En las empresas del Estado continúan aplicando la política de las “desincorporaciones”. El argumento es el del capitalismo más puro y duro, “reducir costos”. Una modalidad que se empezó a aplicar desde la pandemia, donde los trabajadores son enviados a sus casas percibiendo un inexistente salario mínimo, y perdiendo la mayoría de sus derechos. Una manera forzada de despidos masivos indirectos.
La Izquierda Diario Venezuela @LaIzqDiario_VE
Viernes 2 de junio de 2023
Fotografía archivo, imagen de referencia
Es lo que han denunciado lo trabajadores del Complejo Siderúrgico Planta Casima ante la inminente medida que pretende tomar la junta directiva de la empresa que, bajo la modalidad de un “plan de contingencia”, mandar a sus casas a 500 obreros. Como siempre, golpeando y haciendo caer la crisis sobre la espalda de los trabajadores de la manera más inhumana, cuando son las mismas gerencias y en consonancia con el gobierno nacional los que han llevado a la situación del desastre de las empresas básicas, reinando la rampante corrupción.
El gobierno habla de “recuperación económica”, pero es para unos pocos, y a base de la mayor explotación obrera y dejando a millares de trabajadores y trabajadoras en la calle.
Ante este brutal ataque, los trabajadores han decidido declararse en estado de alerta ante este eventual ataque patronal. A través de un video que difundieron por las redes sociales, los trabajadores, el miércoles por la noche, cuando ya circulaba que se aplicarían dicho plan declaraban que: “Nos encontramos aquí todos los compañeros de la cuadrilla B en una asamblea extraordinaria a manera de debatir la situación que se está aconteciendo en torno a los rumores, que poco a poco se han venido convirtiendo en realidad prácticamente, acerca de un plan de contingencia.”
Agregaban que “Nosotros aquí reunidos hemos decidido que, de darse este plan de contingencia, estando nosotros en planta, por ejemplo, si envían la flota de transporte solo a sacarnos a nosotros sin personal, acordamos quedarnos aquí esta noche y amanecemos y nos vamos al portón, esperando que las demás cuadrillas restantes puedan acompañarnos”.
El objetivo es “llamar a los medios de comunicación y hacer pública y notoria esta denuncia arbitraria del señor Juan Díaz [gerente de operaciones de la compañía], en conchupancia y con autorización de la junta interventora de querer mandarnos a nuestras casas sin saber las condiciones ni los motivos por los cuales nos quieren sacar de planta y qué beneficios vamos a percibir”.
Se plantaban ante tal situación, manifestando que “Nosotros no podemos quedarnos callados, necesitamos alzar nuestra voz… Nosotros estamos preparados y le hacemos un llamado a las demás cuadrillas, porque vamos a luchar por nuestros beneficios y nuestros puestos de trabajo.”
#Laboral| A las 7:00 pm de este 31 de mayo, trabajadores de Planta Casima denuncian que la directiva de la empresa les informó que se aplicará un “plan de contingencia” en la estatal que suscitaría la desincorporación de 500 trabajadores pic.twitter.com/hGmaPKfRkE
— Francesca Díaz (@francescadiazm) June 1, 2023
Un trabajador, de acuerdo a declaraciones al medio guayanés Correo del Caroní declaró que: “Están orquestando toda esta jugada. La razón que nos dieron es que deben seis meses del servicio de transporte. Ellos hacen lo que les da la gana en la empresa y piensan desincorporar 500 trabajadores. Eso nos lo avisaron hoy (miércoles): seremos desincorporados. Nos mandaron a decir eso y no hay información sobre cómo nos van a pagar”.
Este plan de desincorporaciones o suspensiones masivas es semejante al que se viene aplicando en otras empresas del Estado, como está aconteciendo en las unidades de producción de Café Venezuela en el estado Lara y Trujillo donde casi 90 trabajadores han mandado a sus casas, así como en muchas otras empresas. Apenas les otorgan un miserable salario mínimo que no llega a los 5 dólares mensuales. En Guayana, son miles los trabajadores que desde la pandemia fueron desincorporados y hasta el sol de hoy siguen en la misma situación con todos sus derechos perdidos. Un brutal ataque a las condiciones de vida de los trabajadores que, con el argumento de reducción de “costos”, mantienen en la calamidad a familias obreras.
Ante tal situación, es fundamental lograr la mayor unidad de acción por parte de los trabajadores y de las trabajadoras de las distintas empresas de la región para resistir este avance contra las desincorporaciones, los despidos indirectos, salarios de hambre y nuestras condiciones de vida. Para ello es necesaria la mayor coordinación para enfrentar estos planes antiobreros y defender nuestros intereses y pelear por una salida donde no seamos los trabajadores quienes siempre paguemos sus crisis, discutiendo un plan de lucha unificado.