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Red Internacional
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Barcelona. Caso de transfobia contra una estudiante de la Universidad Pompeu Fabra

La transfobia sigue presente en muchas esferas de nuestra sociedad, incluida la universidad. Así lo demuestra el caso del Alane, estudiante de máster en la UPF que ha sido “invitada a marchar” a pesar de estar legalmente de baja, con el argumento que no se pueden adaptar a ella.

Jueves 7 de octubre de 2021

Alane D. Chaperro denunció este el pasado lunes que la Universidad Pompeu Fabra no está respetando su baja médica para poder continuar con su transición y la han invitado a marchar. Esto supone un nuevo ataque de transfobia, esta vez por parte de la UPF y el director de máster que cursa, en un contexto de aumento de las agresiones LGBTIfóbicas.

De cara al público, la UPF cuenta con protocolos para prevenir y garantizar un entorno universitario libre de agresiones machistas y LGBTIfóbicas. Pero esto es solo de cara a la galería. La transfobia y la discriminación siguen presentes en el ámbito académico como demuestra el caso del Alane. Garantizar un entorno universitario libre de LGTBIfóbia también es garantizar que ninguna persona tenga que dejar un máster mientras está haciendo su transición.

En el Estado español, uno de los estados con mejores índice de “tolerancia” hacia el colectivo LGTBI, las tasas de desocupación de las personas trans son del 80% y las tasas de suicidio sobre la juventud LGBTI son cuatro veces mayores que la media. Parece ser que los estados capitalistas que se venden como paraísos LGTBIfriendly, estados con leyes de igualdad, festivales y turismo - todo esto delimitado con un precio y por tanto, excluyendo-, pero mientras tanto, la vida cotidiana del colectivo se enfrenta a situaciones de discriminación, opresión y marginalización.

Cómo ella misma señala en un hilo en su perfil de Twitter, el hecho de ser trans y de clase trabajadora le supone tener que soportar los comentarios transfóbicos y, a la vez, cargar con el elevado coste económico para hacer la transición ante las carencias del sistema sanitario público.

Alane se ha visto obligada a viajar ante las limitadas opciones que ofrece la Estado Español. La reciente Ley Trans despatologiza y reconoce la autodeterminación de género sin la necesidad de aportar ningún documento, testigos, pruebas o informe médico que lo justifique, pero se cuenta con un largo tiempo de espera inaceptable por muchas.

Denunciamos esta muestra de transfobia por parte de la UPF y defendemos la formación de comisiones independientes de los órganos oficiales en los centros de estudio y trabajo para combatir toda forma de machismo o LGTBIfobia. Comisiones que, para elaborar protocolos contra las opresiones sexuales y de género y asegurar su cumplimiento, defendemos que estén integradas por mujeres y personas del colectivo LGTBI. También creemos imprescindible luchar contra las limitaciones de la Ley Trans, para imponerla de manera efectiva y ampliarla a todas, incluyendo menores de catorce años, no binarias y migrantes.