Organizaciones de derechos humanos y políticas junto a familiares de víctimas del gatillo fácil marcharon exigiendo justicia por el joven desaparecido y asesinado en Rosario.

Jazmín Levi Periodista. Miembro del CeProDH
Miércoles 7 de octubre de 2015 00:00
Ayer se cumplió un año de la desaparición de Franco Casco, el joven de Florencio Varela, que vino a visitar a su familia y no volvió. A Franco Casco lo mató la policía, fue la consigna desde que encontraron su cuerpo en el río Paraná tras haber sido detenido en la comisaria séptima. A un año de su asesinato, los familiares acompañados de organizaciones de derechos humanos y políticas, y también de otros familiares de víctimas del gatillo fácil como Gerardo Escobar y Jonatan Herrera, marcharon desde Gobernación a Tribunales Federales, donde actualmente se encuentra la causa. Exigen justicia y el esclarecimiento de los hechos.
El acto comenzó en las escalinatas del edificio de Gobernación, donde sus padres ante los medios leyeron una emotiva carta que dejó reflejado el dolor y el hambre de justicia que atraviesan todas las familias que son víctimas de la violencia institucional. Ramón, padre de Franco recordó que la última vez que lo vio habían trabajado juntos. Describió los sentimientos en el momento de encontrar el cuerpo sin vida de su hijo. “Me invadía una tristeza enorme, no podía estar. Donde andaba lo recordaba, no dormía, lo recordaba todos los días, lo soñaba volviendo a casa”, decía la carta. “Se siente mucha impotencia de pensar como un policía puede ser tan criminal de llevarlo sin hacer nada, golpearlo brutalmente, negarle agua, golpearlo hasta quitarle la vida, le preguntaría a esos policías si no son padres. Condena perpetua a esos asesinos”, continuaba.
La lectura de la carta de Ramón Casco terminaba agradeciendo a todos las organizaciones políticas y sociales que lo acompañaron durante este tiempo. Por último dirigió sus palabras a otros familiares: “Quiero decirles que tengamos fuerzas para seguir luchando, que no bajemos los brazos, que nos abracemos fuerte y que sigamos acompañándonos y luchando hasta el final por justicia y para que esto no se repita”. Una vez terminadas las palabras de los familiares, marcharon hacia los Tribunales Federales con una columna colmada de banderas que exigen justicia y murgas que acompañaron durante todo el recorrido.
Una vez más movimientos estudiantiles se sumaron al pedido de justicia, universitarios de la facultad de Humanidades, en medio de la toma que llevan a cabo pidiendo la renuncia del decano, votaron en asamblea asistir a la movilización con el reclamo de basta de gatillo fácil, al igual que estudiantes de la facultad de Ciencias Políticas y secundarios de la escuela Técnica 10. Entre los presentes se encontraban el PTS en Frente de Izquierda, Partido Obrero, Patria Grande, Asamblea por los derechos de la niñez y la juventud, Bodegón casa de Pocho y Movimiento Evita. Octavio Crivaro candidato a diputado por el Frente de Izquierda, Lucila de Ponti y Sebastián Artola, candidatos del FPV también acompañaron la movilización. La marcha culminó con la lectura de un documento realizado por la multisectorial por Franco Casco.
La movilización por Franco Casco es el reflejo de quienes siguen denunciando que todos los gobiernos son cómplices de un modelo que castiga a los jóvenes trabajadores como Luciano Arruga hasta la muerte y que garantiza impunidad para sus victimarios, sean empresarios, policías o narcotraficantes. En menos de un mes se dieron dos casos de Gatillo Fácil en La Plata, se concretó la impunidad en dos casos de Jujuy, sumándose a los jóvenes de Córdoba, gran Buenos Aires, poniendo bien en claro que es la misma institución policial, provinciales y federales, quienes tienen por objetivo aleccionar a los jovenes aumentando el poder de fuego del estado luego de una década bajo el gobierno que se dice de los Derechos Humanos.
Rosario es epicentro de esta realidad y vuelve a hablar de un chico desaparecido, de muchas dudas, de poco esclarecimiento, de un Poder Judicial que cada paso que da se acerca más a la impunidad que a la justicia. La realidad seguirá golpeando a los jóvenes y una y otra vez, una familia trabajadora que veía por televisión estos casos, se verá obligada a salir a la calle y ser protagonista de la lucha por justicia.
Según lo expresaron militantes de la multisectorial por Francos Casco, la respuesta a toda esta situación seguirá siendo la coordinación para movilizarse, construir unidad en las calles, junto a los familiares, trabajadores, jóvenes y organizaciones de derechos humanos, políticas, sociales, sindicales y estudiantiles. Sobran ejemplos para demostrar que el Poder Judicial en su conjunto es el aparato que garantiza impunidad para las fuerzas represivas y los gobiernos que lo dirigen. Una vez más, se confirma que sólo la fortaleza, lucha y movilización en las calles de familiares, amigos y organizaciones solidarias pueden desenmascarar este entramado mafioso.
“La reciente desaparición, el asesinato y la aparición del cuerpo de Gerardo “Pichón” Escobar flotando en el río deja en claro que existen metodologías sistemáticas en las fuerzas de seguridad. Otras metodologías brutales, como el gatillo fácil, se llevaron la vida de Jonathan Herrera y Roberto Arrieta, entre tantos otros. Desaparición, tortura, persecución, gatillo fácil, estigmatización social, cuerpos arrojados en el río Paraná, nos retrotraen al accionar de los genocidas y sus cómplices civiles, en la última dictadura militar”, fue parte de lo expresado el documento.
Basta de desapariciones en democracia.
Los gobiernos son responsables.
Ni un pibe ni una piba menos.

Jazmín Levi
Periodista. Miembro del CeProDH