Entrevistamos a una cajera del supermercado COTO de una sucursal de Capital Federal. Pidió a este medio su anonimato por temor a represalias.
Jueves 2 de abril de 2020 16:37
Entrevistamos a una cajera del supermercado COTO de una sucursal de Capital Federal. Pidió a este medio su anonimato por temor a represalias.
LID: ¿Cómo son, hoy, las condiciones laborales en COTO, ante el COVID-19?
“La verdad las condiciones son malas, las medidas de seguridad e higiene que tomaron hasta ahora no son ni las básicas.
Nos ofrecen un barbijo y un par de guantes por persona por jornada laboral, en el mejor de los casos, y rellenan con agua el alcohol en gel que tenemos en las cajas.
No nos brindan elementos como rociadores o sanitizante para limpiar las cajas. Pedimos que nos pongan un acrílico para tener menor contacto con los clientes (no sabemos si es efectivo pero ya no sabemos qué hacer para cuidarnos). Nos dijeron que ya estaban en camino y en la semana los colocaban, pero todavía los seguimos esperando… Aunque cuando se trata de cámaras de seguridad, gastan todo lo que no invierten en nosotros.
Además, no hay información sobre cómo utilizar el material de protección ni qué medidas de higiene y prevención son necesarias.
LID: ¿Entonces qué medidas tomó la empresa para protegerlos a ustedes y a las personas que van a comprar?
“Si bien es restringida la entrada, vemos, por ejemplo, a grupos familiares enteros de dos o tres personas sólo para hacer una compra, o gente que viene hasta cuatro veces por día.
Sumado a esto, las colas son interminables, tanto afuera como adentro de la sucursal, y entiendo que eso es perjudicial para quienes trabajamos y para la misma gente que viene a comprar”.
LID: ¿Y qué sucede cuándo reclamas las condiciones de seguridad e higiene?
“Pensá que obligaron a compañeros a romper la cuarentena exigiéndoles que vuelvan a trabajar y de no ser así, no le justificarían los días. Esto más allá de si la cuarentena los “agarró” en otra ciudad. O también obligaron a concurrir al trabajo a otros compañeros considerados grupo de riesgo.
COTO aprovecha la situación del virus sacándonos francos y también obligándonos a generar horas, incluso para la categoría part time, cosa que está prohibido”.
LID: ¿Qué hace tu sindicato, de Comercio ante tal situación?
“Es muy difícil hacer cumplir a la empresa reclamando individuamente.
Los gerentes no te lo dicen expresamente, pero cuando lo solicitás, te miran con mala cara o te dicen que es prioridad otro sector, como si hubiese un sector que valga más que otro en medio de una pandemia.
Los delegados, por su parte, no cumplen con su función de defendernos, se llenan la boca diciendo que si necesitas algo ellos van a estar, pero finalmente se borran, solo sos un voto en época de elecciones (no voy a meter a todos en la misma bolsa porque algunos sí hacen)”.
LID: ¿Querés agregar algo más ?
“Aparte de esto, el bono de 5000 pesos para los trabajadores de grandes cadenas de supermercados, acordado para quienes cumplimos tareas en esta emergencia sanitaria será depositado en una tarjeta con uso exclusivo en la empresa. O sea, nos dan un bono que ¡los beneficia a ellos!1
Para la empresa sos un número, ¡siempre fue así! Tenemos miedo de ir a trabajar, tenemos miedo de contagiarnos, tenemos miedo de ser los que contagiemos a nuestros familiares
En COTO, es clásico que siempre que quieras hacer valer tus derechos te den respuestas como “buen si no te gusta ándate”, y si decidís hacer algo el comentario siguiente es “a ese/esos seguro los echan”, a veces admiro a mis compañeros que hacen valer sus derechos sin miedo a las consecuencias, algunos somos miedosos, otros no se pueden dar el lujo de que se cumpla la profecía y los echen, pero se agradece a esos compañeros”.
1) Esta modalidad se hizo conocida por la macabra “La Forestal”, empresa inglesa que pagaba con vales que los obreros sólo podían utilizar en sus almacenes.