La querella de la familia Ledo realizó el pedido de penas. Este viernes terminan los alegatos y se espera la sentencia.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Jueves 28 de noviembre de 2019 21:15
Tras el fin de la etapa testimonial y la incorporación de pruebas, el juicio por la desaparición de Alberto llegó a la etapa de los alegatos. Los únicos imputados son César Milani y Esteban Sanguinetti. El ex jefe del Ejército está acusado de encubrimiento y falsificación ideológica de instrumento público, mientras que el ex capitán enfrenta los cargos de homicidio calificado y privación ilegítima de la libertad.
La querella que representa a la familia de Alberto Ledo pidió la pena de prisión perpetua para Sanguinetti y seis años de prisión para Milani, reclamando que el cumplimiento sea efectivo y en cárcel común. “Pedimos justicia para Alberto Ledo y lo hacemos con la certeza de que Marcela Ledo y Graciela Ledo durante todos estos años han transitado por el camino de la verdad, sin que ninguna circunstancia ni interés político se haya interpuesto en ese camino”, afirmaron en el cierre del alegato.
Además de la querella de la familia Ledo, presentaron su alegato la querella de la Secretaría de Derechos Humanos de Nación, representada por Claudio Orosz y Pablo Gargiulo. Mañana, desde las 9.30, harán lo mismo la Fiscalía (con Pablo Camuña y Agustín Chit) y los defensores Edgardo Bertini (en representación de Milani) y Vanessa Lucero (en representación de Sanguinetti).
“Ledo tenía un destino y un final planificado”
Viviana Reynoso, por la querella particular de la familia Ledo, inició su alegato resaltando el contexto represivo iniciado con el Operativo Independencia y profundizado tras el 24 de Marzo de 1976. La abogada hizo hincapié en el accionar de inteligencia para identificar sobre los grupos políticos y sociales donde golpearía la represión. En La Rioja destacó en el avance represivo sobre lo que se conocía como la pastoral de Angelelli, donde Ledo dio sus primeros pasos como militante.
Reynoso estableció que Ledo ingresó como Soldado en el Batallón de Ingenieros de Construcción 141 de La Rioja en febrero de 1976. Luego, el 20 de mayo, una fracción de la sección del Batallón de Ingenieros 141 de La Rioja parte a Tucumán adentro de una unidad “antiterrorista”, a cargo de la V Brigada. Y a continuación relató: “El 17 de junio de 1976 Ledo fue sacado del campamento a las 1 de la mañana por el capitán Sanguinetti para hacer una recorrida por la zona, no regresando al campamento. Al día siguiente se le informa a todos los soldados que faltaba un soldado, que Ledo había desertado por lo que se le dio la orden de retirar su equipaje”.
Para Reynoso, Ledo tenía “un destino y un final planificado”. Mencionó dos informes de inteligencia donde se traza el derrotero del conscripto durante 1975. En uno titulado "Frente armado estudiantil - PTR ERP" (fechado en diciembre de 1975), se establece que entre marzo y julio Ledo fue el "responsable político" en Filosofía y Letras de Tucumán; y que de julio a diciembre fue el "responsable gremial y reivindicativo". La letrada denunció que ese informe estuvo "en la caja fuerte del juez (Daniel) Bejas, que nunca lo incorporó a la causa". Otro informe, de agosto de 1976, define a Ledo como "marxista, trotskista" y lo señala como participante de acciones armadas y de "actividades de captación entre soldados.
Reynoso afirmó que en la hipótesis de "guerra" que pregonaban los militares se daba lugar central a la obtención de información. "Los subtenientes si podían hacer inteligencia", sostuvo para negar los dichos de Milani. Relató el caso del soldado Villafañe, incluido en los informes de inteligencia donde se menciona a Ledo, cuya desaparición fue planificada y ejecutada por subtenientes.
Desmintiendo al ex jefe del Ejército, nombró las numerosas presentaciones que hizo la familia Ledo. "Fue incesante, no es de ahora, es del primer día", dijo y contó que desde el 2003 la familia tuvo conocimiento del nombre de Milani pero que carecían de medios para continuar la investigación en Tucumán.
“Milani no era un subteniente cualquiera”
Adriana Mercado Luna continuó el alegato de la querella de la familia Ledo refiriéndose al rol jugado por Sanguinetti. “Lejos del perfil técnico del que dijo (el propio Sanguinetti), estaba vinculado a acciones del plan sistemático de exterminio”, aseveró la abogada. Junto a pruebas, citó el testimonio de Oscar Schaller que ubicó al entonces capitán como censor del diario El Independiente.
La abogada querellante señaló que Sanguinettí tenía una jerarquía media, lo que “le otorgaba cuanto menos facultades de mando; tenía deberes especiales de cuidado y vigilancia respecto de la vida y la integridad de los conscriptos a su cargo”. Mercado Luna mencionó las incongruencias en las declaraciones del entonces capitán, quien afirmó que le ordenó a Milani que investigue y que haga el acta de deserción, afirmaciones de las que luego se desdijo. Para la abogada “el acta de deserción acredita la responsabilidad de Sanguinetti, ya que su firma está puesta en la misma”.
Asimismo, señaló que Sanguinetti tuvo una “actitud homicida” para que se consume la privación ilegítima de la libertad y el homicidio de Ledo. La querella particular tomó dos testimonios que mencionaron que Ledo pudo haber estado en el centro clandestino Arsenales Miguel de Azcuénaga y concluyó que “la suerte de Ledo siempre estuvo atada al Batallón 141”.
Respecto a Milani, Mercado Luna recordó los testimonios que desmienten la posición de “ajenidad” que el ex jefe del Ejército sostiene respecto al plan genocida llevado adelante por la Dictadura. Milani llegó al punto de afirmar que nunca conoció un centro clandestino de detención. Para desmentirlo, volvió a los testimonios de Schaller, las hermanas Matta, Álvaro Illánes y Alfredo Olivera. Además retomó otras pruebas testimoniales y documentales para resaltar que Milani "no era un subteniente cualquiera" sino que estaba involucrado en tareas de inteligencia.