En una conferencia en el Estado Español, el expresidente panista presumió las "mejoras" que hizo en la policía federal mientras su secretario de seguridad, Genaro García Luna, se encuentra detenido por sus nexos con el Cártel de Sinaloa.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Sábado 2 de octubre de 2021
En una conferencia ante miembros del derechista Partido Popular (cuyos miembros son defensores del legado franquista y dictatorial en el país ibérico), el exmandatario mexicano dio gala de los "logros" de su administración en lo que respecta a la política de seguridad.
Según Calderón, en México había una cultura de "dejar hacer y dejar pasar" a los criminales. Aprovechó también para contrastar la situación de su gobierno con la de la administración de López Obrador que repite el lema de "abrazos, no balazos" para combatir el crimen organizado.
Es así que el expanista presumió que construyó una policía "casi desde cero" y con exámenes de "confianza", como físico, psicológico, toxicológico, socioeconómico y con detección de mentiras. Según él, se construyó una policía "eficaz como nunca hubo en México".
La ironía es doble: por un lado, plantear que en México había una cultura de laissez faire (como reza el lema del liberalismo clásico) hacia el crimen le achaca la responsabilidad a su antecesor, el también panista Vicente Fox. Por otro lado, la eficacia de la policía calderonista resulta nula si contemplamos que su secretario de seguridad, Genaro García Luna, actualmente se encuentra detenido en Estados Unidos por sus nexos con el Cártel de Sinaloa.
El temido cártel era encabezado por el "Chapo" Guzmán, quien también está preso en Estados Unidos en una prisión de alta seguridad. Los nexos entre García Luna y el Chapo eran evidentes en los años de Calderón: a distintos cárteles de la droga se les atacaba, arrestaba, eliminaba a sus cabecillas, se les decomisaban armas y kilos de droga... A todos salvo uno: el de Sinaloa.
A ello se suma que en los años de Calderón se dio el escándalo del arresto de Florence Cassez, una ciudadana francesa que fue acusada de haber secuestrado a unos niños y que posteriormente se habría comprobado que el operativo de su detención, transmitido en televisión en vivo, habría sido un montaje.
Con ello además Calderón pretende justificar su agenda policial y de militarización del país, en la que desplegó a la policía y las fuerzas armadas al combate al narcotráfico y que generó una estela de 100 mil personas asesinadas tan sólo en su administración según cifras oficiales de la Segob. Una manera en que la derecha mexicana pretende congraciarse con sus patrones en la "madre patria" a la cual le son fieles, como demostraron los nexos entre Vox y el PAN que devinieron además en la visita de Abascal a México y la ridícula firma de la "Carta Madrid" para "combatir el [supuesto] comunismo" de López Obrador.
En redes, García Luna se volvió tendencia y, por más que Calderón presuma de sus trajes de gala, no puede esconder debajo de ellos la larga cola que se le puede pisar fácilmente. Una cola que creció con la corrupción y subordinación a la Casa Blanca en su sexenio, situación que poco ha cambiado en realidad con López Obrador.