Se encontraba a metros de Plaza de Mayo. Abrió sus puertas en el año 1887 y tuvo clientes notables de la cultura argentina como Enrique Cadícamo, Nini Marshal y Jorge Luis Borges. Por el cierre quedan desocupados 14 trabajadores.
Martes 23 de marzo de 2021 18:45
Producto de la pandemia del coronavirus y el avance del teletrabajo, el centro porteño pierde uno de sus míticos bares que supo albergar diversas generaciones de la cultura argentina. Pasaron por sus mesas el poeta Enrique Cadicamo, la actriz Niní Marshall, el escritor Jorge Luis Borges, José Ingenieros, Paul Groussac, Arturo Capdevilla y Rafael Obligado.
El café fue abierto por Don Gumersindo Cabedo en noviembre de 1887, año del censo municipal. Desde 1925 ocupaba como local una antigua casa remodelada en los años 30 bajo el estilo art decó, incluyendo la tipografía en la marquesina que se conserva hoy en día sobre la calle Alsina al 400. En sus inicios había funcionado sobre la calle Perú.
La Puerto Rico contaba con un salón amplio con 70 mesas para 180 comensales.
No sólo se filmaron escenas de la película Las cosas del querer II, sino que además, varios tangos nacieron en sus mesas, como “ Café de La Puerto Rico” de Francisco Lacal Montenegro que dice "...estampa del ayer / porteño y señorial, / que allá por el ochenta y pico... / viviste el florecer / del alma nacional...". Otro de los tangos que se compuso en este Bar Notable fue "Cadícamo", con letra de Antonio Bugatti y música de Atilio Stampone, El café de La Puerto Rico.
La Puerto Rico ofrecía cuatro clases de café: Brasil, Playa Ponce, Bourbon y Puerto Rico natural. Y también tenían delicias de confitería aunque su fuerte eran las cremonas, un sello porteño.
La pandemia castigó a los comercios del centro porteño muy fuerte y La Puerto Rico no pudo más. El último día que abrió fue el 31 de diciembre, llegó a vender sus codiciados pan dulces, pero ya no estaba para vender sus roscas de Reyes. Tenía 14 empleados.
Con la pandemia hubo innumerables comercios que se vieron obligados a cerrar sus puertas. Los gobiernos nacional y porteño deberían tener una política para evitar estos cierres y la desocupación de miles de trabajadores y trabajadoras.