Debate en torno al capitalismo en China con el PC y las JJCC, a propósito de la visita de la ex presidenta de la FECH, Catalina Luffin (JJCC) a China
Miércoles 10 de julio
¿Socialismo con características chinas?
La reciente visita de la ex-presidenta FECh, Catalina Lufín, fue una nueva oportunidad para las JJCC de posicionarse a favor de lo que denominan “socialismo con características chinas” [1].
Así se ha expresado también: Teillier, Carmona, y Hugo Gutiérrez. Y de manera más ambigua, pero positiva: Vallejo, Cariola, y Boris Barrera.
Se arguye a su favor la planificación estatal (planes quinquenales), la masividad de su partido (de cerca de 100 millones de militantes) junto a 2 millones nuevos cada año, la superación de la indigencia y la reducción de la pobreza, el desarrollo de la ciencia y la técnica, la propiedad estatal presente en la economía, y la emergencia de un mundo multipolar frente a la hegemonía norteamericana.
Sin embargo, subestiman la anarquía del mercado, no ven a un partido burocratizado [2] convertido en una bolsa de trabajo, fuente de prestigio, poder e influencias, pues tampoco aspiran acabar con la burocracia [3], no se hacen cargo respecto a los altos niveles de desigualdad [4] fruto del desencadenamiento de las fuerzas del mercado, confunden el socialismo con el estatismo [5], y reeditan la posición “campista” de tiempos de guerra fría, pero en lugar de la Unión Soviética, se alinean con un bloque capitalista reaccionario dirigido por China que busca emerger como potencia profundizando sus rasgos imperialistas [6].
“Nueva democracia” como conciliación de clases
"Para nosotros no es cuestión reformar la propiedad privada, sino abolirla; paliar los antagonismos de clase, sino abolir las clases; mejorar la sociedad existente, sino establecer una nueva"
Circular del Comité Central a la Liga Comunista (1850), Marx
El marxista inglés David Harvey en su Breve historia del Neoliberalismo sitúa como decisivo el año 1978 de reformas económicas con Deng Xiaoping [7]. Sin embargo, los mejores gestores del capitalismo –como les llama Žižek [8]–hicieron las paces con la burguesía mucho antes: “Después de múltiples tentativas, la unidad fue sellada en enero de 1924, cuando el Primer Congreso del Kuomintang [el partido de la burguesía nacional] aprobó la nueva plataforma ideológica propuesta por Sun Yat-sen y aceptó el ingreso de los comunistas en el frente nacionalista” (Aricó, 1971, p. 33).
Este primer congreso será reivindicado por Mao en 1949 ligando la "nueva democracia" a la colaboración de clases con la burguesía nacional, así en Sobre la dictadura democrática popular escribe:
"En 1924, en el I Congreso Nacional del Kuomintang, dirigido por el propio Sun Yat-sen y en el cual participaron los comunistas, se adoptó un famoso manifiesto que declaraba:
En los Estados modernos, el llamado sistema democrático es generalmente monopolizado por la burguesía y se ha convertido simplemente en un instrumento de opresión de la gente sencilla. En cambio, el principio de democracia del Kuomintang representa el bien común de toda la gente sencilla, y no algo que una minoría pueda arrogarse.
Aparte de la cuestión de quién dirige a quién, el principio de democracia aquí aludido corresponde, como programa político general, a lo que llamamos democracia popular o nueva democracia" (p. 434).
Mao participó de la fundación del partido comunista chino en 1921 siendo uno de los 12 delegados electos (Aricó, 1971, p. 33). Ya en 1926 en Análisis de las clases en la sociedad china plantea una alianza con la izquierda de la “semi-burguesía” o “burguesía media”, es decir, la burguesía nacional, para enfrentar el imperialismo japonés:
"De todo lo anterior se desprende que son nuestros enemigos todos aquellos que están confabulados con el imperialismo (...) El proletariado industrial es la fuerza dirigente de nuestra revolución. Nuestros amigos más cercanos son todo el semiproletariado y toda la pequeña burguesía. En cuanto a la vacilante burguesía media, su ala derecha puede ser nuestro enemigo, y su ala izquierda, nuestro amigo; pero debemos mantenernos constantemente en guardia y no permitirle que cree confusión en nuestro frente" (pp. 15-16)
En este momento Mao sigue la línea de Moscú, de la Internacional Comunista estalinizada, la estrategia de conciliación de clases y revolución por etapas de Stalin-Bujarín.
