No todos pierden con el gobierno de Macri. Mientras la mayoría de los trabajadores y el pueblo sufre la baja del nivel de vida, gana un grupo selecto de empresarios.
Jueves 28 de julio de 2016 01:00
En los primeros 7 meses este gobierno dejó en claro, como nunca antes para grandes mayorías populares, que se trata del “gobierno de los ricos”. Así se ha popularizado.
Pero “los ricos” es una definición imprecisa. Todos los gobiernos del país lo han sido. Este se trata del gobierno directo del grupo selecto de empresarios capitalistas que dominan la Argentina. ¿El Kirchnerismo no lo era? Claro que si. También representaba los intereses capitalistas concentrados. Pero mediado por la actuación de una camarilla gobernante de políticos peronistas, de los cuales muchos se hicieron “nuevos ricos” al calor del poder, con los contratos de la obra pública, el manejo del Estado y -para simplificar- los “bolsos de López”, cuyo contenido de billetes proviene de las mismas grandes empresas dueñas del país que acá mostramos, explotadoras del trabajo de quienes vivimos del salario. La diferencia es que el gobierno de Macri tiene el “beneficio” para la conciencia de las grandes mayorías trabajadoras de dejar en claro que son los representantes directos, casi sin intermediarios, de las corporaciones patronales. El peronismo suele disfrazarse, el PRO casi nada. Así lo demuestran los llamados CEOs (gerentes de empresas) que ejercen directamente el poder político como ministros. Como Aranguren de la Shell, Ministro de Tarifazos.
En estas páginas mostramos que no todos pierden con Macri. El nuevo “modelo” tiene claros ganadores. Pero el problema nos remite al poder que está detrás del gobierno, los que mandan, con este gobierno del PRO y también con el anterior del FPV.
Las empresas públicas privatizadas son una verdadera “herencia” de los años 90, de Menem y Cavallo, el anterior y el actual gobierno mantienen. Servicios públicos que son esenciales para la vida. El agua, la luz, el gas, el transporte, han sido capturados por un puñado de empresarios, en su mayoría de empresas extranjeras imperialistas que obtienen una “renta cautiva”: nadie puede dejar de consumir sus productos y por eso son tan poderosos. Los banqueros que esquilmaron una y otra vez los ahorros de las clases medias, de los jubilados y el pueblo trabajador, los que fueron rodeados por miles de manifestantes en el 2001, hoy siguen ahí, amasando más fortunas que nunca, preparando un nuevo desfalco. Las poderosas patronales agrarias que tienen “la vaca atada”, que amplían la extensión de sus campos de soja que va mayormente a la exportación, son la clase parasitaria por excelencia de la Argentina: la renta especial que da la tierra, una fuerza productiva natural que usufructúan unos pocos terratenientes superexplotando la mano de obra de los peones rurales, los peores pagos y hasta trabajo infantil en las cosechas. El desembarco de los grandes hipermercados en los 90 en unas pocas cadenas multinacionales impone “la dictadura de los precios” que ellos definen a su antojo contra la mayoría popular.
El programa de los socialistas revolucionarios no se limita a detener el ajuste en curso. Empezamos por ello.
Proponemos una gran acción nacional como las grandes gestas que cambiaron el curso de la historia en la Argentina. Como lo que fue el Cordobazo pero en todo el país: un gran levantamiento obrero y popular de masas que de por tierra el programa de ajuste del gobierno de los ricos, como explicamos en estas páginas.
¿Y después qué?
» Luchamos por renacionalizar las empresas de servicios esenciales pero no para dejarlas en la administración de este Estado patronal de corruptos, sino para poner los hidrocarburos, la electricidad, el agua, el transporte en manos de los trabajadores al servicio de todos.
» Luchamos por expropiar las tierras de los oligarcas y grandes patrones del campo, fuente de riqueza nacional para distribuir la tierra y producirla colectivamente en favor de las mayorías.
» Luchamos por acabar con el lucro de los banqueros, puerta de la fuga de capitales y evasión de impuestos, para crear una banca nacional única en manos del gobierno obrero que pueda otorgar créditos baratos a pequeños productores.
» Luchamos por un gobierno de los trabajadores que se proponga la construcción de una nueva sociedad que termine con la explotación.
Mientras la mayoría de los trabajadores y el pueblo sufre la baja del nivel de vida a fuerza de la devaluación del peso, caída del salario, inflación, menos empleo y tarifazos; los que ganan son los de siempre. A las patronales del campo se le suman las empresas privatizadas de los servicios esenciales, los bancos y los hipermercados. Son los sectores privilegiados por el gobierno macrista.
Los Bancos
Es el sector que más ganó durante el primer trimestre del gobierno de Macri.
671 millones de dólares es lo que ganaron de conjunto. Entre ellos: Banco Macro U$S 95 millones, Banco Galicia U$S 91 millones, Banco Francés U$S 79 millones, Banco Patagonia U$S 51 millones, Banco Santander Río U$S 57 millones.
43 mil millones de pesos: es lo que habrían ganado los bancos por la diferencia entre las tasas que pagan por las colocaciones de dinero en plazos fijos que reciben y lo que cobran del Banco Central (BCRA) por las tasas siderales de las LEBACS (licitaciones del Banco Central) en los primeros 5 meses de este año.
