Reproducimos declaración de la Comisión de Mujeres de Orica, fábrica de explosivos ubicada en Antofagasta, sobre su campaña "Comisiones de Mujeres en los lugares de trabajo".

Gaba La Izquierda Diario Antofagasta
Jueves 9 de marzo de 2017
Diseño: Adolfo Castro
El empleo femenino en el mundo ha ido creciendo paulatinamente. En Chile el primer paso importante a esta tendencia fue la crisis económica a finales de la década de los 80’, que afecto a centenares de familias obreras y populares que se encontraban sin fuentes laborales, donde las mujeres fueron empujadas a trabajar fuera del hogar, buscando apalear la extrema pobreza que imponía la cesantía, entrando a los programas de empleo generados en la dictadura, como el Programa de Empleo Mínimo (PEM) donde el sueldo era de aproximadamente un tercio del salario mínimo y el Programa de ocupación para jefes de hogar (POJH) que se caracterizaba por los bajos sueldos y por la ineficiencia y pérdida de tiempo durante las faenas.
En la década de los 90’, el impacto de la economía del libre mercado y la influencia cultural de otras zonas del mundo, permitió la incorporación más masiva de las mujeres a la fuerza laboral activa, a la vez que la democracia pactada prometía estabilidad a costa de mantener los pilares fundamentales de la dictadura militar.
Actualmente son 3.494.189 mujeres las que se desarrollan como parte de la fuerza laboral de Chile, representando un 48,3% de la fuerza laboral total, según la última medición del INE. El resto de las mujeres se encuentran inactivas por diversos motivos, la principal razón es que se dedican a los quehaceres domésticos (37% de las mujeres no activas, alrededor de 1.300.000), esto es parte de lo que llamamos “trabajo reproductivo”, que es un trabajo sin valor social ni remuneraciones.
Sin embargo, esta creciente inserción de la mujer en el ámbito laboral está atravesada por una fuerte precarización, con empleos de menor calificación y remuneración, y la mayoría de maneras inestables (vía subcontrato, contrato a plazo fijo, honorarios o directamente sin contratos),ganando casi un 30% menos que los hombres por igual trabajo, con sueldos que oscilan entre los $168.001 y los $250.000 pesos para el 34,1% de las mujeres asalariadas, además de que el 98,3% recibe por jubilación un promedio de $153.560; cifras que van aumentando sostenidamente al pasar de los años, y que han sido la base sobre la cual se ha construido la economía del libre mercado y solidificado las democracias post dictadura en el cono sur.
Es por este contexto laboral, al cual se le suma la exposición de las mujeres al acoso sexual, la falta de derechos maternales, como jardín infantil y sala cuna, discriminaciones a la hora de realizar una tarea sólo por el hecho de ser mujeres, la violencia en la pareja, los femicidios, entre otros, que trabajadoras del Sindicato 1 de Orica, fábrica de explosivos ubicada en Antofagasta, tomamos en nuestras manos la tarea de organizarnos por nuestros derechos formando nuestra Comisión de Mujeres Orica, tal cual lo hicieron ayer las comisiones de mujeres formadas por esposas, madres y hermanas de trabajadores, quienes pese a no trabajar aún en las fábricas o talleres, protagonizaron junto a sus compañeros distintas luchas contra los despidos y mejoras en las condiciones laborales, siendo una pieza fundamental para el triunfo de las huelgas, encargándose en momentos de lucha de cocinar y distribuir el alimento para todos, del cuidado de los niños y niñas, de heridos y enfermos.
Es esta experiencia de organización de las mujeres que reivindicamos y retomamos hoy las compañeras de Orica, la cual nos ha permitido aún con todas las dificultades, impulsar al interior del sindicato y la fábrica campañas por el Respeto Mutuo y #Niunamenos, ganando en nuestra negociación colectiva la creación de un protocolo de Acoso Sexual. Si bien son pequeñas conquistas demuestran lo que podemos conseguir si como trabajadoras nos unimos y organizamos en un espacio propio, que nos permita a la vez apoyarnos frente a los problemas vividos dentro y fuera del trabajo.
Es por esto que este 8 de marzo, día internacional de las mujeres trabajadoras, impulsamos la Campaña: ¡Comisiones de mujeres en los lugares de trabajo!, para motivar a todas las compañeras trabajadoras a nivel nacional a que avancemos a discutir y organizarnos por nuestros derechos impulsando las históricas Comisiones de Mujeres, organismos que son parte de los sindicatos, pero que tienen un carácter autónomo, es decir, que cuentan con su propia vocería elegida democráticamente por sus integrantes. La cual nos permita organizarnos por :
Finalmente, si bien consideramos que son principalmente las trabajadoras quienes deben tomar el desafío de impulsar las Comisiones de Mujeres, es deber de los Sindicatos, Federaciones, Confederaciones y Centrales de trabajadores apoyar su creación y desarrollo, involucrando también al conjunto de los trabajadores en esta ardua tarea. Sólo de esta manera, tomando las demandas de las mujeres y la diversidad sexual, es que la clase trabajadora conquistará la verdadera unidad.
Comisiones de Mujeres del Sindicato número 1 de Orica Chile