El fin de semana pasado se realizó en la ciudad de Mar del Plata el Encuentro Nacional de Mujeres. Fue el 30º, pero primero para mí y para muchas.
Martes 20 de octubre de 2015
Desde temprano la ciudad se vio invadida por la gran cantidad de delegaciones que llegaban desde distintos puntos del país, más tarde la ciudad estaría colapsada por las mujeres que participamos. Claro está que este Encuentro tuvo su antesala en las marchas del 3J pasado con el fenómeno #NiUnaMenos.
El acto de apertura tuvo para muchas, sabor a poco, fue en un estacionamiento, para que se grite pero no se escuche. Sin embargo fue la primera de muchas emociones, la convocatoria era enorme y realmente moralizadora, sentías que si cantabas y gritabas por tus derechos podrían concretarse, y si eso no se creía, muchos no iban a dormir tranquilos.
La organización y las organizadoras fueron el tema excluyente, no solo por el lugar elegido para realizar el acto de apertura, sino por la cantidad de talleres colapsados.
Con más de 30 talleres para debatir muchos de ellos tuvieron que realizarse en la calle o pasillos, por la gran cantidad de mujeres que concurrieron, esto fue un tema recurrente en la expresión de cada una de las compañeras que tomaban la palabra en los debates.
En los distintos talleres pudo reflejarse la necesidad de políticas concretas que aborden y tomen las necesidades inmediatas de las mujeres, como la violencia de género, la legalización del aborto, el trabajo precario entre otras.
La experiencia más rica que saco del Encuentro fue ver que la realidad de cada una de nosotras es similar, no importa donde trabajas, donde hayas nacido, quien nos haya criado. Todas sufrimos salarios miseria, todas dejamos nuestra salud física y mental en nuestros trabajos, todas fuimos víctimas en manos o palabras machistas, todas vimos vemos pisoteados nuestros derechos en algún momento, esto que pude ver y oír no lo repudia ningún diario, ningún medio, está en boca de nosotras.
En la misma ciudad donde reclamábamos y exigíamos el fin de los femicidios, la violencia machista se cobró dos vidas más, se nos rio en la cara como se ríe el gobierno cada vez que hace oídos sordos a nuestros pedidos cuando exigimos el aborto libre y gratuito y este no hace más que patear el debate en diputados.
El Encuentro culminó con una marcha multitudinaria, que eriza la piel del quien la vio , de las mujeres que abren sus ventanas, aquellas que aplauden tímidamente, y de las que miran indiferente, todas saben de qué estamos hablando.
Aunque de este encuentro deberíamos haber salido con un verdadero plan de lucha, concreto, firme y con objetivos cada una de una de nosotras debemos sumarnos al próximo sin perder de vista que cada uno de los derechos que obtuvimos las mujeres lo peleamos en la calles y con nuestra clase.
Por qué queremos el pan, pero también las rosas.