Trotsky en su libro Stalin: el gran organizador de derrotas criticará esta estrategia de conciliación de clases [9]. Ya antes, los mencheviques habían planteado alianzas con la burguesía porque pensaban la revolución por etapas: en primer lugar, la democrático-burguesa y de allí el rol central de la burguesía, para luego pasar a la socialista. Trotsky en la formulación de la revolución permanente [10] señala que la burguesía no es capaz de llevar una revolución democrática-burguesa hasta el final, entonces tiene que ser el proletariado a la cabeza quién comande el tránsito de una en otra.
Mao, en cambio, en dos de sus escritos centrales del año 1937 Sobre la práctica [11] y Sobre la contradicción [12] se reafirma como seguidor de Stalin, y en 1939 escribirá Stalin, amigo del pueblo chino felicitándolo por su cumpleaños, pues
"Felicitar a Stalin significa apoyarlo, apoyar su causa, la victoria del socialismo y el rumbo que él señala a la humanidad (...) Pues hoy la gran mayoría de la humanidad está sufriendo y sólo puede liberarse de sus sufrimientos siguiendo el rumbo señalado por Stalin y contando con su ayuda"
Por ello, no cambiará nunca lo formulado ya en 1926: una alianza con la burguesía nacional. Ejemplos no faltan, en Sobre la táctica de la lucha contra el imperialismo japonés dirá:
"En el período de la revolución democrático-burguesa –dice Mao en 1935–, la república popular no abolirá la propiedad privada que no sea imperialista o feudal y, en lugar de confiscar las empresas industriales y comerciales de la burguesía nacional, estimulará su desarrollo. Protegeremos a todo capitalista nacional que no respalde a los imperialistas ni a los vendepatrias chinos. En la etapa de la revolución democrática, la lucha entre trabajadores y capitalistas debe tener sus límites" (p. 182)
Tareas urgentes después de la establecida cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista (1937) celebra el restablecimiento de la alianza PCCh y Kuomintang. Para finales del año 1939 al bloque de las cuatro clases –campesinos, proletariado, pequeña burguesía, y burguesía nacional– agrega a los terratenientes “sensatos”, dice en La revolución china y el Partido Comunista de China: “Un buen número de shenshi sensatos pertenecientes a la capa de los terratenientes medios y pequeños, es decir, aquellos terratenientes con tinte capitalista, manifiestan cierto entusiasmo por la Resistencia, y con ellos debemos unirnos en la lucha común contra el invasor japonés” (p. 331).
Así para Mao la "contradicción principal" era con el imperialismo japonés, mientras la "contradicción" con la burguesía nacional e incluso con las clases feudales quedan relegadas a segundo plano. El maoísmo consiste en una teoría etapísta que para enfrentar el imperialismo extranjero propone una política de colaboración de clases limitando la lucha de clases, buscando no incomodar a terratenientes ni burgueses nacionales [13]
Sobre la conciliación de clases con la burguesía nacional afirma también en Sobre la dictadura democrática popular (1949): “La burguesía nacional es de gran importancia en la actual etapa. Aún tenemos frente a nosotros al imperialismo, enemigo muy feroz. La industria moderna de China todavía representa sólo una parte muy reducida del total de la economía nacional” (p. 436), incluso llegará a decir que “Nuestra política actual es limitar el capitalismo, y no destruirlo” (Ibíd.).
A pesar de advertir en 1952 que "Una vez derribadas la clase terrateniente y la burguesía burocrática, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional pasó a ser la contradicción principal de orden interno en China y, por consiguiente, no se debe seguir calificando de clase intermedia a la burguesía nacional" (La contradicción entre la clase obrera y la burguesía es la contradicción principal en el orden interno de China) para el año 1957 (Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo) le parece que la lucha de clases entre explotadores y explotados, entre la burguesía nacional y la clase obrera es una "contradicción en el seno del pueblo" y por ello posible de ser transformada en no antagónica, y resulta por medios pacíficos, señala que
"En nuestro país, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional hace parte de las contradicciones en el seno del pueblo (sic) (...) La contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional, que es una contradicción entre explotados y explotadores, es de suyo antagónica. Sin embargo, en las condiciones concretas de China, esta contradicción antagónica entre las dos clases, si la tratamos apropiadamente, puede transformarse en no antagónica (!) y ser resuelta por medios pacíficos" (p. 421).
