Desaparición y muerte. Caso Maldonado: nuevas imágenes muestran a Gendarmería “in fraganti”

Un video y varias fotos, incorporados a la causa, demuestran la voluntad de arremeter y castigar brutalmente a los manifestantes mapuches por parte de la Gendarmería Nacional aquel 1° de agosto del año pasado.

La escena del video transcurre en la caja de un camión tipo Unimog de la fuerza represiva federal y fue registrada por uno de sus ocupantes minutos antes de que ingresaran sin orden judicial y a los tiros al predio mapuche de la Pu Lof en Resistencia de Cushamen. Las fotos corresponden a los hechos posteriores, en los que los uniformados llevan adelante aquello que se proponían.

“Acá hay que entrar y quemarles todas las casas a esos”, dice uno de los gendarmes que viaja en el Unimog por la Ruta 40. “Hay que patearles todo”, replica otro. “Es que nuestra misión es esa”, interviene un tercer agente. Mientras tanto la imagen muestra a otro grupo de gendarmes que trota a pocos metros, siguiendo el trayecto del móvil. De fondo, a unos doscientos metros, se ve a otro Unimog detenido a la vera de la ruta, justo en la curva. El video se corta con la imagen de una gendarme en primer plano captada en un giro de quien filmaba hacia dentro de la caja del camión.

La “misión” de patear y quemar todo lo que encontraran dentro de la Pu Lof pareció ser tan asumida que no dudaron en registrar la requisa y la fogata luego de que el pequeño grupo de jóvenes mapuches fuera corrido campo adentro. Mientras algunas fotos muestran el fuego que consume algunos utensilios y mobiliario de la comunidad, en otras se observa una camioneta cargada de mantas, bolsas y demás pertenencias de las familias mapuches.

Esa Ford Ranger patente OLW 237 sería filmada horas después saliendo de la Pu Lof bastante menos cargada. Resta saber su hizo varios viajes o si los objetos registrados en estas fotos también fueron quemados en el predio durante aquella tarde. Lo cierto es que esos objetos nunca les fueron devueltos a las familias reprimidas.

En los precisos momentos en que algunos gendarmes alimentaban el fuego con ropa, papeles y otros combustibles quitados a los mapuches, Santiago Maldonado comenzaba a estar desaparecido. Un estado que se mantendría durante 78 días, hasta el 17 de octubre que fue hallado sin vida a metros de allí, flotando sobre el Río Chubut.

Gendarmería no informó hasta el momento si la mochila de Santiago fue quemada en esa hoguera criminal o llevada en esa camioneta blanca y verde a no se sabe dónde. Lo cierto es que hasta el día de hoy no fue hallada, pese a que sí lo fue el cuerpo del joven artesano bonaerense. Y cuesta creer que esa pertenencia haya terminado en el mar después de viajar cientos de kilómetros.

En una nota publicada en Página|12, junto a estas mismas fotos y este video, la periodista Adriana Meyer informó que “en las últimas notificaciones del expediente que investiga el juez federal Gustavo Lleral, Gendarmería está modificando de facto la carátula de la causa, porque responde los oficios encabezando con ’NN/averiguación de delito’ cuando el caso aún está calificado como desaparición forzada”.

“Están realizando un cambio unilateral de la carátula con una impunidad absoluta”, confirmó en la misma nota la abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia.

En ese marco, estas nuevas pruebas audiovisuales cobran un significado mayor, ya que cada vez queda más demostrado que Gendarmería no solamente ingresó a la Pu Lof decididamente y a los tiros sino que luego se dedicó durante varias horas a ocupar el predio hasta consumar un verdadero saqueo sobre las familias que lo habitan. Podían no tener una orden judicial, pero de lo que no carecían era de una “misión”.

Después vendría el relato oficial, sobre todo en boca del jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad Pablo Noceti, que apelaría a una supuesta “flagrancia” para justificar el accionar violento y racista de sus subordinados.

Lo que sigue sin resolver la investigación del juez Lleral es si Santiago para ese momento ya estaba muerto en el río (lo que implicaría que los gendarmes lo abandonaron a su suerte o lo forzaron a ahogarse) o si murió tiempo después y bajo qué circunstancias.

Lo que queda claro es que la Gendarmería aún debe responder muchas preguntas.