En el terciario de San Justo se siente la bronca por la virtualización de las clases y la falta de respuestas. El Centro de Estudiantes llama a una asamblea para organizarnos.
Viernes 22 de mayo de 2020 21:53
Imagen: Tatiana Mindis
Quienes somos estudiantes de terciarios, desde que arrancó la cuarentena, nos vemos obligados a realizar la cursada de manera virtual. Esto en vez de ser una alternativa a la hora de querer seguir con nuestra formación y mantener “la continuidad pedagógica”, tal como lo mencionan los directivos, es un desafío.
A. estudiante del Profesorado de Lengua y Literatura comenta: "Estudiar en cuarentena es inestable, uno nunca sabe qué va a pasar y qué recursos vas a necesitar. Es frecuente la frustración y el sentimiento de que no puedo con todo. La conectividad es complicada y la disponibilidad horaria aún más, no es mala predisposición, muchas veces es cansancio. Muchas otras porque hay solo una computadora en una casa y la organización no se logra."
La crisis económica no nos es ajena, todo lo contrario. La mayoría de nosotros somos trabajadores precarizados o trabajamos en negro, hemos visto reducidos nuestros salarios o cómo en nuestros grupos familiares la crisis golpea cada vez más fuerte. Como dice C, también trabajadora: "A mi no me pasa, pero hay compañeros que no tienen un plato de comida en su casa ¿cómo podés cursar así? En el caso de que vuelvan las clases, aquellos compañeros que trabajan para las Apps de reparto ¿van a llegar de repartir comida súper explotados y se van a ir a amontonar en un aula?" Incluso, previo a la cuarentena obligatoria, las condiciones de cursada no garantizaban la higiene cuando la pandemia ya estaba en curso. No tenemos un edificio propio, por lo que cursamos amontonados, y ni siquiera había jabón en los baños.
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La cursada virtual no puede garantizarse si la mayoría de los estudiantes se encuentran inmersos en todas estas problemáticas, ni hablemos de aquellos que no cuentan con una computadora, o no poseen conexión de Wi-Fi y tienen que cursar desde el celular utilizando los datos móviles. ¿Qué pasa si en su casa dejan de percibir ingresos y no se puede pagar el servicio de Wi-Fi?
“Yo curso cuidando una señora y puedo conectarme desde ahí con suerte o sino recién a la noche después de haber limpiado todo el día. Es imposible la modalidad de cursada que proponen ya que además no te solucionan nada y te toman el pelo con respuestas que en nada te ayudan o peor, te dejan a la deriva.”, nos cuenta B. Estas explosiones de bronca se multiplican en los grupos de WhatsApp de estudiantes.
Cuando pedimos respuestas, los directivos nos dicen que desde el Municipio nos van a mandar lápices, hojas y algo más de útiles escolares. Si bien muchos pueden necesitar estos materiales, estas medidas insuficientes no son solución.
Desde que comenzó la cuarentena el Gobierno nunca dejó de pagar la deuda y Kicillof desembolsó 320 millones de dólares para cumplir con los acreedores. Ahora “ayudan” a las grandes empresas multimillonarias que dicen estar en crisis a través del Programa ATP. Usan la plata del ANSES para dársela a sus amigos los empresarios. Entonces plata hay, lo que sucede es que el Gobierno tiene otras prioridades e intereses.
Muchos nos quedamos afuera de la IFE, tanto nosotros como nuestras familias. El Estado ni siquiera puede garantizar que todos recibamos esa ayuda. Pero si se les cobrara un impuesto a aquellos que tienen mucha guita, como propone el Frente de Izquierda, podríamos garantizar un salario de cuarentena de $30.000 para todos los que cobramos una miseria o los que ni siquiera tenemos laburo.
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"Para los y las jóvenes solo nos ofrecen trabajos basura, por eso tuve que meterme en Rappi. Encima los servicios como internet siguen siendo carísimos y yo tengo que comprar el alcohol en gel y barbijo para "evitar" el virus. Formo parte de la Red de trabajadores precarizados que quiere reclamar por la IFE y por mejores condiciones, porque ya no podemos aguantar más." Comenta E. De la misma manera, S. cuenta: “Laburo hace más de 1 año en Burger King donde cobro por mes casi $6000, no existe poder vivir con ese miserable sueldo. Empecé a ir a los actos públicos para ver si conseguía horas como suplente. Pude laburar en cuatro escuelas cobrando miseria también. Es hasta el día de hoy que hay escuelas que me adeudan la totalidad de mi sueldo y otras me van depositando $350 por mes.”
Desde el Centro de Estudiantes están impulsando una asamblea virtual donde podamos discutir todas las problemáticas que las autoridades y el gobierno no están dispuestos a resolver, donde todos los estudiantes podamos tener voz y votemos resoluciones para poder tener una cursada digna. Por ejemplo, exigir el libre acceso a internet para todos los estudiantes que no puedan solventarlo, así como una garantía de que todos aquellos que no puedan cursar no tendrán represalias en la cursada. Tenemos que unir nuestras demandas como estudiantes a nuestras demandas como jóvenes precarizados ya que nuestra vida está atravesada por ambas cosas.