Informes recientes dan cuenta de nuevos récords de aumento de la temperatura global. Las consecuencias y la necesidad de un cambio de rumbo urgente en el sistema de producción.
Jueves 12 de enero de 2023
Fuente: Instituto de Conservación de Ballenas ICB
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo dependiente de la ONU, los años más calurosos de la historia se registran entre 2015 y 2022. El año más caluroso fue 2016, seguido por 2019 y 2020. El año 2022 es el quinto más caluroso del que se tiene registro, con un promedio mayor a 1,2ºC respecto de la era preindustrial. Las zonas más afectadas son Europa Occidental, Medio Oriente, Asia Central y el noroeste de África. Estas conclusiones se basaron en un informe de Copernicus, organismo de la Unión Europea, mientras que la NASA junto con el organismo norteamericano que analiza fenómenos climáticos publicó un informe parecido. El 2022 fue el segundo año más caluroso para Europa, con récords de calor y sequías en Reino Unido, España, Portugal y Francia en Francia, Portugal y España. Pakistán registró inundaciones históricas, el centro y este de China sufrieron olas de calor y hubo diluvios en Nigeria. El efecto de la Niña provocó mínimos poco usuales de temperatura y lluvias abundantes en Australia.
Te puede interesar: Exaltación de la Cruz: detienen a ambientalistas por alzar un cartel en el acto de Alberto Fernández
Te puede interesar: Exaltación de la Cruz: detienen a ambientalistas por alzar un cartel en el acto de Alberto Fernández
Por otro lado, la temperatura promedio oceánica de 2022 superó el récord de 2021, según un estudio publicado ayer por la revista Advances in Atmospheric Sciences. Según los investigadores, la energía de los océanos entre la superficie y una profundidad de 2.000 metros aumentó el año pasado en diez zetajoules, es decir, 10^22 Joules (unidad de energía en el sistema mks). Esa cifra equivale aproximadamente a cien veces la producción de electricidad en todo el mundo en 2022. La investigación también mostró anomalías de salinidad extremas, una huella de amplificación del ciclo global del agua en la parte superior del océano y un aumento sostenido en la estratificación, esto es, la separación de las aguas según sus propiedades (salinidad, oxigenación, densidad, temperatura) en capas que no se mezclan, lo cual implica una alteración en la forma en que se intercambia calor, carbono y oxígeno entre el océano y la atmósfera. Como consecuencia, cuatro cuencas en el Pacífico Norte, el Atlántico Norte, el Mar Mediterráneo y los océanos del sur registraron el calor más alto desde la década de 1950. Al sur, la extensión de hielo en el mar Antártico alcanzó un nivel mínimo récord en febrero de 2022, cuando se registró la superficie de hielo más débil en 44 años de registros satelitales.
Aceleración del calentamiento global
La tendencia al aumento del calentamiento global es un hecho: cada año se siguen registrando nuevos récords de temperatura. La principal causa de este desequilibrio energético está directamente relacionada al aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Se trata de una situación grave: los acuerdos de París planteaban la necesidad de reducir a la mitad la producción de GEI (Gases de Efecto Invernadero) para 2035 y a cero para 2050 si se quiere evitar superar el límite de 1,5º C respecto del nivel preindustrial (alrededor del 1750), lo cual tendría consecuencias aun más catastróficas de las que ya venimos sufriendo las mayorías trabajadoras. Los GEI son el producto de la combustión fósil así como de la deforestación, los cambios en el uso del suelo y la destrucción de sumideros de carbono como son los humedales, entre otros. El Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) viene señalando que las consecuencias de los cambios son mucho más rápidas y fuertes que las previstas, con lo que la ventana de tiempo cada vez es menor. En un sentido diametralmente opuesto, los sectores capitalistas ligados al combustible fósil (o el agronegocio, si se habla de deforestación) comenzando por Estados Unidos y China, los principales emisores históricos y actuales, vienen impulsando esta producción de la mano de los Estados que garantizan sus negocios. El análisis del IPCC proyecta un calentamiento de alrededor de 2,5 grados centígrados para fines de siglo, de consecuencias realmente catastróficas e imprevisibles.
Te puede interesar: COP27: Notable aumento en las delegaciones del lobby del combustible fósil
Te puede interesar: COP27: Notable aumento en las delegaciones del lobby del combustible fósil
El sistema de producción, foco de la crisis climática
La relación de producción capitalista produce una fractura irreparable en el metabolismo de la naturaleza, producto de la alienación humana respecto de su trabajo. La ruptura de esa relación entre humanos y naturaleza deviene del propio funcionamiento del sistema de producción capitalista, cuyo único objetivo es la acumulación de capital. La crisis climática a nivel global es la máxima expresión de esta realidad e impacta día a día principalmente en las condiciones de vida y de salud de la clase trabajadora y los sectores populares. El poder de torcer el rumbo de la historia hacia una catástrofe climática, comienza por tomar conciencia de nuestro lugar y de lo que podemos hacer a través de la organización social. Esa organización desde abajo, desde los lugares de trabajo, desde las luchas territoriales, es la lucha por la Ley de Humedales, la lucha por frenar los desmontes, así como también la lucha por el salario y la reducción de la jornada de trabajo. Tenemos derecho a gestionar qué producimos, cómo producimos y cuánto tiempo dedicamos a esa producción.
Te puede interesar: Morales avanza con el saqueo del litio en Jujuy de la mano de PanAmerican Energy
Te puede interesar: Morales avanza con el saqueo del litio en Jujuy de la mano de PanAmerican Energy