El ex jefe del Ejército declaró durante cuatro horas. Este jueves se realizarán los alegatos.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Jueves 28 de noviembre de 2019 00:00
Fotografía: Elena Nicolay / Diario del Juicio Tucumán.
El juicio por la desaparición del conscripto Alberto Ledo, ocurrida en junio de 1976, llega a su tramo final. En la tarde del miércoles, durante cuatro horas, César Milani amplió su declaración indagatoria frente rente al Tribunal Oral Federal, integrado por Gabriel Casas (presidente), Carlos Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal (subrogante). El ex jefe del Ejército afirmó su imputación en la causa “respondía a una feroz e inédita campaña contra el jefe del Ejército” y que su procesamiento fue culpa de “sectores de derechos humanos, la izquierda y la derecha reaccionaria”
“Nunca en mi vida recuerdo haberlo visto al soldado Ledo”, como en otras oportunidades en las que habló durante el debate. Milani calificó de “vergonzoso” todo el proceso por considerarlo parte una “persecución política, mediática y judicial”. “Me hace acordar al juicio de La Rioja”, dijo en referencia al juicio en el que fue absuelto. Con una proyección multimedia, el ex jefe del Ejército repasó los diferentes argumentos para despegarse de la acusación.
Un tramo de la declaración de Milani fue dedicado a desacreditar a los testigos, repitiendo la idea de que no hubo querella durante 40 años, ya que insiste en que nunca se lo denunció hasta que fue ascendido por el gobierno de Cristina Kirchner. Lo cierto es que el testigo Alfredo Olivera lo denunció en 1979 por apremios ilegales; mientras que otros testigos afimaron que solo pudieron ponerle nombre al rostro que habían visto en centros de detención cuando Milani tuvo un perfil público.
Siguiendo esta tónica, Milani se respaldó en el escandaloso fallo de La Rioja, como otra manera de desmentir a los testigos. Allí los jueces argumentaron el secuestro a la familia Olivera “se enmarcó dentro de la formalidad legal establecido por la averiguación de un hecho presuntamente subversivo, de acuerdo con los términos de la ley 20.840, y con el procedimiento dispuesto por la ley 21.460", leyes firmadas por Videla. Y dando a entender que había secuestros “legales”, señalaron que "se trató de una detención que difiere en su modalidad de las que en la sentencia de la causa 13/84 fueron caracterizadas como propias de los grupos operativos que actuaban ilegalmente en aquella época".
Milani, que en la desaparición de Ledo tenía el cargo de subteniente, también utilizó argumentos lindantes a los de la ley de obediencia debida, utilizando mucho de su declaración para explicar la cadena de mandos y la división en el Ejército. Así señaló que de todos los casos de conscriptos desaparecidos, donde se fraguaban actas para hacerlas pasar como deserciones, él era el único imputado.
Además de hacer hincapié en la jerarquía castrense, Milani se apoyó en lo que se denominó “el punto final biológico”, por la muerte de los responsables. “(Hay que investigar) quiénes son los responsables de que los jefes de La Rioja, las autoridades de la Brigada de Tucumán y el destacamento de Inteligencia en Tucumán nunca hayan llegado a una instancia de un juicio. Muchos de ellos, fallecidos”, dijo. El ex jefe del Ejército destinó la última parte de su declaración para cuestionar la veracidad del acta de deserción, fraguada para encubrir la desaparición de Ledo, que lleva su firma y por la que es señalado.
Milani está acusado de cometer los delitos de encubrimiento y falsificación ideológica del instrumento público por haber firmado. El otro imputado es el ex capitán Esteban Sanguinetti, que enfrenta los cargos de homicidio calificado y privación ilegítima de la libertad de Ledo. Para este jueves se esperan el último testigo y los alegatos, mientras que el viernes se dictará sentencia.