Ante los hechos ocurridos el pasado 23 de enero, con la desaparición forzada de Marco Antonio Sánchez Flores a manos de policías de la Ciudad de México, los estudiantes del IPN exigimos justicia para Marco y los miles de desaparecidos, así como un alto a la criminalización de la juventud.
Miércoles 7 de febrero de 2018
Quienes estudiamos en el Instituto Politécnico Nacional vivimos día con día la represión. No existe la libertad de organización ni el respeto a la misma. La Policía Bancaria Industrial (PBI) y su contrato millonario es un gasto inútil que bien podría aprovecharse en mejorar las condiciones de aulas, talleres y laboratorios, los centros deportivos y de investigación. Sin embargo, en vez de apoyar con becas a jóvenes de escasos recursos se les criminaliza por vender dulces o comida dentro de las instalaciones para poder solventar sus estudios.
Desde la Agrupación juvenil anticapitalista Politécnico hacemos un llamado a la organización, a participar en actividades conjuntas con los estudiantes de la ENP8 y de otros centros de estudio para exigir justicia para Marco Antonio, juicio, castigo a los policías implicados y la abrogación de la Ley de Seguridad Interior.
Denunciamos que la Ley de Seguridad Interior legaliza la desaparición forzada y que la desaparición de Marco Antonio no fue un hecho aislado, se suma a las detenciones arbitrarias que realiza la policía capitalina y a la desaparición de más de 20 mil personas en la Ciudad de México en 11 años de gobiernos “de izquierda” que son un claro mensaje aleccionador contra la juventud que se movilizó por los 43 de Ayotzinapa, contra la llegada de Peña Nieto y por la desmilitarización del país.
Hace 11 años comenzó la militarización del país y la "guerra contra el narco"; los resultados más de 200 mil muertos y miles de desaparecidos. En la actualidad desaparecen 5 personas al día en esta ciudad, 3 de ellas mujeres, y algunas de ellas en manos de la policía y el ejército.
La función principal de la policía y el ejército es mantener el orden para los de arriba. La muestra de esto es que sobre ellos recaen las matanzas del 2 de octubre, el 10 de junio, la desaparición de los 43 de Ayotzinapa. Ellos agredieron a las mujeres de Atenco y son ellos quienes seguirán actuando para acallar a toda costa a quienes no estamos de acuerdo con estos gobiernos de hambre y miseria.
La criminalización de la juventud es una estrategia que utiliza este Estado para desviar la atención de su ineptitud, para culpar de los males actuales a quienes nos han robado el futuro. Otro ejemplo lo vivimos hace 4 años, cuando un compañero de la ESIQIE fue detenido en el metro 18 de marzo aproximadamente a las 8 de la mañana cuando se dirigía a la escuela, el motivo fue ser joven y estar en esa zona, en la cual había ocurrido un asalto fuera de las instalaciones del metro. La policía presentó como delincuente a un estudiante inocente que pasó meses en prisión.
Dentro del IPN se utiliza a la policía para reprimir a sus estudiantes y con ello toda forma de organización. Aún cuando se ocupa el pretexto de que cuidan las instalaciones y salvaguardan la seguridad, ha habido asaltos, robos e incluso asesinatos al interior del Instituto, como en UPIICSA en 2016.
Después del movimiento del 2014 donde las y los jóvenes Politécnicos fuimos punta de lanza, se ha criminalizado a quienes mostraron su repudio a las autoridades educativas y de la institución, oponiéndose a las imposiciones que atentaban contra nuestros derechos y la educación.
La policía coludida con los directivos del Politécnico han detenido o intentado detener de forma arbitraria a alumnos en distintas ocasiones, como el caso de ESIME Azcapotzalco en 2017, cuando se intentó detener a 5 compañeros que vigilaban las instalaciones durante un paro.
Es urgente que los estudiantes junto a las las organizaciones sindicales y obreras que se dicen democráticas y opositoras encabecen la exigencia de justicia para Marco Antonio y la lucha contra la Ley de Seguridad interior, de la mano de quienes buscan a sus desaparecidos y luchan contra la militarización. Así, se fortalecerá la movilización y la organización independiente de los partidos que quieren mantener al ejército en las calles y garantizar unas elecciones ordenadas. Seamos miles en las calles contra la militarización del país.
Este jueves 8 de febrero salgamos todos a las calles, asistamos a la movilización que partirá de la Preparatoria 8 de la UNAM rumbo a la Rectoría de esta misma casa de estudios, en Ciudad Universitaria. Por el esclarecimiento de la desaparición de Marco y el por la desmilitarización inmediata del país. ¡Qué regresen los militares a sus cuarteles!