El represor Silvano Aureoles utilizó a la policía para reprimir un movimiento, ahora en la comunidad de Arantepacua en la militarizada Michoacán, esta vez con saldo de tres comuneros asesinados por armas de fuego y decenas de detenidos. Un conflicto por tierra entre comunidades (Capácuaro y Arantepácua) que no tenía por qué haber terminado así.
Jueves 6 de abril de 2017
Desde enero de este año se avivó un conflicto de larga data entre las comunidades de Arantepácua y de Capácuaro, municipio de Paracho. Está en disputa un terreno de 520 hectáreas.
No obstante, el problema de la falta de tierras obedece a la concentración de los grandes latifundios protegidos por los distintos gobiernos en Michoacán.
Silvano Aureoles
La tarde de este 5 de abril la policía del Estado llegó disparando a la comunidad -como lo muestran los vídeos subidos a las redes-, entrando a las casas y accionando sus armas. En los medios se informa de al menos 10 detenidos y una cifra indeterminada de personas fallecidas.
En un comunicado oficial, el gobierno del Estado informó que la policía iba desarmada; el mismo argumento usado por la policía en la masacre de Nochixtlán, Oaxaca, en junio del año pasado donde hubo 8 muertos, decenas de desaparecidos y varios detenidos.
Por el contrario, el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán (SITUIIM) denunció “los actos perpetrado por la Policía Michoacán contra la comunidad indígena de Arantepácua”, así como la “detención de las autoridades civiles y comunales, así como de comuneros, quienes fueron trasladados a la ciudad de Morelia ante la PGR, y hasta el momento se desconoce su situación jurídica, pues se les mantiene retenidos”.
Ya anteriormente el gobernador ha reprimido salvajemente a los estudiantes normalistas de la entidad, así como al magisterio agrupado en la CNTE. Es la tónica de este partido que se dice progresista y que ha mostrado estar al servicio de los poderosos. Y es que la política represiva del perredista Silvano Aureoles responde a los fines económicos y políticos del gobierno de Peña Nieto, del cual es un aliado incondicional.
Aliados incondicionales
Sin embargo, de manera “inexplicable” los grupos de narcos actúan con total impunidad en el Estado y la inseguridad tiene atemorizada a la población trabajadora. Mientras, se mantiene la militarización de la entidad.
Balas y palos mientras nos llaman a votar
Los tres principales partidos al servicio de los empresarios (PRI-PAN-PRD) que vienen imponiendo las reformas reaccionarias a la población, y entregando la riqueza nacional a la banca y a los inversionistas nacionales y extranjeros, quieren desviar el gran descontento nacional y recomponerse de su evidente crisis de legitimidad mediante el proceso electoral.
Una ilegitimidad marcada por la corrupción de los gobernadores de todos los colores, y por la política represiva de este régimen antidemocrático y autoritario.
Mientras llaman al voto -con la compra de conciencias abusando de la pobreza de la población-, y con acuerdos entre los tres principales partidos para repartirse el botín nacional, están imponiendo la Ley de Seguridad Nacional que protege las acciones del ejército contra la población. Ya el Edomex se votó la llamada “Ley Atenco” que permite a la policía usar “fuerza letal” (es decir, matar) cuando considere necesario hacerlo ante una manifestación o protesta.
Desde el MTS condenamos esta asesina agresión y exigimos la presentación con vida de los desaparecidos, la liberación de los detenidos y el castigo a los responsables materiales e intelectuales de esta cobarde represión.
Es necesario que las organizaciones sindicales que se reivindican democráticas -principalmente el magisterio agrupado en la CNTE- convoquen a todas las organizaciones campesinas, sociales, estudiantiles y políticas a manifestarse como uno solo en contra del gobierno perredista de Michoacán y por la solución de las demandas de los comuneros, que puede resolverse dotando todos de tierras según sus necesidades.