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Red Internacional
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Cameron ruega a los escoceses que permanezcan en el Reino Unido

En una carrera desesperada para evitar que gane el “Sí” en el referéndum por la independencia en Escocia, los líderes de los tres partidos más importantes del Reino Unido hacen campaña por la unidad de las naciones. David Cameron les implora a los escoceses que no abandonen la Unión.

Alejandra Ríos

Alejandra Ríos Londres | @ally_jericho

Diego Lotito

Diego Lotito @diegolotito

Jueves 11 de septiembre de 2014

El primer ministro británico, David Cameron, su vice Nick Clegg y el líder de la oposición laborista Ed Miliband, han afilado sus argumentos en la gira de emergencia que están realizando por Escocia para convencer a los indecisos.

Alex Salmond, Primer Ministro de Escocia, ha declarado que la visita es una visible muestra de pánico por parte de los tres políticos más impopulares de los últimos años.

El líder independentista criticó a los políticos de Westminster por visitar al país gaélico con el único fin de conseguir votos, cuando jamás se han preocupado por los problemas de la nación.

En su discurso del día miércoles en Edimburgo, Cameron declaró que le partiría el corazón que los escoceses votaran por el “Sí” en el referéndum del próximo 18 de septiembre y que rompieran así la "familia de naciones" de Reino Unido.

"Creo que la gente puede sentir que esto es un poco como unas elecciones generales, que uno puede tomar una decisión y cinco años después puede tomar otra si está cansado de los puñeteros tories, le da una patada y luego quizá se lo piensa de nuevo. Esto es totalmente diferente a unas elecciones generales: esta es una decisión no sobre los cinco próximos años sino una decisión sobre el próximo siglo", señaló Cameron.

Cameron no escatimó en argumentos y recordó a los escoceses “la historia compartida y los lazos con Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, evocando la Segunda Guerra Mundial y la lucha contra Hitler”, informó la agencia Reuters.

En un llamado a mantener la “unión de la familia”, agregó que el voto al “No” lejos de ser un voto por mantener el status quo, significa que habrá más autonomía para Escocia".

También advirtió que si Escocia se independiza no podrá mantener la libra como moneda, se perderán empleos y la seguridad se debilitará.

"Las instituciones financieras se alejarían rápidamente de Escocia a otras partes del Reino Unido. A Panamá le ocurrió por no ser responsable de su moneda, te puedes quedar sin dinero", alertó Cameron en su discurso, que resultó una extraña combinación de alabanzas, suplicas y advertencias.

El Partido Laborista también es de la partida anti-independentista y hace esfuerzos desesperados por convencer a sus propios votantes de los beneficios de mantenerse en la Unión.

En otro discurso separado, el líder laborista Ed Miliband instó a los escoceses a continuar dentro del Reino Unido "pues juntos somos más fuertes", al tiempo que remarcó que un voto en contra de la independencia "no es un voto a favor de que no haya cambios".

Siguiendo los pasos de la argumentación de Cameron, apeló a la sensibilidad de los escoceses al recordar que pese a no ser escocés, su padre, Ralph, un judío huido de la Alemania nazi, sirvió junto a los escoceses en Fife durante la II Guerra Mundial y que, por ello, le gustaría poder llevar a sus hijos a ese lugar "mientras sea parte del Reino Unido".

Sin embargo, la situación es particularmente difícil para los laboristas. La pérdida de los 59 diputados nacionales escoceses laboristas en el Palacio de Westminster que implicaría una victoria del “Sí” en el referéndum del 18 de septiembre, es un lujo que la oposición no se puede permitir.

El futuro de Cameron se presenta cada vez más incierto. Pedir un voto de confianza podría agravar aún más la crisis. Si Escocia vota a favor de la independencia, su permanencia al frente del gobierno estará en riesgo antes de las elecciones, previstas para mayo del 2015.

Por otra parte, a la clase dominante se le abre un escenario de pesadilla, ya que tendrían que votar una nueva constitución y reformular el sistema parlamentario.
Tras la difusión de las últimas encuestas que mostraron un empate técnico entre el “Sí” y el “No”, una nueva encuesta trajo un respiro a la crispada casta política británica.

En un sondeo publicado el miércoles en la tarde mostró que un 53 por ciento de los escoceses votaría en contra de separarse de Reino Unido, mientras que un 47 por ciento optaría por la independencia, sin cambios desde un sondeo realizado el 28 de agosto.

Las cifras de la encuesta, que fue realizada por Survation para el Daily Record, excluyeron a un 10 por ciento de indecisos.

Los empresarios británicos contra la Independencia

Junto a los líderes políticos, también las principales empresas británicas se sumaron a la campaña contra la independencia de Escocia, advirtiendo de los peligros y consecuencias de votar el “Sí” en el referéndum.

La firma aseguradora Standard Life, una de las más relevantes del sector y establecida desde hace 189 años en Escocia, informó de que podría trasladar a Londres parte de sus actividades si triunfa la independencia.

Las inversiones, pensiones y otros ahorros de sus clientes serían trasladados a Inglaterra para "asegurar continuidad y dar tranquilidad", según indicó la empresa.

En la misma línea se pronunció el consejero delegado de la petrolera BP, Bob Dudley, que tras resaltar los 50 años que su firma lleva establecida en el Mar del Norte, dijo que "como gran inversor en Escocia, ahora y en el futuro, BP cree que las perspectivas futuras del Mar del Norte son mejores manteniendo la integridad del Reino Unido".

Ante la incertidumbre del resultado, inversores y ahorradores escoceses han empezado a trasladar miles de millones de libras a Inglaterra ante el temor a las consecuencias de una eventual independencia.

La gira de emergencia de los líderes de los principales partidos británicos pareciera haber agitado más las aguas en vez de aquietarlas.

Redacción Izquierda Diario / Fuentes: EFE/REUTERS