Se profundiza la crisis política en Austria tras el escándalo de corrupción que salpicó al partido de ultra derecha FPÖ provocando la ruptura de la coalición gobernante. Este lunes el parlamento votó darle la espalda al canciller Sebastian Kurtz.
Santiago Montag @salvadorsoler10
Martes 28 de mayo de 2019 00:03
El Gobierno austríaco liderado por el canciller Sebastian Kurz del demócrata-cristiano Partido Popular Austríaco (ÖVP), ha perdido este lunes la confianza del Parlamento. Por una moción de censura, el canciller ha sido destituido a partir del "caso Ibiza", un escándalo de corrupción que afecta al ultranacionalista Partido de la Libertad de Austria (FPÖ).
Esta situación devino en la ruptura de la coalición entre los dos partidos adelantando las elecciones para septiembre de este año y una crisis en el Ejecutivo de Austria con la renuncia de todos los ministros del FPÖ.
La caída del Gobierno se produce después de que el Partido Popular (ÖVP) ganara las elecciones europeas de este domingo con el 34,9 % de los votos. Un triunfo con sabor amargo. La coalición formada en diciembre de 2017 por Kurz con los ultranacionalistas del FPÖ había estallado el 19 de mayo, pocos días antes de las elecciones para el parlamento europeo por el polémico vídeo grabado en Ibiza en verano de 2017.
En esas imágenes, emitidas por dos publicaciones alemanas el día anterior, se ve al entonces vicecanciller y exjefe del FPÖ Heinz Christian Strache negociando financiamiento ilegal a cambio de contrataciones del Estado a la supuesta sobrina de un magnate ruso.
La moción fue iniciativa del Partido Socialdemócrata Austríaco (SPÖ). En la votación del viernes 110 diputados lo hicieron a favor de destituir a Kurz junto a su gabinete de ministros, entre ellos a los cuatro funcionarios independientes que sustituyeron la semana pasada a los respectivos ministros del FPÖ. Solo 71 parlamentarios, entre ellos 61 del ÖVP y 10 del opositor partido liberal Neos, votaron a favor de mantener al Gobierno de expertos de Kurz hasta las elecciones adelantadas en septiembre. Dos diputados “independientes” se abstuvieron.
Es la primera vez desde 1945, que un gobierno austríaco es destituido, y Kurz se ha transformado en el canciller que ocupó el cargo por menos tiempo, 525 días.
Durante las 5 horas de debate parlamentario, Kurz declaró que "nadie en el país podrá comprender la voluntad de derrocar al Gobierno antes de las elecciones", también acusó al FPÖ y al socialdemócrata SPÖ de actuar movidos por "deseos de venganza".
Ahora, el presidente austríaco Alexander van der Bellen, deberá designar un nuevo Ejecutivo de transición y un jefe de Gobierno hasta las elecciones anticipadas que están programadas tentativamente para septiembre. La publicación del vídeo de Strache generó una reacción en cadena que acabó provocando la crisis política más grave en Austria de las últimas siete décadas.
La crisis política abierta es producto de largas tensiones en el gobierno. Kurz había ganado las elecciones en 2017 con el 31% de los votos e intentó “renovar” (a su manera) la política austríaca formando coalición con la derecha euroescéptica del FPÖ, en vez del tradicional SPÖ.
La salida de la extrema derecha del Gobierno austríaco no es un dato menor, ya que el FPÖ venía siendo uno de los pilares del armado de la coalición internacional que tiene al italiano Salvini y al húngaro Viktor Orbán como unos de sus referentes centrales. Salvini, que también recibe críticas de sus aliados locales del Movimiento 5 Estrellas por querer acaparar el Gobierno italiano, viene fortalecido por el triunfo del domingo con el 34,3% de los votos.
Por supuesto, la táctica del FPÖ y SPÖ evita poner en cuestión profundamente el régimen político austríaco, pero se trata de una jugada peligrosa que podría traer mayores crisis en medio de las tendencias a crisis orgánicas que atraviesan los países europeos, incluyendo las grandes potencias. Queda demostrado que ni los partidos de ultraderecha como FPÖ ni los tradicionales como el SPÖ encuentran solución a los problemas internos de Austria, y sólo responden a sus propios intereses.
Santiago Montag
Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.