Emotivo y fuerte relato de Flor, novia de Brian "Mechi" Cantero, sobre la vida del joven estudiante y trabajador precarizado que falleció al ser atrapado por una máquina en la papelera Sein Cía. S.A. de Berazategui.
Viernes 30 de noviembre de 2018 00:00
Brian Emanuel Cantero, mejor conocido como " Mechi". El niño que con solo 10 años ya estaba trabajando, consciente de su realidad social. El mismo que en el barrio 12 de octubre y en el Barrio Los manzanos era conocido por su chispa, su sonrisa, solidaridad, y por sobre todo por su gran corazón.
Amiguero, familiero, laburador, ese alma que gran parte de la sociedad dice que falta en tanto espiritus jóvenes, ¿no?
Qué ironía de la vida, cuando se escucha en las voces de la sociedad ese sumbido que dice "al país se lo saca laburando", parodoja, o realidad en un choque profundo con el contexto social.
Ese pibito que repartía pizzas a los 14, el mismo que en un momento de su vida llegó a tener dos trabajos: de día era albañil; de noche trabajaba en un kiosco. Dormía poco, y el tiempo "extra" lo dedicaba a su familia y amigos. Entre tantos laburos que tuvo, trabajó de bachero y comis en uno de esos restaurantes donde van los que no tiene problemas económicos para cenar.
También allí Brian dormía poco, tenía turnos de 12 horas, veía a su novia por la mañana, volvía a dormir, y retornaba a las 15 h rumbo a Puerto Madero, a la rutina de tantes pibes que no les queda otra, que aceptar un trabajo precario, o no comer. Vender su fuerza de trabajo por unos pocos pesos, para sobrevivir.
En "Mechi" existía ese imaginario popular de buen pibe, ese pibe que cumplía todas las reglas de hombre de bien, pero como toda vida individual de sujeto social está arraigada a una sociedad, a un sistema, el sistema capitalista de trabajo precario.
Atravesado por ese contexto, Brian nació allá por el año 1994 cuando ya estaba promulgada esa reforma laboral; hacía 4 años que existía (legalmente, porque ilegalmente siempre existió), la tercerización laboral, la misma que atravesó su vida con tan sólo 23 años.
Se queda sin trabajo en junio, la crisis del país, la falta de trabajo, la necesidad de comer dieron paso a que conozca a este contratista. Primero trabajó en Rigolleau, luego comenzó en la fábrica de la muerte, Sein y CIA S.A. Pintaba caños, aprendió a soldar, todo en el taller.
Meses atrás en el corriente año había retomado sus estudios secundarios, rindió materias en marzo y pudo comenzar su último año. En septiembre, cansado de turnos de 12 horas dejó el secundario, pero siempre sabiendo que iba a dar las materias en diciembre, soñando un futuro mejor, emprendiendo hasta un negocio de bebidas para llegar a fin de mes.
El ajuste, la tercerización, el lucro empresario, el negocio del Estado protegiendo empresas fantasmas iban a hacer que Brian caiga en una trampa mortal en manos de una máquina en la que funciona desde hace más de 50 años, por el ahorro de unos pesos, por la corrupción del estado, por el lucro de los sindicatos hegemónicos. Hoy Mechi no se encuentra entre nosotres.
Nadie se acercó a dar las condolencias a la familia.
El sindicato se ausentó, por más que su Secretario General se llene la boca echándole la culpa a él, los responsables son otros... Es quién dirige papeleros hoy día, si, quién supuestamente esta del lado de les laburantes...
El contratista iba a pagar el servicio fúnebre, iba, porque tuvo que salir del bolsillo de la familia.
La fábrica siguió su ritmo habitual, como lo dió a entender el Jefe de planta, pareciera que Brian era un engranaje de cierta máquina, que se rompe, se descarta, y se renueva por otro. La misma fábrica nuevamente, como en la muerte de Pedro Gómez hace 11 años, se ausentó.
El Estado también está siendo cómplice, con sus leyes precarizadoras, su ajuste brutal contra la clase obrera, y su "pase libre" para que estas empresas abran el juego, al vulnerar distintos tipos de regulaciones e inspecciones, que no se hicieron, o si se hicieron, se hicieron como no se debía.
Por este lado, la familia, les amigues, quienes a todo pulmón reclamamos Justicia por Mechi Cantero
Brai no era un engranaje de la máquina, era un SER de luz, quién llenaba nuestras vidas de amor, de vida y alegría.
Nos arrebataron la vida. No fue accidente ocasional, esto fue un crimen laboral. Detrás de este pedido de justicia esta toda una ciudad conmocionada por un joven laburante, estudiante, hijo prodigio, novio compañero, vecino solidario, compañero amigo.
Necesitamos que te sumes a esta lucha.
Basta de crímenes laborales
Basta de precarización laboral