Esta alianza llevó a grandes derrotas como la masacre de comunistas al final de la segunda revolución china en 1927
Capitalismo con características chinas
Deng Xiaoping, Jiang Zemin, Hu Jintao, y ahora Xi Jinping han consumado la obra de Mao, no abjurado de ella. Al bloque de las cuatro clases, teorizada por Mao, es decir, campesinos, proletarios, pequeña burguesía, y burguesía nacional han agregado una quinta: la burguesía imperialista (De allí sus alianzas con Kissinger, el Chile de Pinochet, con EEUU, y la guerra a Vietnam).
El país de los multimillonarios tiene también al partido de los multimillonarios en donde los grandes capitalistas –que ya participan con cargos en el comité central y el politburó– han aumentado su presencia en el partido desde el 13% en 1993 al 35% en 2008. La China capitalista, y su partido de “capitalistas rojos”, sostienen un régimen autoritario para disciplinar a su enorme clase trabajadora en beneficio del capital tanto nacional como extranjero [14].
Bibliografía:
Circular del Comité Central a la liga comunista (1850), Marx
https://www.marxists.org/espanol/m-e/1850s/50_circ.htm
La guerra civil en Francia (1871), Marx
https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gcfran/guer.htm
Crítica al programa de Gotha (1875), Marx
https://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gotha/critica-al-programa-de-gotha.htm
Mao Tse-tung (1971), José Aricó
Breve historia del Neoliberalismo (2007), David Harvey
La vigencia del Manifiesto Comunista (2018), Slavoj Žižek
Cómo cambiar el mundo Marx y el marxismo 1840-2011 (2011), Eric Hobsbawm
Stalin: el gran organizador de derrotas, La III internacional después de Lenin, León Trotsky
Obras escogidas de Mao Tse-Tung, tomo I (1968)
Obras escogidas de Mao Tse-Tung, tomo II (1976)
Obras escogidas de Mao Tse-Tung, tomo IV (1976)
Obras escogidas de Mao Tse-Tung, tomo V (1977)
Mao Tse-tung, Textos escogidos (1926-1963)
Construir un socialismo con peculiaridades chinas (1984), Deng Xiaoping
https://www.marxists.org/espanol/deng/1984/junio/30.htm
[1] El término proviene de Deng Xiaoping (1984): "¿En qué consiste nuestra línea ideológica? Un persistir firmemente en el marxismo, integrándolo con la realidad de China (...) ¿Qué es socialismo y qué es marxismo? (...) A lo que mayor importancia atribuye el marxismo es al desarrollo de las fuerzas productivas. El socialismo a que nos referimos es la etapa primaria del Comunismo; al llegar al comunismo en su etapa superior, el principio vigente será ’de cada uno según sus capacidades, a cada uno según sus necesidades’. Esto presupone un alto grado de desarrollo de las tuerzas productivas de la sociedad y una gran abundancia de bienes materiales. Por tanto, la tarea fundamental para la etapa del socialismo consiste en desarrollar las fuerzas productivas. La superioridad del socialismo ha de manifestarse, al fin y al cabo, en un mayor y mas rápido desarrollo de las fuerzas productivas que bajo el capitalismo, y en el mejoramiento incesante, sobre la base del desarrollo de las fuerzas productivas, de las condiciones de vida cultural y material del pueblo (...) El socialismo está llamado a acabar con la pobreza. La pobreza no es socialista, y menos aun comunista. (...) este camino que tomamos puede llamarse camino para construir un socialismo con peculiaridades chinas"
[2] Así lo plantea Eric Hobsbawm en Cómo cambiar el mundo (2011): “En casos extremos, como en China (...) las principales decisiones políticas que afectan al futuro del país parecen surgir repentinamente de las luchas de un pequeño grupo de dirigentes en la cúspide, y su misma naturaleza no está clara, puesto que nunca se han discutido en público. En estos casos, sin duda algo va mal. (...) ¿cómo podemos esperar transformar la vida humana, crear una sociedad socialista (opuesta a una economía poseída y administrada socialmente), cuando la masa del pueblo está excluida del proceso político, e incluso se le permite ir a la deriva en la despolitización y apatía de los asuntos públicos” (pp. 336-337).
