Carolina Cacau fue candidata a concejal del MRT por el PSOL en Rio de Janeiro. Es docente de la red pública y estudiante de la universidad provincial de Rio de Janeiro (UERJ).
Martes 18 de octubre de 2016 14:33
Rio de Janeiro resultó ser un contrapunto nacional. Cientos de miles de personas eligieron una alternativa a la izquierda del PT en las elecciones municipales. Esta fuerza social tiene la capacidad de ligarse a los trabajadores y enfrentar a la derecha golpista y sus ataques, pero para eso tiene que enfrentar a los capitalistas, a diferencia de la perspectiva que viene proponiendo el candidato del PSOL, Marcelo Freixo.
Después del primer turno de las elecciones municipales, el principal balance es el de la bancarrota del PT, que sufrió su derrota electoral más importante en todo Brasil. El reconocimiento de eso por parte de la cúpula petista se expresa en las especulaciones de sus dirigentes sobre cambiar el nombre del partido o no lanzar candidatura propia en 2018.
La derrota del pestismo se consolidó con el golpe institucional implementado por la derecha, pero es la conclusión de un proyecto político de décadas de conciliación de clases en el que el PT se hizo cada vez más un administrador de los negocios capitalistas, apostando a un proyecto irrealizable de conciliar los intereses de los trabajadores y de los sectores explotados y oprimidos con los de los patrones.
La otra faceta de la quiebra petista en las elecciones es, por un lado, el enorme índice de abstenciones y votos nulos, que en muchas capitales superó los primeros lugares, y por otro, el fortalecimiento de la derecha golpista –en particular el PSDB. Los candidatos “tucanos” se pusieron una máscara de “gestores empresariales” buscando convencer de que “no sol políticos”. La victoria de João Doria en el primer turno en San Pablo es la expresión más contundente de esto.
Rio de Janeiro marca una diferencia de importancia fundamental en relación a esa tendencia. La llegada de Marcelo Freixo (PSOL) al balotaje con 18% de los votos válidos expresa que en la segunda capital del país, cientos de miles de personas buscan una salida que ven a la izquierda del PT, y que no se resignaron al escepticismo ni se hicieron de derecha.
Marcelo Crivella (PRB), que disputa con Freixo con una creciente ventaja, expresa lo que hay de más reaccionario en la política brasilera. Es sobrino de Edir Macedo, dueño de la Iglesia Universal y de la red de medios Record, dos enormes empresas de reproducción de ideología de la clase dominante.
Crivella representa las posiciones de la banca evangélica con su machismo, racismo y LGBTfobia. Su partido fue base de apoyo de los gobiernos petistas en los acuerdos espúreos que abrieron espacio a la derecha, y después fue parte de los golpistas que pusieron a Temer en el poder para implementar los ataques más duros exigidos por los capitalistas.
Recientemente, la bancada de Crivella apoyó integralmente la enmienda constitucional que congela gastos sociales por 20 años (PEC 241), un ataque de inmensas proporciones a los trabajadores, a la juventud y al pueblo pobre.
Aún así, Crivella enfatiza en su campaña que quiere “cuidar a las personas” intentando mostrarse más al centro y esconder sus posiciones más reaccionarias y su alianza con Garotinho, un notorio corrupto. Como todo hábil político burgués, en estas elecciones Crivela quiere transmitir una imagen desvinculada de la política tradicional, de administrador exento, combinandola con un populismo.
Oponiéndose a él, Marcelo Freixo ha despertado grandes esperanzas, particularmente en la juventud y en sectores de trabajadores públicos, como docentes y trabajadores de la salud. Sin embargo, ha buscado moderar su campaña y buscar el electorado al centro como estrategia para combatir a Crivella. El único debate que hubo hacia el balotaje –Crivella ha escapado a los encuentros para no desgastar su liderazgo- estuvo marcado por la falta de enfrentamiento de Freixo con el derechista.
Sin embargo, esa no es solo la posición electoral de Freixo, sino su proyecto político. Un proyecto que lamentablemente se restringe a administrar de forma “más humana” al capitalismo. Eso porque Freixo no explica de dónde saldrá el dinero para garantizar los servicios públicos ya que no se propone enfrentar las ganancias y propiedades de los capitalistas. Al mismo tiempo, su slogan “gobernar es posible” se muestra en el camino de reeditar la tragedia petista de conciliación de clases.
