Yazaki es una empresa japonesa, proveedora de la industria automotriz. Cables, componentes y terminales son sus principales productos. La transnacional opera en múltiples países, afianzando sus ganancias de la mano de las grandes automotrices.
Martes 10 de mayo de 2022
En esta empresa las condiciones laborales no son distintas a las de otras empresas del ramo: horarios fuera de la ley, sueldos de miseria, abuso patronal, nulo fomento al trabajo digno, pero sobre todo un sindicato charro que garantice la súper explotación de los trabajadores. Esta tarea recae en el recientemente derrotado Sindicato Miguel Trujillo López de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) el cual perdió, por muy poco, la legitimación del Contrato Colectivo de Trabajo en General Motors Silao.
El Miguel Trujillo agremia a casi 7 mil trabajadores en la planta de Yazaki Guanajuato, siendo la pieza clave del amedrentamiento y la pérdida constante de derechos laborales, al igual que lo ha hecho desde hace más de una década en GM Silao.
De hecho, apenas hace 4 meses, después de la derrota de GM, se llamó a la votación para legitimación del CCT en Yazaki, pero fue el mismo sindicato quien canceló las elecciones para intentar evitar que el escenario se repitiera.
La japonesa se enriquece a través de la explotación laboral, mediante horarios que van de entre las 9 horas y las 10 horas de trabajo dependiendo el turno. El salario ronda apenas los 5, 700 pesos, en el promedio de los casos, un salario que representa prácticamente un mísero tercio del precio de la canasta básica familiar en el país.
Por su parte el Miguel Trujillo hace un enorme negocio con los agremiados, los cuales son despojados de sus cuotas sindicales, sin obtener en ningún momento una rendición de cuentas sobre el uso de las mismas. A cada trabajador se le descuenta su cuota, que se encuentra en un promedio de 36 pesos, además cobran un misterioso “plan de seguro sindical” del cual dicen es para una consulta dental, pero no queda claro para los mismos trabajadores sobre su finalidad, ni a dónde van a parar estos otros 16 pesos que les son retirados.
Los charros sindicales del Miguel Trujillo no consultan a quienes aportan las cuotas para saber cuál es la mejor inversión de las mismas, de igual manera que en GM, y aunque este fue uno de los principales reclamos, no se llevan a cabo elecciones, los delegados son impuestos "a dedo" y no existen las asambleas de ningún tipo.
Los paros técnicos que se llevan a cabo desde mayo se pagan al 50%, desinflando el de por sí ya bastante bajo salario, dejando a miles de familias a medio sueldo en medio de una pandemia global. Para esta navidad se repartió la miserable cantidad de 150 electrodomésticos y una pierna para los 7 mil empleados.
A diferencia de lo que el charro Tereso Medina mencionó recientemente sobre la derrota del Miguel Trujillo en GM, que respeta la decisión de las y los trabajadores, vemos claramente que son desvergonzadas palabras de un burócrata canalla, ya que en estas otras empresas siguen sometiéndolos a condiciones deplorables de precarización laboral y aunque diga que por respeto el Miguel Trujillo ya no se presentará a la batalla por el CCT de GM, sabemos bien que la llamada coalición es una máscara más de estos sindicalistas vendidos.