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Red Internacional
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Mendoza. Buitres al acecho de Alco-Canale

Se trata del fondo de inversiones estadounidense Greylock Capital con sede en Nueva York. Greylock es conocido por apostar a lo que llaman "inversiones de riesgo".

Martes 14 de febrero de 2017

La de Greylock Capital es una de esas inversiones que tanto buscan los funcionarios locales en sus recorridas por el mundo. Los "inversores" que encontraron en sus expediciones los funcionarios argentinos se autodefinen, a través de su página web, como asesores especializados en "estragegias conducidas por eventos" o "estrategias event-driven" o en inglés: event-driven strategies. Qué es esto se preguntará usted, atrás del complicado nombre existe una lógica bien sencilla.

Las estrategias "event-driven" son estrategias utilizadas por los fondos inversores o "hedge funds", conocidos por esta zona del planeta como fondos buitres para "aprovechar" situaciones que hacen variar el precio de los activos que compran. Estos "eventos" podrían ser fusiones, reestructuraciones o crisis como las de ALCO que pueden resultar en un "error de precios" a corto plazo de las acciones de una empresa. Esta estrategia se centra en la explotación de la caída del precio de las acciones de una empresa en un momento dado.

La política de Greylock es comprar activos deprimidos y venderlos luego a un mejor precio, una de las actividades básicas del comercio capitalista. Que los de Greylock no son almas caritarivas se sabe hace rato, es uno de los fondos buitre más antiguos del mundo y ex tenedor de bonos argentinos en default. Es además el segundo acreedor de Impsa, el grupo industrial de la familia Pescarmona, también en default con una deuda de u$s 1200 millones.

Fue el propio gobernador Cornejo quien se encontró con representantes de Greylock, entre otros capitales, para tentarlos a invertir en Mendoza mostrandole que sus "event driven strategies" podrían encontrar algo que les pudiera interesar en la provincia. Fue durante uno de sus promocionados viajes a New York en busca de "inversores" con el ministro mejor pago de la provincia, Martín Kerchner Tomba.

En Mendoza quieren mostrar este "evento" como el inicio de un gran proceso de inversiones que hasta tendrá una nueva "mini Davos", pero esta vez cuyana, impulsada por el Consejo Económico Mendocino. Será en el marco de la Fiesta Nacional de la Vendimia y se llamará "Primer Foro de Inversiones Mendoza 2017". El cónclave ya cuenta con el aval de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio internacional.

ALCO es una empresa en crisis desde hace años y que es sostenida por aportes estatales hace tiempo. Sus trabajadores sufren permanentemente la desidia de la familia Carballo, propietaria de Industrias Alimenticias Mendocinas S.A. (Iamsa) desde mediados de los ’70. Iamsa controla ALCO y son los Carballo los que se reunen con ejecutivos estadounidenses y el ministerio de Producción de la Nación, que lidera Francisco Cabrera, para negociar la entrega.

El acuerdo entre los Carballo y Greylock esperan que se concrete en marzo, pero la decisión depende de lo que resuelva el Juzgado Nacional en lo Comercial Nº 1, secretaría 2 de Capital Federal. Si el juzgado homologa la reestructuración societaria y se cancela una parte de su pasivo tendrían una chance de cerrar trato.

A pesar de la "preocupación" del STIA, las expectativas de la conducción están puestas en que ALCO se venda. Sin embargo nada garantiza la continuidad de los 1800 trabajadores a los que se le debe casi $ 20 millones por 2 meses de salarios y aguinaldo 2016. Además ALCO debe alrededor de $7 millones de impuesto a los ingresos brutos.

Alco-Canale es capaz de procesar 100 millones de kilos de tomate y durazno. Controla hasta ahora 6 plantas agro-industriales en todo el país incluidas las mendocinas del Cordón del Plata, Tunuyán y Real del Padre. Fue a concurso de acreedores en 2010 como resultado de las deudas acumuladas desde 2008. En 2015 se le autorizó la posibilidad de cancelar esa deuda en 10 años a 75% de los acreedores.

También recibió un salvataje nacional de $ 150 millones en dos cuotas que irían a sus proveedores y mantenerse operativa, pero sostienen que fue insuficiente y por eso a fines de 2016, ALCO suspendió a 600 trabajadores permanentes que tiene en las tres plantas que posee en Mendoza. En la planta de Lavallol, en Buenos Aires, no tuvo el mejor inicio de febrero; allí los trabajadores denunciaron vaciamiento de la empresa.