Cuando decimos mujer trabajadora precarizada no exageramos, ya que estamos en una desventaja abismal a la cual hay que sumarle las malas condiciones para las mujeres trabajadoras con enfermedades crónicas , les contare lo que observó en mi entorno laboral.
Domingo 8 de enero de 2017
Yo trabajo de cajera y como es bien sabido es un rubro mayormente de mujeres. Al llegar a mi trabajo mi compañera me cuenta que es diabética y que se siente mal (producto de esto se le secan los ojos y su boca se pone amarga y saliva mas de lo normal), de inmediato intento llamar a la supervisora a lo cual mi compañera me pide que no lo haga por que la pueden desvincular de la empresa.
Al siguiente día, de la nada, la jefa de caja le conversa que ella igual es diabetica y que le recomienda personalmente que se cambie de área de trabajo, por que su enfermedad no es compatible con él cargo.
Mi compañera se niega y la jefa le responde ojala que no le toque en mi turno por que yo no mando a colación, esto demuestra que la jefatura no son confiables ni empática con los trabajadores, ellos son propatronales y solo le importa mantener él cargo aun poniendo en riesgo la salud de las trabajadoras.
Cabe mencionar que los horarios de colación tampoco son respetados y si lo son es por antigüedad o afinidad con la jefa de turno.
Para mi es increíble como nos amedrenta nuestra jefatura, esto sucede por que la jefatura ejerce el abuso y nuestras pares lo normalizan , también se nota que mujeres, por diversos motivos, aceptan estas precariedades como algo normal y no se atreven alzar su voz.
Nosotras como mujeres trabajadoras militantes de Pan y Rosas creemos e instamos a las mujeres a organizarnos en comisiones de mujeres y en nuestros sindicatos para así exigir en conjunto todos nuestros derechos.