En el ISFD N°1 “Abuelas de Plaza de Mayo” se instalaron cámaras de vigilancia interna. Mónica Ghiarelli, secretaria de Seguridad de Avellaneda y candidata a concejal del kirchnerismo, estuvo de “visita”.
Martes 11 de julio de 2017
Hace pocas semanas se instalaron cámaras de vigilancia en los lugares más concurridos del Instituto Superior de Formación Docente N°1 de Avellaneda.
Éstas monitorean desde el despacho de las autoridades y captan la imagen permanente de todo el área del bufet y dos pasillos que recorren las aulas del segundo piso, donde se encuentra la cooperadora.
La medida tomada por las autoridades se concretó sin ningún tipo de consulta a la comunidad educativa y varios estudiantes ya se sintieron incómodos y alarmados.
¿Para qué están? ¿Quién las monitorea? ¿Por qué se invierte la plata en eso y no en solucionar necesidades edilicias o de materiales de estudio? Esas fueron algunas preguntas que recorrieron los pasillos del ISFD 1.
La agrupación Giro a la Izquierda elevó una carta a las autoridades donde expresó su preocupación frente a la instalación de cámaras de vigilancia, entendiendo que existe una relación con el discurso “securitario” que viene creciendo en la agenda mediática y de la mayoría de las propuestas políticas nacionales y locales.
En la carta se menciona, además, que varios estudiantes han sufrido el abuso de las razias que está haciendo la Policía en los colectivos en Avellaneda, Lanús y otras localidades. Y la experiencia aún fresca de los estudiantes del ENAM de Banfield, que fueron perseguidos en una irrupción violenta de la Bonaerense en su colegio.
“Resguardo institucional”
La explicación que dieron tanto el director Claudio Romegialli como el colectivo de conducción, es que las cámaras instaladas son internas y están “dispuestas en sectores que observan espacios donde se guarda documentación y materiales inventariados por la Secretaría y que garantizan el resguardo normativo institucional”.
Además dijeron que fue una respuesta frente a los “reiterados robos de materiales y recursos didácticos, como tecnológicos, para el uso de estudiantes y docentes; sumado a actividades vandálicas como la sucedida sobre la exposición de fotografía de Estela de Carlotto (…) acciones violentas sobre instalaciones edilicias (ascensor, paredes, puertas de aulas, baños, etc.)”.
Lo contradictorio es que en el bufet no existen dichos materiales didácticos o documentación institucional, que las cámaras no apuntan a los baños ni al ascensor y que en el segundo piso no monitorean específicamente a la cooperadora, sino también a los dos pasillos corredores.
Visita de campaña
Pocos días después de estos hechos, se presentó en el Instituto una charlasobre “seguridad”, donde la principal panelista fue Mónica Ghiarelli, actual secretaria de seguridad de la Municipalidad de Avellaneda y primera candidata a concejal por Unidad Ciudadana, la coalición kirchnerista de la que forma parte el intendente Jorge Ferraresi, con quien las autoridades del Instituto tienen afinidad y relación política.
La charla fue obligatoria para la comunidad educativa, por eso participaron varios estudiantes, muchos con preguntas e inquietudes genuinas. La más sensible fue pronunciada por una estudiante que hace pocos días contó en redes sociales que sufrió un intento de secuestro en la parada del colectivo que está a metros del Instituto.
Frente a esa intervención Mónica Ghiarelli contestó que no le constaba que haya sido un intento de secuestro sino más bien un arrebato, contradiciendo la versión de la propia mujer implicada y afirmando que en Avellaneda no existen los secuestros de mujeres.
En suma, la charla fue una oportunidad para hacer campaña política del oficialismo local y juntar firmas para presionar al gobierno provincial a que baje más presupuesto para la Policía Local.
Más educación, menos represión
Desde la gestión de Scioli a la de María Eugenia Vidal, el presupuesto en materia securitaria ha ido aumentando exponencialmente al igual que la cantidad de efectivos de las distintas fuerzas. Contradictoriamente no lo ha hecho el presupuesto educativo ni de salud, y el desempleo en el Gran Buenos Aires aumentó al 11,8 %. Es decir que lo que aumenta es la desigualdad social.
La gran presencia policial no ha provocado en absoluto que disminuyan la cantidad de robos o las situaciones de violencia a las que están expuestas las mujeres. Como lo demuestran los escándalos que trascienden cotidianamente, las policías son cómplices de organizar el gran delito, son quienes obligan a los jóvenes a salir a robar a punta de pistola en los barrios más humildes y son quienes están detrás del secuestro para las redes de trata y prostitución.
En este contexto, la agrupación Giro a la Izquierda continúa con la campaña “Nuestra educación vale más que sus ganancias”, convencidos de que es la desigualdad social la que engendra las peores violencias y que es la propia policía la que se aprovecha de esta realidad, siendo parte activa en reclutar jóvenes y organizar el delito. Por eso levanta la consigna de “plata para educación, no para represión”.
La propuesta es generar becas de $ 11 mil para todo estudiante que lo necesite, pudiéndose otorgar 400 mil sólo con el dinero que el sector del campo se ahorra en retenciones. Que se construyan más colegios en doble jornada para que no haya un sólo niño o joven en la calle, invirtiéndose el 10 % del PBI y quitándole los subsidios a la escuela privada y religiosa.
Además de que todos los trabajadores y docentes trabajen 6 horas, 5 días, con un sueldo igual a la canasta básica familiar. Así los estudiantes tendrían tiempo y recursos para terminar sus carreras, los docentes no estarían obligados a trabajar tantos turnos para llegar a fin de mes, y todos los niños y jóvenes del país tendrían acceso real y efectivo a la educación pública.