LID Bolivia entrevistó a las compañeras que están exigiendo se respeten sus derechos a mantener sus puestos de venta conquistados con mucho esfuerzo en la zona de las rieles de la Ceja de El Alto. La construcción de la vía para los buses municipales sería el argumento para levantar los puestos.
Miércoles 13 de julio de 2016
La situación de las trabajadoras comerciantes del mercado Sagrado Corazón de Jesús, ubicado en la ciudad de El Alto, es una muestra más del rol que caracteriza tanto a dirigentes sindicales como gremiales que en lugar de defender los derechos de los y las trabajadores terminan poniéndose al servicio de quienes detentan el poder, sean éstos del gobierno del MAS o de las alcaldías de la oposición.
LID: ¿que nos puede comentar del conflicto que están atravesando?
Luzmila A.: Yo estoy pidiendo a la autoridad a la señora alcaldesa que no nos margine, que aquí en esta punta somos 25 personas afectadas y no puede hacer eso. La alcaldesa antes decía que “cuando yo entre a la alcaldía no voy a levantar ni un puesto, les voy a respetar” así dijo. Y ahora nos quiere botar, “la vía tiene que salir” nos ha dicho. Nosotros somos mama y papa en nuestro puesto, siempre estamos aquí, hace años vendemos aquí. Nosotros ahí mismo queremos mantenernos, sino que nos de otros. Nosotros no podemos ser los juguetes de la alcaldesa, discriminados por la alcaldesa. Ellos dicen “levántense”. Nosotros no nos vamos a levantar porque nuestra asociación va de punta a punta y todos mantenemos a nuestra asociación Sagrado Corazón y si es necesario vamos a entrar en huelga de hambre.
Pamela: Nosotros estamos aquí con las compañeras de este mercado Sagrado Corazón de Jesús y hemos sido afectados por el plan de desmantelar las vías para obras para los micros. Nosotros no nos vamos a levantar y vamos a hacer huelga de hambre. Lamentablemente nuestros dirigentes no nos están defendiendo. ¿Qué vamos a hacer nosotros si nos vamos? De acá llevamos el pan del día. Si las obras que quiere hacer la alcaldesa afectándonos, por lo menos nos tendría que garantizar que luego de las obras nuestros puestos estén garantizados. Nosotros no nos oponemos por capricho, estamos dispuestos a descansar un año o dos años que dure la construcción de la vía. La alcaldesa que nos haga sentar y nos firme garantizando nuestros puestos.