A cinco meses de iniciado su gobierno, Piñera realiza las primeras modificaciones del gabinete, partiendo por ministros que se destacaron por causar problemas con sus declaraciones tanto hacia la población, como también hacia dentro del conglomerado.
Domingo 12 de agosto de 2018
Sin lugar a dudas el gobierno de Piñera trajo consigo un elenco de personajes que no han estado ajenos a la opinión pública, y que han sido una piedra en el zapato que remueve la comodidad del sillón presidencial.
A cinco meses de iniciado su gobierno, Sebastián Piñera realizó el primer cambio en su gabinete, modificación no azarosa ya que fue de dos de aquellos que han dado más de un problema al gobierno, tanto hacia afuera como hacia adentro de su conglomerado.
Los elegidos fueron Gerardo Varela y Alejandra Pérez, titulares de Educación y Cultura respectivamente. ¿Qué tienen en común? Las múltiples declaraciones que quedaron plasmadas en la historia política como frases célebres que incomodaron a más de un sector tanto de los partidos políticos como en grandes franjas de la población, cuestión que se expresa en la baja de aprobación que ha venido teniendo el gobierno de la derecha.
Recordemos el “son unos campeones, necesitan más de tres parece” refiriéndose a sus hijos, a propósito de la entrega de condones en las escuelas, política frente a la que se manifestó en contra. Luego le siguieron las disculpas a los sostenedores de colegios particulares subvencionados “por lo mal que los han tratado”. Con respecto a la reforma educacional declaró que se perdieron cuatro años en discusiones que sólo interesan a los “ideólogos”.
Sin duda una de las que más furia causó en la población fue el cómo se refirió a las prácticas de acoso y abuso sexual que venían denuncian en todo Chile miles de estudiantes, diciendo que estas situaciones correspondían a “pequeñas humillaciones y discriminaciones que son las que estamos llamados a solucionar” .
Para cerrar su periodo de frases como esta, se superó a sí mismo al decir que “Todos los días recibo reclamos de gente que quiere que el Ministerio le arregle el techo de un colegio que tiene goteras, o una sala de clases que tiene el piso malo. Y yo me pregunto, ¿Por qué no hacen un bingo?”.
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Por su parte, Alejandra Pérez (ex ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio) generó críticas, pero más hacia adentro de su sector cuando en mayo declaró que exigiría la renuncia al director del Museo Histórico Nacional (MHN), Pablo Andrade, luego del conflicto que se desarrolló por la exposición “Hijos de la Libertad: 200 años de Independencia” que incluía a Augusto Pinochet, responsable de la tortura y muerte de miles de personas durante la Dictadura Militar. En la ocasión Pérez declaró que “un museo público no puede avalar o inducir a un error respecto a la educación democrática y la vocación libertaria que tenemos como país” y agregó que “Esta desprolijidad (…) yo la considero grave” resaltando que “no podemos nosotros de tener ese nivel de errores y, de alguna forma, de frivolidad”.
Por este tipo de comentarios la ex ministra se vio enfrentada a diversos comentarios y emplazamientos de parte de su propio sector pidiendo su renuncia, o como cuestionando las capacidades de la ministra cuando Francisco Chahuán (RN) dijo que “Nadie sabe cómo resolver el problema, porque la ministra no es sabida (entendida en la materia)”.
Con la salida de ambos ministros, se marca lo que pudiera ser una seguidilla de cambios que Piñera realice con aquellas piezas que comiencen a causarle más problemas, sin olvidar que su triunfo presidencial no ha significado en la práctica, un gobierno sencillo, y que se debe enfrentar a más de una crisis abierta por propios aliados.