A partir de los datos que surgen de los cruces de llamados entre los gendarmes, una pequeña muestra del mecanismo utilizado para construir el relato de Gendarmería. Mientras espiaban a la familia.
Martes 26 de septiembre de 2017
En las últimas semanas, la Dirección de Inteligencia Criminal de la Policía Federal entregó parte de las pericias de los teléfonos de los gendarmes que participaron de la represión del 1° de agosto.
Aunque el juez Otranto y la fiscal Ávila no parecen haber profundizado en los elementos de prueba que podrían brindar esas pericias, algunos de sus contenidos permiten entender cómo funcionó antes y después del momento de la desaparición de Santiago, el aparato de Gendarmería Nacional.
Para entender, con un ejemplo esos mecanismos, vale repasar los audios de uno de los hombres de la fuerza que jugó un rol importante ese día, el alférez Daniel Gómez, del Escuadrón 35 de El Bolsón.
Según lo que él mismo plantea en los audios y se puede ver en las imágenes fotográficas, es uno de los que participa en el “asalto” a la Lof en Resistencia, pasadas las 11:30 h del 1° de agosto; es el último en retirarse de la vera del río donde había llegado con una decena de sus hombres; es el que realiza la requisa y el posterior acta a tres integrantes de la comunidad que estuvieron retenidos varias horas frente a la comisaría de Leleque; y al que le ordenan preparar y centralizar los informes de una decena de gendarmes que serán enviados a sus superiores.
Construyendo el relato
Desde el mediodía del 2/8 Gómez comienza a preparar los informes. El 4/8 minutos antes de las 20 h recibe un llamado de otro alférez, desde un teléfono de Bariloche.
Gómez empieza a relatar los hechos, incluso algunos sucedidos días antes de la represión dentro de la Lof. Hasta llegar a ese momento.
Gómez va ayudando a “armar un relato” junto a otros oficiales. Mientras tanto, recibe información de las protestas por la desaparición de Santiago.
Desde otro número, que según el informe de Policía Federal también pertenecería al alferez Claudio Collinet, le van transmitiendo la información que recauda personal de la fuerza que ya espía los movimientos de la familia Maldonado. A las 17:30 le cuenta:
Tiempo de espías
Un día después, el 5/8 sigue el armado de los relatos y el informe para los comandantes de Gendarmería, que terminarán procesando toda la información. Tras recibir un llamado poco antes de las 13 h, Gómez comenta:
Un rato más tarde, el comandante Méndez y el alférez Gómez recibían en sus teléfonos personales la “línea de tiempo”. Formalmente se trataba de la Cronología de acontecimientos, y estaba firmada por Centro de Reunión de Información Neuquén - Gendarmería Nacional. O sea, el centro de espionaje de la fuerza.
Algunas de las imágenes que se encontraron en el télefono de Gómez:
Pacto de silencio
Los diálogos permiten entender, con un ejemplo, cómo funcionaba esos días la maquinaria que preparaba el relato de Gendarmería. Un relato que se iba construyendo junto a los funcionarios del Ministerio de Seguridad, como Daniel Barberis, y los comandantes de la fuerza.
Para ejemplo, vale la conversación de Gómez con el comandante mayor Pablo Badie, el 9/8 pasado el mediodía.
“Todos hicimos lo mismo y vimos lo mismo”. Toda una definición del pacto de silencio que estaban ayudando a construir.