Río Negro comenzó el año con una leve reactivación del turismo, pero el rebrote de COVID obligó al presidente pactar un “toque de queda sanitario” con los gobernadores. Carreras en otro dilema con las cámaras de comercio. Perspectivas de un año electoral que por ahora se parece mucho al 2020.
Viernes 8 de enero de 2021 20:14
La gobernadora Arabela Carreras mostraba hace una semana los números de las fiestas de fin de año: unos 70 mil visitantes dejaban una masa dineraria de 500 millones de pesos en la provincia. Quería mostrar una reactivación económica, pero el rebrote de covid metió un nuevo problema: ¿cómo enaltecer el negocio del turismo si debe dictar un toque de queda desde las 23 horas?
A medidados del año pasado la gobernadora quiso dictar la vuelta a Fase 1 en el Alto Valle debido al fuerte crecimiento de los contagios, lo que concitó el reclamo con escraches incluídos del sector empresarial. Hoy, Carreras deberá negociar los alcances de un toque de queda con las mismas cámaras empresariales que desde Cipoletti y Fiske Menuco ya le marcan la cancha diciendo que no aplicarán la medida que quiera imponer. Ni hablar en Las Grutas, El Condor o Bariloche: es probable que la gobernadora defina con las intendencias un toque de queda más laxo. Téngase en cuenta que ni Córdoba, ni CABA ni Mendoza aplicarán la medida. Se verá que “ingeniería” hace la mandataria para aplicarlo sin que esa masa dineraria deje de circular hacia el bolsillo de los empresarios del turismo.
Nunca una medida como testeos masivos para mapear y aislar los focos de contagio o unificar el sistema de salud privado con el público. Por si queda claro que la clave del gasto no va por ese lado, los prometidos módulos sanitarios para Las Grutas, Bariloche y otras ciudades turísticas no tienen fecha de instalación ni equipamiento, con la temporada veraniega en pleno desarrollo. En Bariloche se habla nuevamente de una ocupación 100% de las camas de terapia intensiva. El gobierno nacional y el provincial son pura improvisación. La medida de toque de queda solo servirá para inundar las calles nuevamente de policías y otras fuerzas federales, aumentando el control social y autoritarismo, como se vio durante todo 2020.
Pero en lo que la gobernadora no improvisa es en los favores a los sectores más ricos que siguieron facturando durante toda la pandemia, a los exportadores de frutas, Alberto Fernández decretó “retenciones cero”. La gobernadora rionegrina, para empujar otra ayudita al sector, diseñó un protocolo semi-esclavista para los más de 20 mil obreros y obreras golondrinas que están viajando a las chacras para la cosecha de peras y manzanas.
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Recuérdese la desaparición de Daniel Solano, quien fuera asesinado por la policía en el marco de los reclamos y denuncias que realizaba con sus compañeros por las condiciones de trabajo de las y los peones, que desde entonces hasta el día de hoy no han cambiado.
Comienzan las encuestas y la “rosca” electoral
Hacia fines de diciembre salieron dos encuestas provinciales que miden imagen de posibles candidatos y la gestión de los distintos gobiernos. Resalta la gran desaprobación de la gestión y mala imagen de Carreras y un declive en la imagen de Alberto Fernández con respecto a encuestas de meses anteriores. Por el lado del FDT-PJ la “negatividad” de los Soria sigue firme, aunque con un piso fijo que supera el 35% de fidelidad.
La novedad pasa por dos aspectos: el alto desconocimiento de figuras como Doñate (FDT) o Palmieri (JSRN) puede llegar a ser una “virtud” entre tanta negatividad. El senador peronista aceleró la disputa con los Soria, quiere dirigir la renovación del PJ rionegrino, aliándose al ala camporista del gobierno nacional de la mano de Wado de Pedro.
El otro aspecto que resalta de las encuestas son las preocupaciones principales del electorado: un 41% le preocupa cuestiones económicas como el crecimiento de la pobreza, la desocupación, la inflación, entre otros. Y más del 30% le preocupa la salud y el COVID. Mientras la casta política de los partidos patronales busca espacios electorales para explorar sus candidatos, la encuesta muestra el iceberg de la triple crisis económica, social y sanitaria.
Comenzó el 2021, y por ahora se parece mucho al 2020. El presupuesto nacional del año contempla un ajuste en regla con las exigencias del FMI. Un combo que la provincia pagará caro, tan dependiente de los aportes extraordinarios del tesoro nacional. El incipiente despertar de sectores de la clase trabajadora en 2020, como lo fue el sector de salud, son también un indicador del malestar con el gobierno. Desde el Frente de Izquierda apostamos a desarrollar desde las propias luchas de sectores de trabajadores, desde el movimiento de mujeres, el ambientalismo y la juventud precarizada un programa que enfrente este ajuste, para que la crisis no la paguen los trabajadores y el pueblo pobre.