Panama Papers, Odebrecht, el Correo Argentino y Avianca. Algunos de los casos más resonantes de quienes se presentan como "luchadores contra la corrupción".
Lunes 10 de julio de 2017 11:49
En pleno año electoral, ante las sucesivas malas noticias en lo económico, el macrismo apunta a consolidar su base alrededor del discurso “anti-corrupción”, específicamente contra el kirchnerismo. Por estas horas, el centro de los ataques es Julio De Vido, el exministro de Planificación de todos los Gobiernos kirchneristas y superior de José López, el hombre de las valijas en un convento.
El discurso de Cambiemos es puro cálculo electoral. El mismo oficialismo se halla marcado por fuertes denuncias de corrupción que la misma casta judicial, en muchos casos, ha desechado en tiempos récord.
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Rebobinando
La familia presidencial se caracteriza por fundar su riqueza a partir de negocios -no siempre legales- con el Estado desde la dictadura hasta hoy. El clan Macri multiplicó por 7 el número de sus empresas durante el período del genocidio.
Desde que Mauricio Macri asumió el Gobierno nacional, son varios los casos en los que funcionarios nacionales han quedado en el centro de casos de corrupción que causaron revuelo nacional. Obviamente, el fuerte blindaje mediático colabora a que esto salga de escena.
El primero, a meses nomás del balotaje, surgió el escándalo de los Panamá Papers. En una investigación de corrupción internacional, se conoció que la familia Macri tenía múltiples empresas off-shore, utilizadas, esencialmente, para el lavado de dinero. Allí se encontraban involucrados desde Franco a Mauricio Macri, pasando por otros integrantes de la misma familia.
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El segundo caso, que saltó a la luz fue a menos de cumplirse un año de los Panamá Papers, fueron las denuncias contra Gustavo Arribas, Jefe de Inteligencia, con funcionarios brasileros denunciados en la operación Lava Jato, a partir de la empresa Odebrecht. La denuncia era por coimas a Arribas por parte de ejecutivos de la gigante brasilera y quedó ligada específicamente por la obra de soterramiento del Sarmiento.
El caso Odebrecht y la información brindada por la empresa acerca de los montos pagados en coimas (U$ 35 millones) pueden implicar tanto a funcionarios kirchneristas como a empresarios macristas. En este caso parece no haber “grieta”.
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Si bien la causa explotó meses después, desde enero de este año se sabe de los lazos corruptos de Arribas. Al día de hoy ni con Panamá Papers ni con Odebrecht se avanzó en la causa y sus implicados siguen en funciones.
El último caso que mutó en crisis política fue el escandaloso acuerdo que buscaba la condonación de una deuda de, por lo menos, $ 4.000 millones al Correo Argentino, por parte del Gobierno nacional. En este caso, el Gobierno de Macri la perdonaba una deuda a la empresa de su propio padre. La misma la había contraído la empresa con el Estado en el año 2003, cuando se estatiza el servicio.
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Rápidamente desde el Gobierno se intentaron varias respuestas para capear la crisis, como el decreto de dos resoluciones para reducir “conflictos de intereses”, que no cambiaban nada.. Estas medidas no sólo quedaron en la nada, sino que hace poco más de dos meses se conoció que desde el Gobierno se desviaban fondos del Correo Argentino para financiar otras empresas ligadas al grupo Macri..
Otros escándalos que envolvieron a figuras macristas fueron el de Michetti por el dinero no declarado de la fundación SUMA; y el de Juan José Gómez Centurión, acusado de pedir coimas para el ingreso de contenedores cuando estaba al frente de la Aduana. Huelga decir que ambos tuvieron sobreseimientos expréss.
Corrupción para todos
Los casos que denuncian el Gobierno y sus aliados contra el kirchnerismo tienen su fundamento en la realidad (los bolsos de López efectivamente volaron hacia un convento). Pero Cambiemos los utiliza para callar ante los propios casos de corrupción.
Los extendidos casos de coimas, corruptelas, negocios millonarios con el Estado que enriquecieron a unos pocos, son una muestra de que todos los partidos que gobiernan para los empresarios catapultan figuras que se enriquecen con el erario público y encubren a sus socios capitalistas para que se sigan enriqueciendo mientras el pueblo trabajador es el que sufre el ajuste, los despidos, los bajos salarios y la precarización.
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