Somos jóvenes, como vosotras y vosotros. Seguramente, hemos estado en las mismas manifestaciones, las que salían de los campus universitarios o de los barrios. Tal vez nos vimos caminando y cantando hasta llegar al aeropuerto el lunes. O nos tocamos en el metro gritando y saltando ¡Presas políticas libertad! y cuando llegamos a la Vía Laietana nos cruzamos con nuestras pancartas en la mani.
Miércoles 23 de octubre de 2019
Algunos somos tan jóvenes que por primera vez hemos estado en estas manifestaciones, pero no olvidamos cuando las fuerzas represivas destrozaron nuestras escuelas para impedir a la gente votar aquel 1-O de 2017. Y ahora nos manifestamos contra la sentencia de un juicio político pensado para que sirva de escarmiento al pueblo catalán.
Tal vez nos vimos cuando nos empezaron a pegar palos, cuando nos tiraron gases, tal vez nos ayudamos cuando nos caímos al suelo al tener que correr y resistir. O nos ayudamos con agua escondidos en algún portal para evitar la represión. Seguramente sentimos lo mismo cuando vimos en las redes tanta humillación, mutilaciones y porrazos y la sangre de la juventud de la que somos parte. Cuando vimos las bolas de goma, balas de foam, gases lacrimógenos, cientos y cientos de heridos en todo el territorio, identificaciones y registros aleatorios.
Ahora, hay 31 nuevos presos y presas políticas, que se suman a los 9 del Supremo y a los 7 miembros de CDR’s detenidos el pasado 23 de septiembre. Seguramente sentimos la misma indignación cuando los vimos entrar en esos furgones azules y pensamos: podría haber sido cualquiera de nosotros y nosotras.
Podríamos haber sido Xenia, de 22 años. Su familia ha contado cómo la policía presentó bolas de petanca, cristales y llaves como pruebas inculpatorias. Las mismas bolas de petanca, con el mismo número de serie, fueron pruebas también inculpatorias para otros jóvenes encarcelados ahora mismo.
A Xavier, Edu, Alexis, Ferran, Germinal, Jordi, Àlvaro, David, Robert, Oau, Martí, Paula, Laura, Joan y muchos más, queremos deciros que estamos en esta lucha codo con codo, y que ahora nuestra lucha también es por vosotras. Que jamás bajaremos los brazos y dejaremos de exigir y luchar por vuestra libertad y porque se os retiren toda causa en contra vuestra.
En distintas ciudades del Estado, como Madrid, Zaragoza, Bilbo, Donosti o Granada la juventud también ha querido mostrar su solidaridad con el pueblo catalán y por vuestra libertad.
Queremos que sepaís que la juventud está a la cabeza de esta lucha en Catalunya, pero que en Chile o Ecuador, lo están siendo contra gobiernos neoliberales; que están enfrentando también una represión durísima -en el caso de Chile, con “estado de emergencia declarado” y el ejército en las calles-. En Latinoamérica o en Europa, estos procesos los está liderando la misma generación, la que está cansada y llena de rabia porque su futuro está en manos de gobiernos capitalistas y Estados represores que no dejan de imponernos su brutalidad. La juventud se organiza, la juventud de las clase trabajadora y popular se ha levantado y no nos harán callar.
Quienes os escribimos formamos parte de la agrupación juvenil Contracorrent, y sentimos que, aunque nos digan que somos el futuro, aún tenemos que luchar para que el futuro sea nuestro, rompiendo las cadenas de tanta opresión y explotación. ¡Qué somos el futuro! Eso nos dicen los políticos de un Régimen que no elegimos, de un Rey que no elegimos, que son los mismos que han empobrecido a nuestras familias, que las desahucian, que nos expulsan de la universidad con sus tasas cada vez más altas.
De nuevo, queremos haceros llegar toda nuestra solidaridad, toda nuestra fuerza y mucho ánimo para todas las detenidas y para sus familiares y amistades. ¡Sois un orgullo para la juventud que sale a las calles y se organiza! ¡No estáis solas! ¡Seguiremos luchando por todas las detenidas! ¡Libertad! Seguiremos abrazando a las calles como si fueran nuestro bálsamo de liberación, gritando para que de una vez por todas se nos escuche. Que nuestra rabia se tranforme en lucha y organización.