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Red Internacional
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Caso Hermosilla - Arista Parque Capital. Casta política: Chadwick declaró como imputado por tráfico de influencias

Se reveló que el exministro del Interior de Piñera, Andrés Chadwick declaró ante el fiscal jefe de Alta Complejidad, el pasado lunes 18 de noviembre, investigado por la arista Parque Capital del caso Hermosilla, donde se indagan las gestiones realizadas con el gobierno de Piñera por Luis Hermosilla para la aprobación en tiempo récord de un proyecto del Grupo Patio de Álvaro Jalaff, amigo cercano del abogado y del exministro Andrés Chadwick.

Viernes 22 de noviembre de 2024

Han pasado varios días desde que se revelara que este pasado lunes 18 de noviembre, el ex Ministro del Interior del segundo gobierno de Piñera, su primo Andrés Chadwick, declarará como imputado ante la fiscalía por una de las tantas aristas que tiene el Caso Hermosilla, esta en particular, la referida a Parque Capital, donde se investiga la triangulación de influencias entre el Grupo Patio, de Álvaro Jalaff, Luis Hermosilla y el gobierno de Sebastián Piñera, que a traves de su ministerios aprobó en tiempo record permisos para sus proyectos inmobiliarios. El empresario Álvaro Jalaff era amigo cercano de Hermosilla y del exministro Andrés Chadwick

Chadwick llegó junto a su abogado defensor, Samuel Donoso, a la Fiscalía Oriente para declarar ante el fiscal jefe de Alta Complejidad, Miguel Ángel Orellana, en absoluta reserva y por dos horas y media. Esta arista Parque Capital surgió de los mensajes entre Hermosilla y Álvaro Jalaff, quien ya declaró ante los fiscales, entre 2020 y 2021 sobre los permisos para el proyecto inmobiliario Parque Capital. Hermosilla logró que la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Vivienda Metropolitana emitiera en apenas dos meses y medio tres certificados de factibilidad para construcciones en una zona rural, los que en general demoran 2 años. Los permisos destrabaron la venta de tres terrenos del proyecto Parque Capital, valorados en más de $10.372 millones.

Los chats entre Hermosilla y Antonio Jalaff mencionan explícitamente también la necesidad de “amarrar bien la cometa”, término alusivo a las coimas para quienes ayudaron a acelerar la gestión. Felipe Ward, ministro de vivienda del momento, guarda silencio, quien hasta hace poco era vicerrector de pregrado en la Universidad San Sebastián, pero que aparece mencionado en los chats, luego de su arribo a ese ministerio: “Tenemos un cambio de estrategia con Ward. Es mucho más cercano y nos admira”, escribió Hermosilla a Jalaff en junio de 2020.

El fiscal Orellana también interrogó a Chadwick por los fondos que Luis Hermosilla le transfirió a su cuenta por un total de $190 millones, en 17 depósitos, entre marzo de 2020 y marzo de 2023, y que hasta hoy Chadwick justifica detrás de remuneraciones por trabajos de "ejercicio de su profesión". Chadwick aparece también en traspasos por los pagos de su defensa en su Acusación Constitucional, donde con dineros de Factop, empresa investigada por la emisión de miles de facturas falsas, se pagaron los informes en derecho del penalista alemán Kai Ambos, y que le gestiono Hermosilla con el todavía en su cargo el Juez de la Corte Suprema Jean-Pierre Matus.

Chadwick es una expresión más de la decadencia del regimen político, de su profunda crisis, que golpeó a la fiscalía, los jueces y magistrados de la Corte Suprema quienes le solicitaban favores a Hermosilla, luego a Andrés Chadwick quién tenía a dicho abogado como un operador político de la derecha y a otra figura de la derecha como es Marcela Cubillos ex Ministra de Educación durante el gobierno de Piñera por el caso de la Universidad San Sebastián y quien durante su gestión como Ministra, fue la enemiga del gremio docente movilizado. Chadwick como Cubillos, de los principales líderes de la derecha, y de la UDI en particular.

Casos que solo vienen a profundizar la crisis orgánica que se extiende por largos años en el país, que se expresa en esa deslegitimidad de las “instituciones”, de los partidos políticos y en la crisis del proyecto político del gran empresariado nacional y sus partidos tradicionales que no logran presentar una salida ante la situación, perdiendo velozmente su hegemonía sobre amplios sectores. Si bien lograron desviar la revuelta popular el 2019, el fracaso de los dos procesos constitucionales sólo ahondó esa crisis orgánica, y si bien el escenario no está marcado por la efervescencia de la lucha de clases y fenómenos de movilización, sí hace que se genere una mayor inestabilidad en las alturas que puede abrir nuevos fenómenos políticos y sociales, donde se combina la crisis de “legitimidad” de instituciones y partidos tradicionales con el estancamiento económico y mayor conflictividad internacional, que ahora con el triunfo de Trump, se inestabiliza mucho más.