
Finalizando la charla, Noé Jitrik, escritor y crítico literario presente entre el público, destacó lo auspicioso de ese encuentro y que contemos con este libro para profundizar en esos debates que no casualmente, agregó, se dieron en un territorio marcado también por una revolución como la mexicana.
Rompiendo con toda la formalidad de las presentaciones que se hacen en la Feria, para cerrar mostrando el trabajo militante que se lleva adelante en la editorial, donde los libros son posibles gracias a los trabajadores, estudiantes y colaboradores que acuerdan con nuestro proyecto revolucionario, subieron al escenario Natalia Rizo quien diseñó la tapa, Lorena Seoane quien tradujo del francés y fue parte del equipo de edición, y los obreros sin patrón de Madygraf, una fábrica que en chiquito también nos acerca al imaginario de una sociedad sin explotados.
Continuando con estas presentaciones, el próximo 11 de mayo Eduardo Grüner y Ariane Díaz, estarán en Córdoba en el marco del Foro de Arte, Estética y Marxismo: LA CULTURA EN LA ENCRUCIJADA que impulsa Bataclana Espacio Cultural