Luego de denunciar anónimamente explotación laboral, los cerillos del supermercado Chedraui salen a las calles para visibilizar sus malas condiciones laborales.
Camilo Cruz México
Lunes 7 de agosto de 2017
En días pasados, cerillos de Mérida, Yucatán, denunciaron que han sido explotados laboralmente por el gerente y la encargada del Chedraui Itzaes.
De manera anónima señalaron que son puestos a realizar labores que no les corresponden y que pueden dañar su salud, pues la totalidad de los trabajadores son adultos mayores.
Los cerillos son obligados a quedarse más horas que las que marca su horario, limpiar los pisos, descargar cajas pesadas con alimentos y acomodarlas en los anaqueles, cuestión que ha ocasionado que muchos empacadores sufran lesiones en rodillas y espalda.
Denunciaron el caso de un compañero de trabajo que por ser obligado a cargar cajas terminó hospitalizado por una lesión en la espalda. Incluso comentaron que cuando un empacador no llega a trabajar le piden 7 pesos a cada cerillo para compensar a quien va a trabajar el turno doble para cubrir a su compañero.
En este Chedraui trabajan 50 adultos mayores que cansados de los abusos denunciaron de manera anónima y organizaron una protesta en la avenida Itzaes para visibilizar la explotación laboral del cual son víctimas miles de adultos mayores que en todo el país trabajan para distintos súper mercados como Wal Mart o Aurrera y que ni siquiera son reconocidos como trabajadores. Adultos mayores que se ven orillados a seguir trabajando porque las pensiones de miseria no alcanzan a cubrir ni las necesidades básicas o simplemente no tienen una.
Frente a la protesta, la Asociación de Jubilados y Pensionados llamó a la Secretaría de Trabajo y a otras autoridades a intervenir frente a esta denuncia.
Los empacadores son rostro de la precarización laboral impuesta por empresas como Wal Mart y avaladas por las instituciones como la propia Secretaría de Trabajo que simplemente cierran los ojos frente a esta problemática que enfrentan miles de niños y adultos mayores.
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Los adultos mayores que trabajan como cerillos no tienen ningún derecho laboral, ni salario y encima muchas de estas empresas los obligan a comprar su uniforme, cumplir con ciertas normas y hasta hacer otro tipo de trabajos, como denuncian los cerillos de Mérida.
Frente a esta situación es necesario preguntarse no solo porqué existen este tipo de trabajos, que encima son presentados como empleos que dan empresas “preocupadas” por dar una oportunidad adultos mayores que tienen que se ven obligados a seguir trabajando. La respuesta es el brutal ataque a las conquistas de los trabajadores que el conjunto de los partidos del congreso ha llevado adelante, dejando en la miseria a millones de trabajadores que no tienen derecho a tener una vejez tranquila.
Las jubilaciones son un lujo para una generación de jóvenes trabajadores que nos enfrentamos al outsourcing, la precarización laboral, los salarios de miseria y la imposibilidad de gozar de prestaciones laborales como una pensión.
A las grandes cadenas de supermercado les implica un gran ahorro no darles un centavo a estos trabajadores mientras ellos se llevan ganancias millonarias. Por eso es fundamental retomar el ejemplo de los cerillos de Mérida y el reciente paro de los trabajadores de Wal Mart, Superama y Aurrera en distintas entidades del país que expresan voluntad de lucha para conquistar mejores condiciones laborales. Esta perspectiva de lucha tiene que tomar como demanda la lucha por el reconocimiento de los empacadores como trabajadores.
Pero más profundamente hay que cuestionar el conjunto de los planes del gobierno, desde la reforma laboral hasta el conjunto de las reformas estructurales que presionan a peores condiciones laborales a millones de trabajadores, cuestión que empuja a que miles de niños trabajen para aportar al ingreso familiar y el brutal ataque a las pensiones y jubilaciones, ataque impuesto por los partidos al servicio de los empresarios.