Carlos Marcel es columnista del portal Va con Firma. Respondió en exclusiva para La Izquierda Diario nuestras preguntas sobre el gobierno del MPN, la oposición, los sindicatos y la izquierda en Neuquén.
Domingo 5 de junio de 2016 10:18
¿Cómo ves al gobierno de Gutiérrez y al MPN en la nueva realidad política nacional y provincial?
Es un lugar muy recorrido por los analistas de la política, establecer que el MPN (salvo Jorge Sobisch con el kirchnerismo) siempre es oficialista con el gobierno nacional. Y es así. Gutiérrez no es la excepción. Por más que se lo vea demasiado cerca de Mauricio Macri, él es uno más de los que rindieron pleitesía a los ATN.
El punto es decidir por qué se produce esa eterna alianza. Una de las explicaciones consiste en que, al ser el único partido provincial en el poder, necesita de los acuerdos para gobernar y existir.
Pero es insuficiente. Me parece que el MPN demuestra su fracaso como proyecto de gobierno, toda vez que necesita invariablemente de los recursos nacionales para gestionar.
De cómo esa dependencia la transformaron en orgullo, sólo fue posible con una gran cantidad de dinero invertida en publicidad. Las consecuencias culturales de la lógica extractiva en todos los órdenes, son deplorables y cruzan al pueblo.
Dormimos sobre una de las cuencas de gas más grandes del planeta y tenemos recursos hidrocarburíferos monumentales, pero se usa el 60% del presupuesto para pagar sueldos, se trae papa y tomate de Mendoza, toda la provincia de Neuquén tiene menos capacidad hotelera que una sola ciudad grande de Río Negro y la lista sigue.
Omar Gutiérrez está demostrando una alta capacidad para comunicar y ejerce su liderazgo dentro del gobierno y del partido con firmeza. No es raro pensar que quiera reemplazar con prontitud la imagen de Jorge Sapag. Pero tiene viento de cola y no siempre va a ser así. Habrá que esperar para saber mejor.
¿Cómo ves a la oposición dentro de la Legislatura y de cara a las elecciones del 2017?
El término “oposición” se ha tornado muy vago porque no es una cosa sola. Creo que hay proyectos. Son opositores el NCN (Nuevo Compromiso Neuquino, aliado de Cambiemos), el FPV y el PTS, pero no son lo mismo. La característica anterior torna al MPN como una forma de ejercicio del poder, más que como un proyecto político en términos de dogma ideológico.
La oposición política, dentro y fuera de la Legislatura, no ha conseguido aún poder comunicarle al pueblo un proyecto de poder claro, entendible, amable (del verbo amar). La derecha lo ha expresado siempre un poco mejor, ya que comulga con la práctica extractiva y la asistencia y se recuesta con más comodidad en cierto pensamiento caníbal que sponsorea el “mercado”.
La izquierda y la centroizquierda todavía no encuentran ese camino y presentan proyectos de “lo que debería ser” Neuquén, aunque la sociedad aún no lo vea como necesidad.
Las elecciones de medio término encontrarán a la oposición libre del discurso de la unidad y por lo tanto creo que habrá una gran cantidad de fuerzas en disputa.
¿Qué rol ves que juegan los sindicatos (del sector privado y estatal) en la política provincial actual?
Los sindicatos forman la oposición más activa al gobierno, pero sus demandas son sectoriales y pocas veces su crítica pone el eje en el concepto total, lo cual ni siquiera está mal, es sólo su rol.
Lo que está mal es confundirlo. El gobierno los elige como opositores principales porque al discutir con cada uno de ellos por separado, impide también la crítica general a un modelo de gobierno opresivo, injusto e ineficiente.
La oposición política suele elevarlo también a ese parnaso porque oculta detrás de su activismo la falta de capacidad de movilización por temas sociales generales.
Una excepción saludable ha sido la incipiente rebelión ante los tarifazos de gas, que de todos modos aún no es masiva, pero que logró encontrar en la calle a los partidos políticos, los sindicatos y la iglesia.
¿Cuál es tu visión sobre la izquierda en la provincia?
No creo en el discurso de la unidad por sí misma. “Allá todos los de izquierda”, júntense. Tampoco en la “unidad de la oposición”. Siempre que se fuerzan esos procesos, terminan siendo funcionales al poder que cuestionan.
Creo en los proyectos de poder. Son muy complejos y exigen una constante actualización e interpretación de lo que el pueblo espera y quiere. La izquierda ha crecido pero difícilmente alcancen los logros para rascarse el ombligo con placer.
Lo más sano es el cuestionamiento permanente, la incomodidad eterna, la insatisfacción. Eso es lo que hace crecer. Lo contrario es la mirada en el espejo con el helado clavado en la frente.
La esencia de la explotación capitalista es idéntica a la descripta en el siglo XIX, pero sus modos se han actualizado y complejizado. El capitalismo extendió su lógica y la transformó en cultura, luego de más de un siglo de control de las relaciones y las fuerzas de producción.
La clave del pensamiento y la estrategia socialista, aventuro, estará en lograr mantener el dogma actualizando la doctrina y la práctica política. Ser revolucionario es ser el mejor ser humano, en todos los órdenes donde quiera que se discuta eso. Si se logra, el cuento de la unidad será una anécdota para contarles a los niños antes de dormir.