Cuenta regresiva para el arranque escolar. Y cuenta regresiva también para que las familias puedan terminar de adquirir todos los artículos necesarios. Recorrimos varios comercios donde los Precios Justos no llegan y encontramos que los reales pueden llegan a ser hasta de 6 veces más. Te mostramos algunos ejemplos.
Celeste Vazquez @celvazquez1
Martes 21 de febrero de 2023 14:44
Cuenta regresiva para el arranque escolar. Y cuenta regresiva también para que las familias puedan terminar de adquirir todos los artículos necesarios para que esa vuelta al cole sea en las mejores condiciones posibles.
A principios de este mes, el Gobierno nacional anunció el lanzamiento del programa Precios Justos para la canasta escolar. Según el acuerdo al que el oficialismo llegó con algunas cadenas de supermercados (Carrefour, ChangoMas, Coto, Disco, Jumbo y La Anónima) y algunas librerías adheridas a la Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines (CAPLA), los precios de 318 productos deben mantenerse congelados hasta el 31 de este mes.
Como ya sabemos, porque lo vivimos todos los días en carne propia, entre el país de los Precios Justos y el país real hay una gran diferencia. Para saber de cuánto es exactamente esta diferencia, comparamos los precios de la lista publicada por el Gobierno y los que se encuentran en los comercios de los barrios donde esos precios no llegan.
Veamos:
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Según los ultimos datos brindados por el Indec, la inflación del mes de enero de este año fue de 6% y la interanual acumula una suba de casi 100%. Sin dudas la inflación hoy constituye uno de los grandes problemas que golpea a las familias trabajadoras que ven como sus ingresos cada vez se deterioran más.
Como bien señalamos desde este medio, los costos de la suba de precios, enmarcadas en el plan inflacionario del acuerdo con el FMI, recaen sobre la clase trabajadora, mientras los salarios reales cayeron por quinto año consecutivo.
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Ante este panorama, la política del Gobierno está lejos de favorecer los intereses de las mayorias populares afectadas por la inflación. Pasa de intentar negarla, como hizo Alberto Fernández cuando dijo que era "autoconstruida", hasta lanzar este tipo de programas que no terminan protegiendo mucho los bolsillos de las mayorías populares, ya que sus impactos positivos son muy limitados por varias razones. En primer lugar, porque llegan a pocos lugares. En segundo lugar, porque muchas veces en los lugares donde sí llegan, los productos incluidos no están y entonces no queda otra que comprar los más caros. En tercer lugar, porque la cantidad de productos incluidos son siempre menos de los necesarios o de peor calidad. Así, este tipo de programas terminan no sirviendo para detener el incremento en los precios de alimentos, o como puede ser en este caso de artículos de la canasta escolar.
En este marco, es urgente una suba de emergencia del salario, las jubilaciones y de los programas sociales para recuperar lo perdido, y atacar las verdaderas causas de la inflación y sus responsables: los empresarios especuladores.
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