Queremos dialogar con los cientos de miles que votaron en Freix diciendo claramente que es necesario un programa anticapitalista, y que sin eso no habrá solución de fondo a los problemas de salud, educación, etc. Para nosotros, todo ese movimiento que está en curso por Freixo en Rio debe ser un punto de apoyo para contruir una gran fuerza anticapitalista, obrera y socialista, no solo en Rio sino en todo el país, para derrotar a Temer, a los golpistas y sus ataques, en una perspectiva que solo puede ser independiente del PT y sin enfrentamiento con las burocracias que bloquean las luchas en los sindicatos y organizaciones estudiantiles. Es con esa perspectiva y sin ningún sectarismo que participamos de esos movimientos, ya que confiamos en que los trabajadores y jóvenes que votan por él pueden avanzar en ese sentido.
Para eso hay que decir que solo será posible alcanzar nuestras demandas pasando por encima de la reaccionaria Ley de Responsabilidad Fiscal, que es un mecanismo para sacar dinero de los gastos sociales para dárselo a especuladores y banqueros. Hay que poner impuestos a las grandes fortunas de patrones y a las iglesias como la Universal, y terminar con los impuestos a los trabajadores y el pueblo pobre. Para garantizar nuestras necesidades, como una salud decente, hay que terminar con la privatización, con el sistema de salud 100% estatal y bajo control de los trabajadores, lo que no es el sentido que Freixo viene defendiendo de no terminar con el sistema público-privado de organizaciones sociales (OS) sino “evaluar los contratos”. Hay que estatizar las grandes empresas privadas de salud, como los hospitales privados, laboratorios, redes de farmacia y planes privados de salud.
Para que el movimiento en la ciudad de Rio de Janeiro avance hacia una perspectiva de enfrentamiento con los ajustes en el plano nacional, tiene tambié que enfrentar la completa degradación de servicios públicos provinciales, los atrasos en los sueldos de los empleados públicos y jubilados. Una perspectiva anticapitalista en la ciudad de Rio pasa también por llamar a todos los trabajadores de la provincia a movilizarse por sus derechos y por el no pago de la criminal deuda provincial.
Con respecto al transporte, necesitamos también atacar a los capitalistas, estatizando el sistema municipal y poniéndolo bajo el control de sus trabajadores y de las comunidades de usuarios, lo que también se opone por el vértice a la posición de Freixo, que en una reciente entrevista al diario Estadão dijo sobre el tema que su política “no es estatizar. No tiene sentido que la alcaldía se haga dueña de la línea de colectivos. La alcaldía tiene que tener un sistema de regulación”. La ciudad no será nuestra, es decir, de los trabajadores, de la juventud, de las mujeres y del pueblo, mientras siga siendo de los empresarios que tiene siderales ganancias. No será nuestra mientras no se ataquen de raíz los intereses y las políticas de los ricos, que precarizan la salud, la educación y los transportes.
En primer lugar, hay que poner en pie una gran fuerza militante capaz de enfrentar los ataques de los gobiernos privincial y federal. Si la PEC 241 es aprobada, no habrá posibilidad de atender ninguna de las demandas populares. El momento electoral tiene que ser utilizado para fortalecer movilizaciones masivas, exigiendole a las organizaciones de masas como la CUT, CTB, UNE, UBES, que hoy estan en una verdadera tregua con los golpistas. Por ejemplo, así como no se enfrentarán al golpe, ahora hablan de una paralización nacional recién para el 11 de noviembre, y hasta aora no organizaron nada en la base. Las casi 500 escuelas ocupadas en Paraná contra los ataques de los golpistas muestran un punto de apoyo para poner en pie una gran lucha nacional, y es al servicio de esto que tenemos que contruir una fuerza anticapitalista en estas elecciones, ocupando otra vez las calles como hicimos en las jornadas de Junio de 2013, ya que solo con la lucha directa vamos a enfrentar a la derecha, a los capitalista y a sus ataques.
Estas son algunas de las medidas fundamentales, y sin las que es imposible dar una respuesta capaz de superar la experiencia petista y derrotar a los patrones y golpistas. Al servicio de esto ponesmos nuestras fuerzas militantes y el Esquerda Diário, que a cada día avanza como un instrumento capaz de darle voz a los trabajadores y organizar nuestra lucha, y hemos acompañado a cada paso las elecciones en Rio para buscar abrir ese debate imprescindible y superar los límites que están planteados para la construcción de esta fuerza.