Obreros del bajío denunciaron que la filial de Grupo CARSO, CONDUMEX Guanajuato, les dio un pago de utilidades de entre 200 y 400 pesos. "Parte del comité del sindicato nos dice que ya lo dejemos así y no digamos nada porque no quieren problemas", refieren.
Martes 10 de mayo de 2022
Según su página, CONDUMEX cuenta con 12 plantas de cables y arneses automotrices en Guanajuato, eso la convierte en una de las empresas clave en la cadena de suministros para la industria automotriz de la entidad, donde está asentada la General Motors que exporta la mayoría de su producción a EEUU. Siendo filial de Grupo CARSO, es inverosímil que no existan utilidades a repartir más cuando en el último trimestre de 2021 Guanajuato aparece como la sexta entidad del país con mayor monto exportado.
Las y los trabajadores de las plantas de San Felipe y Ocampo entraron en paro la semana pasada por la burla empresarial al otorgarles entre $200 y $400 por reparto de utilidades (PTU). En Apaseo el Grande el malestar no es menor, si bien existe el miedo de perder el empleo por denunciar a la patronal, en entrevista anónima obreros nos dicen que trabajaron todo el año, incluso horas extra y no se les hace justo que les paguen esa miseria.
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El pretexto que les dieron fue que uno de los clientes más importantes no hizo requerimientos, aunque el problema se está presentando en varias fábricas. En 2020 les dieron $3,500 y en 2021 $7,000 en utilidades.
Según nos indican, su salario va de $1,250 a 1,550 semanales, menos diversos descuentos, entre ellos la cuota sindical, impuestos, apoyo solidario, aportaciones al IMSS, fondo de ahorro y caja de ahorro; es decir, posiblemente varios quizá no perciban ni siquiera el salario mínimo. "Todos son sindicalizados, se firma contrato cada mes, aunque algunos tienen planta y muy poquitos son empleados estables", refiere un trabajador.
Otro nos dice, "El sindicato no se ha reunido con nosotros para brindarnos apoyo e información. Parte del comité del sindicato nos dice que ya lo dejemos así y no digamos nada porque no quieren problemas."
El Sindicato de Trabajadores de la Industria Metal Mecánica Automotriz Similares y Conexos de la República Mexicana (SITIMM) afiliado a la CTM es quien detenta el Contrato Colectivo, su secretario general es el priista Alejandro Rangel Segovia. Según los datos del Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, en CONDUMEX dicho sindicato aún no es sometido a votación frente a los aproximadamente 800 trabajadores para que siga o deje de representarlos ante la patronal.
Debemos señalar que la nueva Reforma Laboral que permite esas votaciones surgió a raíz de las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y que resultaron en el T-MEC. Esta Reforma por supuesto no es una bondad del gobierno estadounidense, se inscribe en lo que se puede apreciar como nuevas formas de control patronal sobre los sindicatos, esta vez no de la mano del PRI, sino de la mano de la AFL-CIO (cuyo historial está intimamente ligado al intervencionismo yanki [1]), del gobierno norteamericano y hasta del partido MORENA para evitar una insurgencia obrera en el corredor industrial mexicano que desde 2019 viene dando visos de ascenso generalizado.
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A nuestro parecer, uno de los desafíos más importantes del sindicalismo democrático y combativo mexicano es romper con esas cadenas que lo vinculan al gobierno mexicano que, aunque ahora parezcan "buenas", siempre traen desgracias para las y los trabajadores. Como muestra baste recordar precisamente la nueva ley que regula el outsourcing: la iniciativa del gobierno se elaboró en complicidad con las patronales para que el pago de las utilidades no ascendiera a más de tres meses. La independencia de clase no es algo menor, sin ella, patronales y gobierno logran administrar el descontento y evitan resolver los problemas de fondo.
[1] "La AFL-CIO ha apoyado todas las grandes guerras imperialistas de los USA (Corea, Vietnam, Afganistán, Yugoslavia e Irak), así como todas las grandes intervenciones estadounidenses (Guatemala 1954, Chile 1973, Guayana 1955, Venezuela 2002, Irán 1955, Panamá 1980 y Granada 1983)", véase el artículo "La confederación internacional estadounidense AFL-CIO y la guerra de Irak" del sociólogo James Petras.