La formación anticapitalista está optando a presidir el Parlament de Catalunya negociando con Pere Aragonès, mientras los Mossos reprimen a la juventud.
Viernes 26 de febrero de 2021
El diario Vilaweb publicaba esta semana que la dirección de la CUP está consultando a las asambleas sobre que piensan de asumir la presidencia del Parlament y una serie de propuestas sociales y económicas dirigidas a ERC y JxCat. Las negociaciones entre las diferentes formaciones soberanistas se están haciendo con la práctica política de siempre. Es decir, reuniones que no son públicas y contenido que solo se sabe por las declaraciones que hacen los protagonistas. Ni luz, ni taquígrafos.
Esta oscuridad quiere esconder lo que todos los medios dicen: la CUP quiere optar a presidir el Parlament, aunque esto sea a expensas de blanquear a los partidos que reprimen a la juventud. Precisamente por eso, la dirección cupaire pregunta a los militantes si es un objetivo lícito “la asunción de la Presidencia de la Mesa del Parlament”. Una corriente anticapitalista de verdad tendría que poner a sus diputados al frente de las movilizaciones y preguntar a todos los jóvenes de la calle si quieren impulsar un gran movimiento contra la represión, la monarquía y el Régimen del 78.
Por el contrario, el documento difundido por Vilaweb plantea una serie de exigencias por parte de la cúpula de la CUP a Esquerra Republicana y Junts per Catalunya que parecen imposibles de conseguir con estos “socios”. Si hacemos un repaso a la política burguesa del Gobierno de Torra-Aragonés nos sacaremos las ganas de compartir un gabinete o una mesa del Parlament. Pero lo que es peor de todo es que Aragonès es el jefe del gobierno que reprime a la juventud y que ha defendido la represión esta misma semana.
¿Cómo se puede avanzar con ERC y JxCat?
El documento hace un análisis de la negativa del Régimen del 78 a negociar, de la represión y del avance de la ultraderecha. Y continúa con una serie de propuestas hacia las “fuerzas independentistas y soberanistas” para “avanzar en el plano social y de liberación nacional”. Pero, como se puede avanzar con Esquerra y Junts per Catalunya?
La dirección de la CUP expone que “hacen falta políticas materiales de apoyo a las necesidades inmediatas de las clases populares que más están sufriendo...”. Esto es clave, porque son muchas las familias que hacen cola para pedir alimentos, porque son centenares de miles las personas que están en el paro, con ERTEs y la juventud y mujeres que sufren principalmente la precariedad.
Pero la Ley Aragonés permitía la privatización de todavía más empresas públicas que quedarían en manos de las grandes empresas del Ibex35. Es decir, en manos de los grandes responsables de la precarización ¿Así se puede acabar con el 40% de paro juvenil y una precariedad que dobla la media europea? ¡Claro que no! Las ayudas para el Covid-19 a los autónomos (la gran mayoría falsos autónomos) y los pequeños comercios son migajas. Pero hay dinero para pagar contratos carísimos a Ferrovial y a la sanidad privada.
También se habla de una “hoja de ruta hacia la independencia, con unos hitos concretos”. ¿Qué independencia se puede realizar con los que hicieron la república de los ocho segundos y la república simbólica del 27O? ¿con los que se entregaron a la justicia o salieron de Cataluña sin defender ninguna república catalana? ¿Con los que declararon en sus juicios que no desobedecieron?
ERC y JxCat no lucharon para defender la República catalana. No aprovecharon que la gente llenaba las calles enfrentándose a la represión de la Guardia Civil y la Policía. Dejaron pasar que millones votaron el 1O, que miles y miles ocuparon las escuelas y que millones de trabajadores hicieron huelga el 3O y el 8N. Y esto ha sido así porque solo contemplan una “independencia” pactada con el Régim del 78. ¿Es que esto no es el ejemplo más claro de un oxímoron?
En el documento, la dirección cupaire también plantea que hay que combinar “un nuevo ciclo de movilizaciones y la acción institucional”. Pero, ¿como se puede hacer esto con los responsables de sacar de la calle al pueblo catalán? ERC y JxCat se conjuraron para no convocar ninguna movilización. Y no solo esto, sino que además las reprimen. Reprimieron a la juventud que denunciaba la sentencia del procés y ahora lo hacen con los que piden la libertad de Hasél.
Desde las instituciones, ERC y JxCat envían el mensaje de “no hagáis nada y aguantad”. Es decir, que dejemos en sus manos las soluciones y que además aguantemos sin quejarnos porque ellos envían los Mossos como ahora lo hacen Aragonès y Samper con la juventud. Ni “nuevo ciclo de movilizaciones”, ni ninguna “acción institucional”. Ninguna “confrontación democrática con el Régimen del 78”. Los dirigentes de Esquerra y JxCat dijeron que nunca desobedecieron y que todo el que hacían era legal. Solo hacen “confrontación antidemocrática” contra los que salen a las calles.
Por todo esto, hay que explicar que solo una ilusión óptica puede “concretar un plan de trabajo de cambio de modelo económico desde una perspectiva social, ecologista y feminista”. Aragonés y Torra son los responsables de mantener los recortes y vaciar el presupuesto de Catalunya durante la legislatura anterior. Este camino que quizás inicie la CUP, es el mismo camino que llevó a Podemos a integrarse al Régimen del 78.
Hay que organizar a todas las fuerzas de izquierda. La CUP obtuvo más de 189 mil votos y los Comunes, aunque están integrados al régimen como se puede ver en relación a Colau, sacaron casi doscientos mil. Hay un amplio espacio de izquierda. Lo que hace falta es que una izquierda anticapitalista independiente de la burguesía (sea española o catalana) y valiente se ponga al frente de las movilizaciones como lo están haciendo los miles de jóvenes que luchan por la libertad de Hasél, de expresión, contra la represión y por un futuro completamente diferente al que el capitalismo nos está llevando.
Hace falta que la dirección de la CUP rompa con los partidos “no soberanistas” y “sí burgueses” de Esquerra y Junts per Catalunya y consulte a sus militantes y votantes, miles de jóvenes y trabajadores, como luchar por la libertad de Hasél, como hacer una gran huelga el 8M y empezar a organizar un gran movimiento contra la represión, la monarquía y este decrépito Régimen del 78. Si la dirección de la CUP acaba optando por una mejor posición dentro de la institución a expensas de abandonar la lucha en la calle, será cruzar su Rubicón.
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