[3] Una de las tareas de la dictadura revolucionaria del proletariado –este periodo que media entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista (Marx, 1875)– es acabar con la burocracia tal como lo hiciera la Comuna de París: “Desde los miembros de la Comuna para abajo, todos los servidores públicos debían devengar salarios de obreros. Los intereses creados y los gastos de representación de los altos dignatarios del Estado desaparecieron con los altos dignatarios mismos. Los cargos públicos dejaron de ser propiedad privada de los testaferros del Gobierno central” (Ibíd, 1871)
[4] Los niveles de desigualdad, según Thomas Piketty, en China son mayores que en Europa, y se acercan rápidamente a EEUU. Así, por ejemplo, el 50% más pobre disminuyó su proporción en el ingreso nacional desde 28% en 1978 al 15% en 2015, mientras, el ingreso del 10% más rico aumentó del 26% al 41% para el mismo periodo. (https://www.lemonde.fr/blog/piketty/2017/02/14/on-inequality-in-china/). La publicación de estas alarmantes cifras en su libro Capital e ideología (2019) terminó en censura (https://www.scmp.com/economy/china-economy/article/3099460/china-censors-thomas-pikettys-book-touches-nations-growing)
[5] En su escrito La guerra civil en Francia Marx advertía que “la clase obrera no puede limitarse simplemente a tomar posesión de la máquina del Estado tal como está, y servirse de ella para sus propios fines”, pues sus “órganos omnipresentes: el ejército permanente, la policía, la burocracia, el clero y la magistratura” proceden “de los tiempos de la monarquía absoluta”. La dictadura revolucionaria del proletariado debe, como lo hiciera la Comuna de París, acabar con el ejército permanente, la policía (y sustituirlos por el pueblo en armas), la burocracia y la falsa independencia de la justicia de clase (ambas pasarían a ser funcionarios electos, responsables y revocables en todo momento)
[7] "En China, el resultado ha sido la construcción de un tipo particular de economía de mercado que incorpora de manera progresiva elementos del neoliberalismo imbricados con un control autoritario y centralizado. La compatibilidad entre el autoritarismo y el mercado capitalista ya se había establecido de manera clara en otros lugares, como Chile, Corea del Sur, Taiwán y Singapur" (Harvey, 2007, p. 131)
[8] La vigencia del Manifiesto Comunista, p. 14, 2018
[9] Sosteniendo que la "única ’condición’ de todo acuerdo con la burguesía, acuerdo separado, práctico, limitado a medidas definidas y adaptado a cada caso, consiste en no mezclar las organizaciones ni las banderas, ni directa ni indirectamente, ni por un día ni por una hora, en distinguir el rojo del azul, y en no creer jamás que la burguesía será capaz de llevar una lucha real contra el imperialismo, que no será un obstáculo para los obreros y los campesinos o que no esté dispuesta a serlo" (p. 196)
[10] Elaborada por primera vez por Marx en Circular del Comité Central a la liga comunista (1850) “Las peticiones democráticas no pueden satisfacer nunca al partido del proletariado. Mientras la democrática pequeña burguesía desearía que la revolución terminase tan pronto ha visto sus aspiraciones más o menos satisfechas, nuestro interés y nuestro deber es hacer la revolución permanente, mantenerla en marcha hasta que todas las clases poseedoras y dominantes sean desprovistas de su poder, hasta que la maquinaria gubernamental sea ocupada por el proletariado y la organización de la clase trabajadora de todos los países esté tan adelantada que toda rivalidad y competencia entre ella misma haya cesado y hasta que las más importantes fuerzas de producción estén en las manos del proletariado.
Para nosotros no es cuestión reformar la propiedad privada, sino abolirla; paliar los antagonismos de clase, sino abolir las clases; mejorar la sociedad existente, sino establecer una nueva”
[11] En Sobre la práctica: "Igualmente, el marxismo-leninismo es reconocido como verdad no sólo porque esta doctrina fue elaborada científicamente por Marx, Engels, Lenin y Stalin, sino porque ha sido comprobada en la ulterior práctica de la lucha de clases revolucionaria y de la lucha nacional revolucionaria" (p. 327)
[12] En Sobre la contradicción dirá que Stalin ha desarrollado la gran teoría del materialismo dialéctico e histórico: "Sólo cuando Marx y Engels, los grandes protagonistas del movimiento proletario, crearon la gran teoría del materialismo dialéctico y del materialismo histórico sintetizando todo lo positivo conquistado en la historia del conocimiento humano y, en particular, asimilando críticamente los elementos racionales de la dialéctica hegeliana, se produjo en la historia del conocimiento humano una gran revolución sin precedentes. Esta gran teoría ha sido desarrollada posteriormente por Lenin y Stalin" (pp. 337-338)