70 mil millones de pesos: es lo que pagó el BCRA por los contratos de dólar futuro pactados por Alejandro Vanoli, ex presidente del Banco Central hasta diciembre del año pasado. Los ganadores: los bancos Santander, el Galicia y Macro; las automotrices Ford, Volkswagen, Renault; Arcor, Mastellone, Molinos, Clarín, La Nación, Cablevisión y amigos y actuales funcionarios del gobierno nacional, como Nicolás Caputo, J. María Torello, Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, entre otros.
El Campo
Se calcula en U$S 8.000 millones el beneficio bruto total del campo con la devaluación y la quita de retenciones. Esto solo entre diciembre del 2015 y abril de este año.
¿Por qué aumentaron los productos del campo en el mercado interno, como el maíz, el trigo, la soja, etc.?
Porque los productores ligan el precio de las exportaciones al mercado interno, calculando lo que obtendrían si exportaran esa porción de la producción que venden en el país. Así es que subieron los precios de consumo interno que derivan del agro. Perdedores: en su gran mayoría los consumidores y el pueblo trabajador.
Por eso los grandes productores, que también son formadores de precios (por tener injerencia en esa parte de la cadena productiva), nunca paran de ganar al exportar y con la venta al mercado interno.
Para todo el 2016 la proyección es un aumento del 16%, con respecto del 2015 en las ventas al exterior de los productos del agro.
7 de cada U$S 10 que ingresaron por exportaciones en los primeros cinco meses provinieron del campo (un 70%).
Las principales empresas que tienen el monopolio de las exportaciones en granos, harinas y aceites:
Cargill: sede en EEUU. En ese país es la mayor compañía privada. El grupo tiene 75 empresas en 67 países. 14 miembros de la familia que controlan el grupo figuran en la lista de los más ricos del mundo de la revista Forbes.
Bunge: subsidiaria de Bunge Limited. Sede en Nueva York. Cotiza en la bolsa de Wall Street.
Luis Dreyfus Commodities: sede en Francia. Número 1 en ventas mundiales de arroz y algodón y número 2 en caña de azúcar y bioetanol.
Aceitera General Deheza (AGD): dueño Roberto Urquía, ex senador K, que en el conflicto del campo rompió con el bloque.
Petroleras y privatizadas
Las petroleras, gasíferas y otras energéticas compartieron el podio con ganancias por 245 millones de dólares entre YPF y Central Puerto. YPF con U$S 68 millones y Petrobras Argentina, Telecom y Pampa Energía con U$S 63 millones cada una.
Con el aumento de las tarifas del gas, el gobierno les aumentó a las petroleras lo que reciben en boca de pozo de U$S 2 el BTU a U$S 5. Esto significa una transferencia al sector de entre U$S 3500 y U$S 4000 millones.
Otras que ganan son las empresas de telefonía: Telefónica y Telecom (cuyo dueño es el Fondo de Inversión norteamericano Fintech, socio de Clarín en Cablevisión) aumentaron el abono de la telefonía fija un 186%, de $13,28 a $38. Un premio para estas empresas que no invirtieron ni en tendido de redes.
Edesur: una de las empresas distribuidoras de electricidad, que atiende la zona sur del área metropolitana de Buenos Aires, solo en el 2015 obtuvo ganancias por $1342 millones. Con los tarifazos la proyección para este año es mucho mayor. Los CEOs de esta empresa rebozaban de felicidad porque, como dicen, “gracias a las nuevas medidas de regulación establecidas por el gobierno, ahora tenemos un marco jurídico estable”.
En tanto Edenor llegó al final del primer semestre de este año con un alza de sus acciones en la bolsa. Estas representaron en junio una subida de 3,60%. Mientras recibíamos el mazazo de los aumentos en las tarifas, las empresas no dejaban de obtener ganancias, incluso antes de hacerse efectivos los aumentos.
A pesar de su discurso contra los subsidios kirchneristas (que significaron un festival de plata para las privatizadas, a pesar del pésimo servicio brindado a la población), el Ministerio de Energía que dirige el ya famoso ex CEO de Shell, Juan José Aranguren, le entregó a las compañías energéticas $ 15.850 millones el mes pasado. Esto significa un 23% más que los $ 12.886 millones transferidos en el mismo período de 2015.
Con el transporte, pasa lo mismo. Cambiemos les transfirió en forma de subsidios un 65% más en junio de este año que lo que habían recibido en el mismo mes del año pasado. Ese porcentaje significan $ 6.500 millones, contra $4000 millones de junio del 2015.
Supermercados
110.044 millones de pesos: es lo que facturaron los supermercados en los primeros cinco meses de este año. Representa un aumento del 27% respecto del acumulado de enero-mayo del año pasado.
A pesar de que el cuatrimestre cerró con una baja en el nivel de consumo, los supermercados lograron encontrarle “la vuelta de tuerca” remarcando los precios. Sin duda, las grandes cadenas nacionales y multinacionales son auténticos fijadores de precios.
Según distintos relevamientos, en productos de primera necesidad como los alimentos, la remarcación de precios va desde el 50% hasta 250 %. Algunos ejemplos:
-Entre 90 y 145%: es la remarcación de precios en productos como la leche y el arroz.
Investigación de Celeste Vázquez y Mirta Pacheco